La Venganza

Última actualización: 9 enero, 2022



“Antes de embarcarte en un viaje de venganza, cava dos tumbas” Confucio.

Cuando muchos supervivientes entienden su historia y conectan por fin con la emoción de la rabia, la mayoría pasa por una fase de sed de venganza.

¿Qué pasa con la venganza? ¿Deberías tomar venganza? ¿Deberías perdonar? ¿Qué opción es mejor para el bienestar?

Perdonar, soltar, dejar ir

Las que están a favor de perdonar/olvidar dicen: “Avanza, deja que mienta, déjalo ir”.

Problema: Descartar una transgresión importante es un objetivo elevado, pero es más fácil decirlo que hacerlo. No preocuparse más es una buena idea, pero el desapego verdadero puede ser difícil de lograr.

La inacción después del abuso, psicológico, emcional o de otro tipo, puede provocar depresión y mantener a la persona en una situación de indefensión aprendida.

Además, en algunos casos, el perdón puede no ser apropiado si la persona que inflige el abuso/maltrato no han mostrado remordimiento, se ha disculpado sinceramente o no se han responsabilizado por sus acciones. No es recomendable en absoluto si el comportamiento abusivo continúa y no se le ha puesto fin por parte de la víctima.

La Venganza

Aquellas personas con alto nivel de neuroticismo, es decir, que utilizan mucho mecanismos de defensa como la proyección, son más proclives a la venganza.

La venganza es un acto agresivo y estas personas se preocupan y rumian la mayor parte del tiempo, son propensas a la autocrítica y tienen problemas para establecer objetivos y alcanzarlos. La venganza es un producto de su incapacidad para manejar las emociones negativas, particularmente la rabia/ira. En muchas ocasiones, no son conscientes de su propia rabia/ira y la manifiestan de una forma pasivo-agresiva.

Esto vale tanto para ti, que estás leyendo esto, como para la narcisista en tu vida. Si tienes comportamientos como los de dar pequeños golpes a las cosas, ser reactivo ante comportamientos cotidianos de los demás, a veces te dicen que tienes la cara muy seria, o cada vez que te enfadas, tiendes a esconderte, es más que probable que tengas un tema con la rabia. La terapia Gestalt es una de las terapias recomendadas para una buena gestión de las emociones. Las emociones son algo natural, se encuentran en el sistema límbico, en el cerebro y son como guías que nos van indicando lo que nos molesta, lo que nos gusta o lo que puede ser un potencial peligro. Lo ideal es no reprimirlas ni ignorarlas pero tampoco “vomitarlas” a otras personas o expresarlas en un contexto que es socialmente inapropiado para ti y que te puede causar problemas, como el trabajo. En este artículo hay varias técnicas para apoderarte de tu rabia y gestionarla de forma sana.

Además, las personas que han crecido en familias disfuncionales, también pueden tender a “engancharnse” en los conflictos con otra persona con la que tienen un vínculo cercano y “empezar una guerra” en la que al final hay venganza y un deseo de tener la última palabra en el conflicto. Así es como se gestionaban los conflictos en su familia disfuncional de origen, por lo que, inconscientemente, creen que “eso es amor también” o que “es normal”. No es amor y no es normal. Es muy dañino para ambas personas.

La venganza es como un boomerang que hace daño al objetivo y al que la lleva a cabo. No sólo porque lleva a pensamientos rumiantes tóxicos (planear qué haré, cómo lo haré,…) sino también porque todo lo que le hacemos a las demás personas también nos lo hacemos a nosotros mismos. La venganza habla de una falta de compasión, un excesivo criticismo y una actitud de lucha con nosotros mismos.

Dicho esto, también aclarar que actos vengativos para no caer en la indefensión aprendida son entendibles en la fase de recuperación/sanación de un(a) superviviente.

Si ni la venganza, ni el perdón te convencen, hay otra acción que puedes hacer.

Crear. Crear. Crear.

Es terapéutico volver a la(s) experiencia(s) traumática(s), sentir, experienciar en el cuerpo completamente lo que sucedió (por muy doloroso que sea) y transformarlo, sanarlo.

Puedes recuperarte creando algo, cualquier cosa y sacándolo de ti. Deshazte de la historia. Hay muchas acciones que son terapéuticas:

  • Escríbelo
  • Píntalo
  • Constrúyelo
  • Respíralo

No tienes que hacerlo bien y no tiene que ser bonito. Cuando completas en tu cuerpo la experiencia que en su momento quedó inacabada, esto te sana. Te libera por fin del trauma, que es algo que está en tu cuerpo, tu mente y tu espíritu.

En palabras del psicoanalista D.W. Winnicott, la acción creativa “hace que valga la pena vivir la vida”.

Comienza teniendo una conversación curativa con una amiga o con una terapeuta de confianza. Esto te ayudará a abrirte, conectarte y comenzar a sanar.

Puedes empezar desde ahí. Tómatelo con calma. Sé curiosa. Date un respiro. Confía en que cuando tomes medidas y te pongas en movimiento, pueden surgir fortalezas, talentos o energías que reemplacen lo que pensabas que tenías/eras.

Al final del proceso serás una persona diferente, la que hay debajo de la rabia y el dolor. No querrás vengarte, sólo vivir y disfrutar de la vida.

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