
Qué es el Control Coercitivo
Aislamiento. Amenazas. Humillación. Éstas son las armas del control coercitivo, una estrategia utilizada por algunas personas contra sus parejas, amigos o empleadas. Una relación que debe involucrar apoyo amoroso termina como una trampa diseñada para la dominación y el control. Si quieres saber cómo recuperarte de una relación narcisista, reconocer que has sido sometida a control coercitivo es un buen primer paso.
Las personas sujetas a control coercitivo se vuelven ansiosas y temerosas. El control coercitivo les quita su independencia, el sentido de sí mismas y derechos básicos, como el derecho a tomar decisiones sobre su propio tiempo, amigos, apariencia, tiempo libre, trabajo,.. en definitiva, sobre su vida. El maltrato psicológico que practica una persona que ejerce el control coercitivo es similar a un lavado de cerebro y al que practican los líderes de sectas o cultos.
Muchas personas que usan el control coercitivo también abusan física o sexualmente de sus parejas, pero otras muchas usan el control coercitivo sin violencia física. Es posible que las personas que conocen a la pareja/familia no puedan ver los signos de control coercitivo. Las personas que lo usan suelen proyectar una imagen de carismáticas y encantadoras. El control coercitivo, el abuso y el maltrato es algo que se da siempre de puertas hacia dentro, en la intimidad, no de puertas hacia afuera, donde los demás lo pueden ver.
Comportamientos de Control Coercitivo
¿Te estás preguntando si en tu relación hay control coercitivo? Aquí tienes una lista de ejemplos de control coercitivo para averiguar si estás siendo objeto de control coercitivo:
- Aislarte de amigos y familiares.
- Monitorear tu tiempo.
- Control a través del teléfono, el e-mail, redes sociales,..
- Tomar control sobre aspectos de tu vida diaria, como a dónde puedes ir, a quién puedes ver, qué puedes ponerte y cuándo puedes dormir.
- Privarte de acceso a servicios de apoyo, como servicios médicos.
- Ningunearte de forma repetida, como decirte que “eres inútil”, “tonto/tonta”, “no vales para nada”, “estás loca/loco”.
- Humillarte, degradarte o deshumanizarte.
- Controlar tus finanzas: mirar tus cuentas del banco, no permitirte tener un dinero (que te has ganado tú) para ti, decidir en qué puedes gastar o no tu dinero.
- Amenazarte o intimidarte:”Si te vas, me suicido”; “Si haces esto, te dejo”; “Si no haces lo que yo te digo, te mato”.
Cómo se Siente una persona bajo Control Coercitivo
Las víctimas del control coercitivo a menudo se sienten como rehenes. Con el tiempo, ser criticada, acosada y monitoreada puede parecer rutinario e ineludible. Las víctimas a menudo se culpan a sí mismas ya que se sienten desesperadas y desorientadas. Es fácil para una persona en esta posición perder la confianza y aceptar la visión de la realidad de la persona que ejerce el control coercitivo. Pueden sentirse confundidas cuando se les dice una y otra vez que ellas mismas han desencadenado los comportamientos de su pareja/jefe/amigo al hacer algo “incorrecto”. Al mismo tiempo, para “mantener la paz”, las víctimas pueden reprimir sus necesidades, silenciar sus voces y distanciarse de sus seres queridos. Muchas veces las víctimas no ven la conexión entre el control coercitivo al que están siendo sometidas y su propio aislamiento hasta que el tiempo ha pasado y se dan cuenta de su dependencia y su falta de autoestima. Perder la confianza en una misma es algo que puede resultar paralizante y que perpetúa la situación de control coercitivo en la que se encuentran. Si quieres saber cómo recuperarte de una relación narcisista, es más que probable que te suene este patrón de relación.
Las personas que se quedan atrapadas en la red de una persona controladora suelen empezar esta situación en un momento de vulnerabilidad en sus vidas. La diferencia es que alguien que ha crecido en una familia funcional, con referentes más sanos, se da cuenta mucho antes de que “algo está mal” y suele abandonar la relación y con ella el control coercitivo. Las personas que han crecido en familias disfuncionales pueden no darse cuenta de esto, ya que se trata de patrones que les son familiares. Por eso es más que probable que, o bien tarden más en abandonar la relación, o bien no lleguen a hacerlo, quedándose con la persona que las maltrata o abusa de ellas. En este tipo de relaciones las víctimas de control coercitivo se sobreadaptan a lo que les pide/exige la persona que ejerce el control coercitivo, en nombre del “amor”. En este tipo de relaciones se le llama amor a lo que en realidad es control, dominación y poder.
Una vez que una persona controladora atrapa a otra en su red, hará todo lo posible para prolongar la relación. A veces la amenazará, la acosará o la asaltará si se va o sospecha que está intentando irse. Por esta razón, incluso si no hay violencia física, es importante que una persona que está siendo sometida a control coercitivo busque ayuda y confeccione un plan para sentirse sana y segura.
* Si no te gusta la palabra “víctima”, puedes sustituirla por “superviviente”.
Si quieres saber cómo recuperarte de una relación narcisista, o todavía estás en ella, y te das cuenta de que estás siendo sometido a control coercitivo, pide ayuda. Tienes derecho a vivir de forma libre y autónoma y nadie tiene porqué privarte de él.
Fuente: https://www.psychologytoday.com
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