
Todos los supervivientes que provienen de familias narcisistas/disfuncionales, a medida que avanzan en un trabajo terapéutico de recuperación, se dan cuenta de que tienen derechos como seres humanos individuales.
En la infancia e incluso como adultos, es más que posible que otras personas los hayan tratado como si tuvieran pocos o ningún derecho. Es posible que ellos mismos hayan llegado a creer que no tenían derechos y hayan podido estar viviendo la mayor parte de sus vidas de ese modo.
Esta “Declaración de Derechos” está basada en el capítulo 13 del libro “Sanando al Niño/la Niña Interior: Descubrimiento y Recuperación para Niños/Niñas Adultos de Familias Disfuncionales”, de Charles Whitfield.
En él, explica Whitfield, que como facilitador de grupos de terapia, solicitó a los miembros de varios grupos que considerasen qué derechos tenían, que los escribiesen y los compartiesen con el grupo. La siguiente es una compilación de los derechos manifestados por los miembros de esos grupos.
Declaración de Derechos de las Niñas Adultas de Familias Disfuncionales
- Tengo muchas opciones en mi vida más allá de la mera supervivencia.
- Tengo el derecho de descubrir y conocer a mi Niño Interior.
- Tengo derecho a llorar porque no obtuve lo que necesitaba o lo que obtuve que no lo necesitaba o no lo quería.
- Tengo derecho a seguir mis propios valores y criterios.
- Tengo derecho a decir que no a algo cuando siento que no estoy preparada, no es seguro para mí o viola mis valores.
- Tengo derecho a la dignidad y al respeto.
- Tengo derecho a tomar decisiones.
- Tengo derecho a determinar y respetar mis prioridades.
- Tengo derecho a que mis necesidades y deseos sean respetados por otros.
- Tengo el derecho de terminar las conversaciones con personas que me humillan o me hacen desprecios.
- Tengo el derecho a no ser responsable por el comportamiento, las acciones, los sentimientos o los problemas de los demás.
- Tengo el derecho a cometer errores y no tener que ser perfecta.
- Tengo derecho a todos mis sentimientos.
- Tengo derecho a estar enfadado con alguien a quien quiero.
- Tengo derecho a ser yo misma, sin sentir que no soy lo suficientemente buena.
- Tengo derecho a sentir miedo y a decir “Tengo miedo”.
- Tengo derecho a experimentar y después soltar el miedo, la culpa y la vergüenza.
- Tengo derecho a tomar decisiones basadas en mis sentimientos, mi juicio, mi percepción o cualquier otra razón que yo elija.
- Tengo derecho a cambiar de opinión en cualquier momento.
- Tengo derecho a ser feliz.
- Tengo derecho a mis necesidades personales de espacio y tiempo.
- Tengo derecho a relajarme y a ser juguetón y frívolo.
- Tengo derecho a cambiar y a crecer en la vida.
- Tengo derecho a mejorar mis habilidades de comunicación para que los demás me entiendan.
- Tengo derecho a hacer amigas y a estar cómoda con las personas.
- Tengo derecho a estar en un ambiente que no sea abusivo.
- Puedo ser más sano mentalmente que las personas que me rodean.
- Puedo cuidar de mí misma, pase lo que pase.
- Tengo derecho a llorar por las pérdidas.
- Tengo el derecho de confiar en otras personas que se han ganado mi confianza.
- Tengo el derecho de perdonar a los demás y perdonarme a mí mismo.
- Tengo el derecho de dar y recibir amor incondicional.
Te invito a que consideres cuántos de estos derechos ya tienes y los has hecho tuyos y cuántos quieres recuperar. Cada ser humano tiene todos y cada uno de estos derechos por el mero hecho de serlo y merece ejercitarlos y que se le respeten. A medida que nombramos y ejercitamos estos derechos, los integramos de forma plena en nuestras vidas.
¿Estás recuperando ahora alguno de esos derechos? ¡Deja un comentario!
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