
Cómo se genera la herida de “no ser suficiente” en los hijos de padres narcisistas
Cuando somos niños, tendemos a tomarnos todo de forma personal. Somos auto referentes y creemos que todo lo que ocurre a nuestro alrededor tiene que ver con nosotros, para bien o para mal. No hay límites entre un niño y su entorno.
Si los padres de un niño se pelean, el niño generalmente piensa es su culpa. Si alguien que conocen se hace daño, creen que podría ser por su culpa. Depende de sus padres enseñarle a diferenciarse entre él y los demás. Que sus hijos sepan que las otras personas (incluidos los padres) son responsables de sus propias emociones y comportamientos.
Desafortunadamente, a los hijos de padres narcisistas nunca se les enseña esta diferenciación. Para estos niños, si algo anda mal, sus padres narcisistas suelen estar de acuerdo en que es culpa del niño.
El enfoque de los padres narcisistas está en su propio bienestar y sus hijos se dan cuenta desde el principio que su papel es servir y validar la existencia de sus padres. Han de estar pendientes de sus padres de una forma extrema, sin que sus padres estén emocionalmente disponibles para ellos. Esto es una alteración del orden natural de los roles en la familia narcisista, lo que muchas veces da lugar a la parentificación.
Los hijos de padres narcisistas aprenden a equiparar la felicidad de sus padres con la suya propia y se espera que sean sumisos, leales y agradecidos por lo que sus padres les decidan dar, aunque sean migajas de amor, cuidados o atención. Cada día, la vida del niño depende de los caprichos de sus padres, lo que lleva al niño a vivir con una constante incertidumbre, ansiedad y culpa por lo que ocurre a su alrededor.
Como este nivel de exigencia hacia un niño es poco realista e imposible de alcanzar, estos niños interiorizan una vergüenza intensa y la sensación de que son defectuosos por no estar a la altura de las expectativas de sus padres.
Debido a que los padres narcisistas se ven a sí mismos como perfectos, se creen que están haciendo lo mejor como padres y que cualquier resistencia por parte del niño no es más que ingratitud.
Para los hijos de padres narcisistas, que no conocen otra forma de interacción, que no saben que existen otros tipos de relaciones entre padres e hijos y que son demasiado pequeños para desarrollar recursos para afrontar esta situación, gran parte de la vida se convierte en un misterio doloroso.
La mayoría crece con la sensación de que “algo está mal”, y en lugar de darse cuenta de que lo que “está mal” son las dinámicas familiares, lo ponen en sí mismos, creyendo que son defectuosos, no son suficientes y no son dignos de amor. Esto es algo que arrastran a la vida adulta y que llevan a sus vínculos, en especial a los de las relaciones amorosas.
Las consecuencias de tener padres narcisistas
Pueden pasar años de frustración y angustia para que la hija de un padre o madre narcisista se dé cuenta de que la raíz del problema no está dentro de ella sino en sus padres y en la crianza emocionalmente abusiva que han recibido.
Hay numerosas consecuencias emocionales de haber crecido con padres narcisistas, más abajo te describo algunas de las más importantes:
Falta de confianza e intimidad en las relaciones
Las hijos de padres narcisistas aprenden a una edad temprana que es mejor no expresar sentimientos o confiar en los demás. Es difícil y solitario poner siempre una barrera para protegerse de los demás, pero les parece mejor que que les hagan daño.
No saber lo que quieren
Las hijas de madres narcisistas han tenido que estar tan pendientes de sus deseos y de complacerlas, que no han podido tener mucho contacto interno consigo mismas ni aprender a decidir quiénes son, qué les gusta, qué es importante para ellas,… Esto lleva a tener una identidad muy difusa y a, en muchas ocasiones, no saber qué es lo que realmente quieren en la vida.
Creer que no son dignas de amor
Las hijos de madres narcisistas han crecido recibiendo muchos mensaje de que no son suficientes ni dignas de amor, muchas veces con agresiones verbales o emocionales, en ocasiones descubiertas y otras encubiertas, de forma pasivo-agresiva. En general el trato que han recibido ha sido pobre y abusivo. A causa de esto, de adultas tienden a replicar la relación disfuncional que tenían con sus padres al buscar inconscientemente parejas románticas que sean igualmente críticas, reticentes y emocionalmente inaccesibles.
Adquirir sus propios rasgos narcisistas
Si te han negado ser el centro de atención toda tu vida, es posible que desees desesperadamente un poco de atención. Esto puede llevar a las hijas de narcisistas a quedarse con la primera pareja que les presta atención y generar dependencia emocional, o bien también puede que al ser ésa su zona de confort, eviten las situaciones en las que creen que pueden llegar a ser el centro de atención, por sentirse muy incómodas en ese lugar.
Complacer a las personas y desarrollar codependencia
Cuando una niña es manipulada a diario y pasa la mayor parte del tiempo ocupándose de las necesidades emocionales de sus padres, aprende a valorarse a sí misma sólo en relación con cómo hace sentir a los demás. Esto llevan esta necesidad aprendida de complacer a los demás a sus relaciones como adultas, lo que lleva a desarrollar codependencia.
Poner las necesidades de validación y aceptación en los demás
Las hijas de madres narcisistas tienen necesidades básicas, que tienen todas las niñas y forman parte del proceso de desarrollo, como la de aceptación o validación, que no han sido cubiertas por sus madres narcisistas. Esto les llevará a buscar la satisfacción de estas necesidades no cubiertas en otras personas de adultas, como en sus parejas, jefes, amigas,…
Pasos que puedes dar como hijo de padres narcisistas
La mayoría de los hijos adultos de padres narcisistas se pasan años o incluso toda su vida repitiendo un patrón de relaciones poco satisfactorias, tanto consigo mismos como con los demás, repitiendo de forma inconsciente la relación inicial con sus padres narcisistas.
¡Pero no tiene porqué ser así!
Aquí hay algunos pasos que puedes empezar a dar para sanar.
Observa con desapego
Una de las primeras cosas que puedes hacer para comenzar el viaje hacia la sanación es reconocer que tu padre o madre o ambos son narcisistas y que, lo admitan o no, están sufriendo. Aprende todo lo que puedas sobre el narcisismo para poder identificar los mensajes disfuncionales que recibiste mientras crecías. Hacer esto te permite obtener un grado de desapego emocional y ver a tus padres no sólo como tu madre o tu padre, sino como personas que hacen lo que pueden. Esto también te ayudará a cultivar algo de empatía hacia tus padres narcisistas, lo que puede llevarte a perdonar tanto a tus padres como a ti mismo. El perdón es algo que se da de forma gradual y no es una cuestión de blanco/negro. Cuanta más capacidad de perdón tengas hacia ti misma y hacia tus padres, más fácil será para ti dejar atrás el pasado y convertirte en la adulta que estás destinada a ser.
Pon conciencia en tus expectativas
Las personas narcisistas son muy buenas en crear una falsa sensación de esperanza de que el mañana será diferente de alguna manera. Es una trampa en la que es fácil caer, pero es una trampa que tú (a sabiendas o no) te tiendes a ti mismo al tener la expectativa de que un narcisista puede o quiere cambiar. Desafortunadamente, dado que la mayoría de los narcisistas se ven a sí mismos como perfectos y no asumen responsabilidades emocionales, su capacidad de cambio es poca o nula. En consecuencia, la invitación es a que observes si tus relaciones están basadas en expectativas de cambios que nunca llegan. Darte cuenta de esto te ayudará a tener una visión más realista de tus relaciones y, desde ahí, decidir si las quieres aceptar tal y como son, o si prefieres irte para buscar otra relación mejor para ti, donde puedas satisfacer de verdad tus necesidades emocionales.
Aprende a poner límites
La mayoría de las hijas de madres narcisistas tienen dificultades para establecer límites y esto suele estar directamente relacionado con una baja autoestima. Para mejorar tu autoestima y mantener cualquier relación adulta es conveniente que aprendas a poner límites e incluso simplemente alejarte cuando otro límite no es posible.
Obtén ayuda profesional
Una de las tácticas emocionales que usan los padres narcisistas para manipular y controlar a sus hijas es el aislamiento. Esto es especialmente fácil con los niños, ya que la mayoría de las personas del entorno familiar perciben a los padres como perfectos, cuando en realidad sólo es una fachada que los padres narcisistas se esfuerzan en proyectar hacia el exterior. De ahí que sea muy difícil para los niñas explicar a alguien lo que realmente está pasando dentro de la familia. Sin embargo, es importante que tanto las hijas jóvenes como las adultas de padres narcisistas encuentren a alguien con quien puedan compartir abiertamente su historia, lo que han vivido y sus sentimientos, preferiblemente una terapeuta que sepa de narcisismo. A menudo, no es hasta que las hijas adultas de un narcisista reciben terapia que realmente pueden comenzar a sanar.
Rompe el ciclo de abuso narcisista
Al seguir cada uno de los pasos anteriores estarás empezando el camino para romper el ciclo de abuso narcisista en tu familia.
Si bien no es fácil, hay sanación y esperanza para los hijas adultas de padres narcisistas. El mejor lugar para comenzar es ser amable contigo misma, reconocer que lo que te obligaron a soportar de niña no fue culpa tuya, y buscar la ayuda profesional que necesitas para perdonarte a ti misma y a tus padres y comenzar a crear la vida que quieres para ti.
Imagen de Nick Fewings en Unsplash
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