
Muchos de los supervivientes de Familias Disfuncionales fueron víctimas de los abusos de su familia de origen durante años en la infancia y como adultos siguen repitiendo esta postura frente a los demás de forma inconsciente. ¿Te ves reconocida en esta descripción?
Creencia y Actitud de la Víctima
“Me siento segura y bien conmigo misma cuando soy sumisa y hago lo que me dicen los demás”
Lo que Piensan las Víctimas de Sí Mismas
- Las personas que han adoptan el rol de víctimas generalmente creen que están intrínsecamente dañadas, que son defectuosas e incapaces de lidiar con la vida. Proyectan una actitud de ser débil, frágil o carente de inteligencia. Su actitud puede resumirse así: “No puedo hacerlo solo”. Su mayor temor es tener que lidiar con la vida por sí mismas, en su lugar, prefieren depender de la ayuda de otros para que les cuiden, tomen decisiones por ellos, les digan en qué tienen que trabajar, cómo tienen que vestir, qué tienen que comer,… Están convencidas de que son personas inadecuadas, frágiles, impotentes o defectuosas que necesitan que otros las rescaten. Se niegan a sí mismas que tienen el poder y el potencial para resolver sus propios problemas. Esperan que los demás se ocupen de ellos. La ironía es que la mayoría de las personas que desempeñan el papel de víctimas terminan resintiendo a las personas que intentan ayudarlas. La persona que la “arregla” o “rescata” le recuerda a la víctima su sentido de inutilidad e inadecuación.
- Al final, las personas que desempeñan el papel de víctimas en la vida se cansan de ser tratadas “menos que”. Lo que sucede entonces es que comienzan a encontrar formas de sentirse iguales mediante alguna forma de “vengarse”, lo que generalmente significa encontrar fallos en los esfuerzos de quienes intentan ayudarlos. Un escenario típico puede ser que una rescatadora que haya ofrecido ayudar a una víctima, pero la víctima rechaza cualquier solución que la rescatadora le ofrezca como inadecuada o impracticable. Comentarios como “sí, pero eso no funcionará porque …” o “tu sugerencia podría ayudar a otros, pero en realidad no comprende mi problema”. La víctima está decidida a demostrar que su problema es irresoluble, invalidando con ello a la rescatadora, haciéndole sentirse tan impotente como se sienten ellas.
- Convencidas de su incompetencia intrínseca, las personas que han adoptado el papel de víctimas en la vida a menudo recurren a algún tipo de adicción para sentirse adecuadas y sentirse bien consigo mismas. Las drogas, el alcohol, la comida, el juego o las compras son algunas de las adicciones a las que recurren las víctimas como medio de escape y para lidiar con la vida.
Características de las Víctimas
- Tienen baja autoestima y una sensación de ser indignos y “menos que” los demás.
- Creen que si son sumisas, serán bien tratadas y escaparán de los abusos.
- Creen que las necesidades y deseos de otras personas tienen prioridad sobre los suyos propios.
- Tienen la actitud de que la vida es “un valle de lágrimas”, algo que se debe sufrir y soportar.
- No se dan cuenta de que tienen el poder de elegir asumir la responsabilidad de una mejor calidad de vida.
- Se mueven entre la lástima a sí mismos y el comportamiento pasivo-agresivo. Culpan a los demás de su estado de ánimo y, en general, de todo lo que está mal en sus vidas.
- No saben cómo hacerse responsables de sus propios sentimientos, pensamientos y acciones.
- Son incapaces de defenderse a sí mismas y evitan los conflictos siendo complacientes.
- Hacen frente a las amenazas cediendo, para sentirse seguros y no puede ser asertivos cuando otros actúan de manera inapropiada.
- Pueden ser demasiado sensibles, difusas e incapaces de tomar decisiones y mantenerlas.
- Tienen mucha ansiedad, miedo y vergüenza, y se mueven en la vida desde esas emociones.
- Se sienten atrapados en sus propias vidas e insatisfechos con todo.
Herramientas de Recuperación para las Víctimas
- Eres responsable de tu propia vida, tu bienestar y tu felicidad.
- La postura de su víctima puede funcionar por un tiempo, pero en última instancia conduce al abuso, el resentimiento y la desigualdad en tus relaciones.
- Hazte consciente de que ya no eres un niño necesitado, sino un adulto que tiene valor y poder sobre sí mismo.
- Determina tus deseos y necesidades y exprésalas de forma asertiva.
- Comprende que en cualquier situación de la vida tienes opciones y derechos.
- No permitas que nadie te rescate. Aunque puede ser tentador regresar a ese viejo rol porque es cómodo para ti, te quita la dignidad y tu poder personal.
- Sé honesto contigo mismo y con los demás. Ten la valentía de decir tu verdad con claridad.
- Es tu responsabilidad y tú eliges sobre cómo piensas, sientes o actúas.
- Aprende las sensaciones y reacciones del cuerpo que indican que estás a punto de caer en el rol de víctima y sentirte impotente. Tu cuerpo te alerta cuando no eres auténtica o no te valoras a ti misma.
- Desafía cualquier creencia o pensamiento que diga que eres indigno y que no puedes cuidar de ti mismo. Pregúntate si es la voz de tu infancia, en lugar de la del adulto capaz y poderoso que eres hoy en día.
- Deja de culparte a ti mismo o a los demás de las cosas que te pasan.
- Pon límites y di que no a comportamientos inaceptables y practica mantenerlos.
- Practica actividades que te lleven alegría y te auto-fortalezcan. Esto alimentará tu capacidad para ocuparte de tus propias necesidades.
- Rodéate de gente positiva y que te acepte tal y como eres y haz afirmaciones diarias de tu capacidad de poder e independencia.
- Procesa tus sentimientos por haber crecido en una familia disfuncional o abusiva y hazte consciente de cómo está impactando aún hoy en tu comportamiento como adulto. Tienes el poder de elegir si deseas continuar viviendo tu vida como una víctima.
- Los nuevos comportamientos requieren tiempo y práctica. Ten paciencia contigo misma. Si caes en viejos comportamientos o conductas, no seas dura contigo misma ni te juzgues, simplemente obsérvalo. Observar y poner consciencia es el primer paso para cambiar.
- Reconócete a ti mismo como “el salvador” al que llevas esperando toda la vida. Tú te salvas a ti mismo. Es así de sencillo.
Fuente: hamra.co
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