Las personas con Hipervigilancia viven en un estado de estrés permanente. ¡Cambia esto!

hipervigilancia

¿Qué es la Hipervigilancia?

La hipervigilancia es un estado elevado de excitación, estrés o sensibilidad a ciertos estímulos sensoriales. Puede causar intensas reacciones emocionales, ansiedad y patrones impulsivos de comportamiento. Nos hace sentir atentos a los peligros ocultos: una sensación primaria de amenaza, una sensación de andar sobre cáscaras de huevo sin saber porqué. O la creencia de que necesita permanecer alerta en caso de un desastre inminente. En otros momentos, puede ser una sensación de incertidumbre que no puede tolerarse. A menudo, sin embargo, la fuente de la amenaza no se puede identificar y su reacción se siente desproporcionada con respecto a la realidad.

A menudo, las personas que experimentan hipervigilancia pueden ser susceptibles a sus propios sentimientos de impotencia, vulnerabilidad e inutilidad. Pueden sentirse incapaces de hacer frente a las tareas o responsabilidades más simples. Y constantemente le temen a la crítica o tratan de agradar a los demás, son personas complacientes. También son muy sensibles a la aprobación o validación de los demás. Muchas veces reaccionan de forma muy reactiva, agresivamente, para defenderse de la amenaza percibida.

¿Por qué ocurre la Hipervigilancia?

Este arraigado estado de vigilancia suele ser consecuencia de un trauma, una pérdida o un conflicto continuo. La Hipervigilancia es uno de los síntomas que se engloban dentro del Síndrome de Estrés Post-Traumático Complejo, sufrido por muchos Niños Adultos Supervivientes de Familias Narcisistas/Disfuncionales.

O puede deberse a haber crecido con un padre excesivamente ansioso y preocupado, un entorno familiar agresivo (de forma obvia o con un contexto pasivo-agresivo), con padres emocionalmente ausentes, que negaban e ignoraban al niño de forma severa y continuada o con padres emocional y/o psicológicamente abusivos (o uno de ellos con el consentimiento expreso o tácito del otro).

Si una niña no ha aprendido a procesar las emociones intensas, sus padres no le han hecho ningún mirroring o no se le permitía expresarse con normalidad, de adultas, se convierten en muy susceptibles a las emociones y al comportamiento de los demás.

Los estímulos sensoriales y las emociones generadas al interactuar en relaciones cercanas pueden ponerlo en alerta y causar un estrés excesivo. La ansiedad que desencadenan estas situaciones no puede ser procesada o regulada por completo y da lugar a sensaciones crónicas de hipervigilancia: exploración, observación y espera de que ocurra un desastre.

Estímulos sensoriales que pueden desencadenar Hipervigilancia

  • Sentirse atrapado, como en un ascensor o en un autobus
  • Dificultades para respirar
  • Ruidos repentinos y fuertes
  • Gritos y discusiones
  • Un sentimiento de abandono (real o imaginado)
  • Anticipación y miedo a la incertidumbre, por eso mucha gente con hipervigilancia son control freaks
  • Sentimiento de ser avergonzado o criticado (esto a veces no es real, sólo imaginado por la persona)
  • Dolores físicos
  • Las pesadillas
  • Las demandas y expectativas competitivas de los demás
  • El comportamiento aleatorio, repentino y caótico de los demás

En su mayor parte, la hipervigilancia es una sensación de tensión e inquietud continua. El cuerpo está bajo tensión, causando temblores, rigidez y agotamiento, con una respiración insuficiente y superficial que crea una sensación de asfixia y de estar atrapada. Una vez activada, la hipervigilancia puede provocar respuestas emocionales intensas, que pueden elevarse hasta el pánico, activando una respuesta de lucha o huida.

Respuestas emocionales que produce la Hipervigilancia

  • Ansiedad, miedo o pánico
  • Ira o violencia
  • Preocupación incesante
  • Un profundo sentido de injusticia
  • Pensamiento blanco/negro
  • Miedo al juicio de los demás
  • Una espiral de pensamiento negativo
  • Aborrecerse a una misma
  • Estados disociativos o de desapego
  • Cierre en banda, la persona construye un muro alrededor y se convierte en emocionalmente inaccesible para los demás.

Comportamientos de evitación de la Hipervigilancia

  • Soñar despierto
  • No participar, se mantienen al margen de todo lo que les sucede, es como mirar la vida a través de un escaparate en lugar de vivirla.
  • Evitar tener una vida social
  • Huir de las cosas
  • Escaneo de posibles amenazas
  • Miedo a situaciones nuevas
  • Baja tolerancia a la frustración
  • Procrastinación y no cumplir con los plazos establecidos
  • Evitar la cercanía o la intimidad emocional
  • Rechazo de tomar decisiones o aceptar responsabilidades
  • Comportamientos que incluyen la torpeza, el fracaso y el auto-sabotaje
  • Controlar las conductas que se centran en no dejar que los otros se expresen

Comportamientos de confrontación y agresivos cuando hay Hipervigilancia

  • Asunción temeraria de riesgos
  • Paranoia
  • Actitud a la defensiva
  • Racionalización
  • Cambios de humor drásticos
  • Agresividad
  • Sentimientos arraigados de venganza
  • Una necesidad excesiva de orden
  • Una necesidad excesiva de hacerlo todo perfecto
  • Miedo de que te echen la culpa o te avergüencen
  • Una necesidad excesiva de buscar la verdad y la evidencia
  • Una necesidad excesiva de confrontar a otros y resolver discusiones
  • Controlar comportamientos que se enfocan en corregir a otros o forzarlos a aceptar los puntos de vista propios
  • Conductas obsesivo-compulsivas para provocar el orden, la claridad y la certeza

Actividades para reducir tu Hipervigilancia

  • Quedarte completamente quieto unos minutos al día, simplemente observando tu respiración
  • Hacer las cosas más lentamente
  • Siendo escuchada con atención y compasión
  • Validando tus emociones, sin sentir vergüenza por tenerlas
  • Observando tus sensaciones corporales
  • Tomarte un tiempo para responder a los demás en lugar de reaccionar
  • Ejercicios de autoconomiento, como la terapia o empezar un diario personal
  • Empatía no verbal, a través de la expresión corporal, para esto puedes hacer terapia corporal o bailar
  • Poner la atención en tu respiración, podrías empezar por meditar cinco minutos al día
  • Practicar la comunicación asertiva, que te hará darte cuenta de que se pueden decir cosas que no son agradables sin herir ni ser agresiva
  • Autorregulación de las emociones, a través de la terapia Gestalt
  • Crea tu propia rutina diaria de autocuidado, por ejemplo, dedica unos minutos al día a hidratar tu cuerpo con una crema que te guste mucho o a ponerte frente al espejo y decirte cosas bonitas a ti mismo
  • Aprende a tolerar emociones difíciles, como el miedo. Las emociones son temporales y la única forma de gestionarlas adecuadamente es sintiéndolas, no ignorándolas
  • Buscar datos objetivos que confirmen lo que estás pensando para evitar la paranoia
  • Expresar tus estados emocionales
  • Poner límites a los demás
  • Disfrutar momentos de placer sensual
  • Escuchar a los demás sin prejuicios y sin críticas
  • Mostrar amabilidad y generosidad hacia uno mismo
  • Ser abierta y honesta sobre las emociones displacenteras. Dejar esa postura de “Yo siempre estoy bien” que te obligaron a adoptar de niño

Una vez que seas más consciente de cuáles son tus detonantes de la hipervigilancia y tus respuestas emocionales, puedes reducir los síntomas, autorregulando tus estados emocionales y expresando tu vulnerabilidad a otras personas que tengan empatía, compasión y que te acepten tal y como eres. Si por ahora no tienes a nadie así en tu vida, puedes empezar por una terapeuta o un grupo terapéutico como el CoDA.

Fuente: www.counselling-directory.org.uk

 

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