Rasgos o Síntomas de Codependencia



¿Cuáles son los rasgos de la Codependencia?

La codependencia es un grupo de rasgos o características de la personalidad. Son patrones cognitivos, emocionales y de comportamiento que afectan la capacidad de una persona para tener una relación sana y satisfactoria consigo misma y con los demás.

La codependencia también se conoce como “adicción a las relaciones” porque las personas con características de codependencia a menudo forman o mantienen relaciones poco saludables. Estas relaciones poco saludables a menudo son unilaterales, emocionalmente destructivas, y psicológica y/o físicamente abusivas.

Voy a enumerar algunas de ellos a continuación (aunque, la lista no es exhaustiva). Decidir si eres codependiente o no no se trata de cuántos de estos rasgos tienes, sino más bien de si te causan angustia e interfieren en tu salud física y emocional, tranquilidad en relación contigo mismo (intrapersonal) y en tus relaciones con los demás (interpersonales).

Lista de características de la Codependencia

• Hiperconsciente de los problemas y necesidades de otras personas en forma de cuidado, control, asesoramiento (dar consejos) y preocupación excesiva por los demás, en muchas ocasiones, infantilizando a los demás o hiper-responsabilizándote de su situación.

• Exigente, controladora y perfeccionista. Deseas que las cosas se hagan de cierta manera y puedes recurrir a decirles a los demás qué hacer y cómo hacerlo.

• Hipercrítico con los demás porque a menudo no cumplen con tus altas expectativas.

• Dificultad para pedir o aceptar ayuda de otras personas. Tendencia a ser auto-suficiente en exceso y tener una auto-imagen de “Yo sola puedo con todo”.

• Tendencia a planear en exceso las cosas y a sentirte estresada o ansiosa cuando las cosas no salen exacta y perfectamente según lo planeado.

• Hipercentrado en la previsibilidad, la estructura y la certeza. Todas ellas  probablemente no las tuviste en el entorno de tu familia en tu infancia.

• Autocrítica, expectativas poco realistas respecto a ti misma. El diálogo interno a menudo es duro con tus imperfecciones y errores.

• Te sientes responsable de todo y de todos, incluso de la felicidad de otras personas, pero niegas tu propia felicidad y necesidades.

• Tendencia a ser una persona complaciente en todas tus relaciones. Tienes miedo de molestar o decepcionar a los demás, pero esto puede conducir a abarcar más de lo necesario respecto a los demás y al agotamiento.

• Fiable y responsable. La gente siempre puede contar contigo para lo que sea. Te sientes culpable si no estás disponible 24/7 para los demás, incluso si estás enfermo en la cama.

• Problemas para poner límites, mantener tu posición y decir “no”. Algunas veces permites que la gente te maltrate o se aproveche de tu amabilidad porque no quieres herir sus sentimientos, decepcionarlos o crear un conflicto.

• Ignoras tus propios sentimientos y necesidades, a menudo reprimiéndolos, negándolos, evitándolos o adormeciéndolos. Esto lleva a comportamientos autodestructivos.

• Tu felicidad depende de lo que otras personas sientan o hagan. Por ejemplo, si tu pareja está de buen humor, puedes relajarte un poco. Sin embargo, si tu pareja está enfadada, es probable que te sientas ansioso.

• Te resulta difícil separarse de los sentimientos, necesidades y experiencias de otras personas. Lo que sienten los demás, lo sientes como si fuera tuyo. Exceso de empatía hasta el punto de que vuelves la empatía en tu contra.

• Defines tu Ser (identidad) en relación con los demás porque careces de un fuerte sentido del Ser, es decir, saber quién eres, qué crees, qué quieres y qué te gusta. Tiendes a sobreadaptarte tanto a los demás, por lo que tu identidad es muy difusa.

•Dolor emocional. Para algunas codependientes el dolor está cerca de la superficie (manifiesto) como, por ejemplo, sintiendo una vergüenza intensa en muchas ocasiones; y para otros, el dolor está enterrado en el subconsciente (latente), como en el caso de la rabia, que es una emoción que un codependiente no se permite a sí mismo porque rompe con su auto-imagen de “buena persona”.

• Te sueles sentir culpable y avergonzada. La culpa y la vergüenza son las raíces de la baja autoestima.

• Probablemente sientas que hay algo que está mal en ti. No puedes señalar algo en concreto, se trata más bien del sentimiento general de “ser defectuosa”. A pesar de que se trata de un sentimiento incómodo que te pesa y te condiciona, no lo compartes con nadie.

• Auto-imagen de mártir, santo o salvador: cuidas a todos los demás y das sin recibir. Sin embargo, después te sientes enfadado, resentido y crees que los demás se aprovechan de ti.

Pasivo-agresivo: te quejas de “tener que hacer todo”, pero aún continúas con el patrón de complacer a la gente.

• Reactiva. La rabia acumulada que no expresas genera resentimiento, y hace que explotes por cosas triviales. Después sientes vergüenza y culpa por este comportamiento y no lo entiendes. Te sigues diciendo que eres una “buena persona” y que ha sido algo aislado. No es así. El comportamiento de explotar vuelve a aparecer antes o después.

• Exceso de trabajo y de hacer las tareas que sean para demostrar tu valía y/o estar ocupada para distraerte de la baja autoestima u otros sentimientos dolorosos.

• La intimidad, la comunicación abierta y la confianza son difíciles para ti porque no tenías modelos a seguir de las relaciones saludables en la infancia. Y en la edad adulta probablemente has sido traicionado en tus relaciones, pero seguramente te quedaste ahí de todos modos demasiado tiempo.

• Miedo a la rabia de los demás (en especial figuras de autoridad o parejas), la crítica, el rechazo y el fracaso. Sueles mantenerte en tu zona de confort para sentirte segura. Irónicamente, en muchas ocasiones en esa zona de confort hay personas que te agreden (psicológica o emocionalmente) o no te respetan.

• Minimizas tus problemas y necesidades. Estás más pendientes de los de los demás que de los propios.

• En muchas ocasiones te sientes al límite o con episodios de ansiedad y/o depresión. Si no tienes un diagnóstico clínico de niveles de ansiedad o depresión, o trastorno de ansiedad generalizada, entonces te sientes tenso, ansioso o estresado con frecuencia.

• Probablemente tengas problemas físicos continuos o recurrentes que se manifiestan por el estrés: contracturas, problemas en la piel,…

Cómo y Cuándo se forman los Rasgos de Codependencia

Primero, me pregunto si te has sentido identificada con algunos o todos los rasgos o síntomas de codependencia. La codependencia puede ser difícil de aceptar porque el término arrastra un estigma negativo. Sin embargo, si quieres saber cómo superar la codependencia, lo primero es identificarla.

Muchos codependientes se sienten avergonzados, con culpa y como si hubieran hecho algo mal para causar todos estos rasgos. Por lo tanto, te animo a que comprendas dos puntos básicos importantes sobre la codependencia:

  1. No eres responsable de lo que ocurrió en tu infancia. No fue culpa tuya. Tú no hiciste nada mal ni te merecías ese trato.
  2. Ahora eres una adulta y la relación más importante que tienes y tendrás toda tu vida es contigo misma. Entonces, aunque tú no hayas causado los mecanismos de defensa adoptados en la infancia/adolescencia para sobrevivir a las dinámicas familiares, a día de hoy eres tú la única que puede sanar tus rasgos de codependencia. Para sanar y cambiar estos rasgos que se han convertido en parte de tu personalidad, es recomendable hacer terapia, para que una terapeuta pueda acompañarte en el camino de recuperar tu autoestima, descubrir tu verdadera identidad y tener relaciones más saludables con los demás.

Los Rasgos de Personalidad de Codependencia se desarrollan en la Infancia

Durante la infancia y la adolescencia es cuando se forma la personalidad. El núcleo de la personalidad está  se forma durante los primeros siete años de vida.

La codependencia se desarrolló durante esos años formativos importantes como una forma de hacer frente a situaciones traumáticas vividas.

Las personas que desarrollan codependencia han crecido en una familia donde había uno o varios miembros con una enfermedad mental, una adicción, u otro problema grave.

Las personas que desarrollan codependencia han crecido en una familia donde había uno o varios miembros con una enfermedad mental, una adicción, u otro problema grave. Normalmente, estos problemas son negados por la familia, por lo que se obliga a los niños a adoptar mecanismos de adaptación para sobrevivir en este entorno disfuncional.

Otras personas con rasgos de codependencia parecen haber tenido una infancia aparentemente normal a nivel superficial, pero los cuidadores primarios que eran codependientes transmitieron los rasgos codependientes y los patrones de comportamiento sin darse cuenta.

Si no recuerdas gran cosa de lo que ocurrió en tu infancia, esto es algo muy normal. Frente a eventos traumáticos, lo que hace el cerebro para sobrevivir es eliminarlos de la memoria y pasarlos al subconsciente.

Esta amnesia ocurre con frecuencia cuando se dan las siguientes situaciones:

  1. Negligencia emocional: los cuidadores principales eran emocionalmente fríos y distantes, no satisfacían tus necesidades emocionales.
  2. Los cuidadores primarios fueron poco coherentes en sus comportamientos. Había cambios muy bruscos en el comportamiento, que llevaban a una dinámica amor/odio en la que en un momento te daban un abrazo y al momento siguiente te ignoraban por completo.
  3. Hubo abuso emocional o verbal (amenazas, insultos, tratamiento de silencio,…) que se minimizó, justificó y/o negó.
  4. Abuso físico de cualquier tipo (bofetadas, empujones, tirones de pelo, azotes) que se minimizó, justificó y/o negó.
  5. Los cuidadores primarios no suelen reconocer que hubo un trato de abuso y si lo hacen, lo justifican o minimizan.

Los Rasgos Codependientes son el sello distintivo de los Problemas de Relación de todo tipo

El dolor de ser abusado, mentido, engañado, descuidado, ignorado, rechazado, humillado, hecho sentir invisible o invalidado nunca se ha sanado.

El punto clave de los rasgos de codependencia representa las dificultades para amar, aceptar, confiar y ser fiel a una misma.

Los codependientes sienten vergüenza, culpa y sentimientos de insuficiencia que conducen a tratar constantemente de complacer a los demás, querer demostrar su valor constantemente y buscar la validación externa a un alto coste, pero con poca recompensa.

Si quieres saber cómo superar la codependencia, debes saber que las codependientes se centran en lo externo: en tratar de complacer, ayudar, arreglar, o controlar a otras personas y situaciones.

Los codependientes basan la felicidad y los sentimientos en lo que otras personas están haciendo, en lugar de los sentimientos y valores internos.

Las codependientes no saben cómo ser su Verdadero Yo porque no han tenido la oportunidad en su infancia de desarrollar una personalidad propia en un entorno seguro y nutriente. Por esta razón, hay una sobreadaptación al ambiente y una dificultad para saber lo que realmente quieren.

Conclusiones sobre la Codependencia

Espero que este artículo te ayude a comprender mejor los rasgos de codependencia y a reducir cualquier vergüenza que puedas sentir.

Comparto que puede ser difícil si te ves en la lista de rasgos codependientes. Sin embargo, la conciencia y la aceptación son siempre los primeros pasos del cambio.

La relación más importante que tienes y tendrás en toda tu vida es la relación contigo misma. Hasta que tú no te quieras, respetes, cuides y aceptes, es muy difícil que otras personas lo hagan.

La relación más importante que tienes y tendrás en toda tu vida es la relación contigo misma. Hasta que tú no te quieras, respetes, cuides y aceptes, es muy difícil que otras personas lo hagan. O al menos de una forma auténtica. Un codependiente puede atraer mucho a otras personas, pero en general suelen ser personas que querrán aprovecharse de ti y/o utilizarte para sus propios intereses. No se lo pongas tan fácil a los demás para abusar de ti, utilizarte o maltratarte en cualquier sentido. Supera tu codependencia para tener una vida más sana, plena y satisfactoria.

Fuente: https://spacioustherapy.com

Foto de Andrey Zvyagintsev en Unsplash

2 Comentarios

  1. Ro Fidel

    Mi hermano y yo sufrimos mucho de esto. Teníamos una madre que hacía indiferencia, no te hablaba por un mes o se enviolentaba y se enojaba (tirones de pelos por ejemplo, pasó un par de veces) a causa de esto ambos salimos con baja autoestima. Mi papá intentaba frenarla pero tampoco era capaz. Yo estoy en terapia desde hace unos años y estoy tratando de resolver los duelos que tengo (mi mamá falleció cuando yo tenía 18 y mi papá unos años después), pero temo por mi hermano porque siento que le está pegandole peor, está en tratamiento pero sufre mucho (no puede salir a la calle por ejemplo). Son cicatrices que perduran hasta el día de hoy. Es doloroso. Mi peor temor es “volverme loca” como mi mamá. Ella era paranoide, no narcisista, según lo que los médicos me contaron cuando les dije mis experiencias. En fin, solo quiero decir que es un gran blog y me ha informado mucho. Un saludo.

    Responder

Deja un comentario

%d