
¿Qué es el Desarrollo Emocional y Psicológico Detenido?
El hecho de que alguien sea ya físicamente un adulto, no significa que haya alcanzado todos los hitos del desarrollo necesarios para tener la misma edad mental y emocional. En este párrafo, S. Rufus, periodista especializada en temas psicológicos, comenta sobre el fenómeno del desarrollo emocional y psicológico detenido:
“Algunos de nosotros parecemos mayores, pero no lo somos. Caminamos con trajes, maletines, llaves del coche y tenemos hijos. Pero por dentro tenemos cinco años, diez, doce, dieciséis. Nos sentamos en salas de juntas, viajamos por el mundo e incluso escribimos libros. Pero somos niños, seguimos jugando a disfrazarnos, a las casitas. Nuestros cuerpos maduraron pero nuestras mentes no. Ahora, jugando a ponernos al día, jugando a espías, nos sentimos excluidos del mundo de los adultos, seguros de que nuestros coetáneos están susurrando a nuestras espaldas o hablando en un código que no conocemos .”
S. Rufus
Las adicciones, la inmadurez, el miedo, la culpa, la vergüenza, el resentimiento, la confusión y el sufrimiento suelen ser signos de un desarrollo emocional detenido.
Cuando nos atascamos en nuestro desarrollo psicológico y emocional, dejamos de aprender a asumir la responsabilidad sobre nuestras acciones y nuestras vidas. Esto suele tener sus raíces en el trauma vivido en la infancia de forma continua durante años. Nos quedamos estancadas en lo que ocurrió en nuestras vidas y no sabemos cómo procesarlo.
Las creencias inconscientes generadas por el trauma vivido
El desarrollo psicológico y emocional detenido consiste en estar atrapado en unas experiencias de la infancia o adolescencia, que dan lugar a unas creencias negativas, como las siguientes:
“No soy lo suficientemente bueno”
“Fui un error”
“Soy tonto”
“No tendría que haber nacido”
“Nadie me va a querer”
“No sirvo para nada”
“Soy defectuosa”
“No soy digna de amor”
…
Estas creencias inconscientes generan respuestas automáticas relacionadas con la emoción del miedo de lucha-huida-congelación, que son generadas por el trauma vivido. Suponen la defensa aprendida para sobrevivir a un entorno hostil o poco nutriente. Lo que ocurre es que el cerebro se congela en las situaciones traumáticas vividas y frente a los detonantes, que son situaciones similares a las de infancia pero vividas en la edad adulta, respondemos de la misma manera, como los niños que fuimos. Un ejemplo de esto sería haber tenido una relación conflictiva con mi madre y sentir que la situación se está repitiendo cuando tengo un conflicto con mi jefa. Entonces tenderé a responder frente a ese conflicto del mismo modo en que lo hice de niña.
Estas situaciones traumáticas no están procesadas, por lo que no solemos recordarlas de forma integral sino más bien en forma de visiones, sonidos o sensaciones. Como no están procesadas, por eso las tenemos almacenadas “a trocitos” y las relegamos al subconsciente en forma de creencias negativas, culpándonos por lo ocurrido para así darle un sentido a lo vivido.
Para deshacer estas creencias, lo primero es hacerlas conscientes, darnos cuenta de cuáles son para poder empezar a trabajar con ellas y deshacerlas, ya que no es responsabilidad nuestra lo que nos ocurrió como niños o adolescentes, pero sí somos responsables como adultos de tomar las riendas de nuestra vida y alcanzar la madurez psicológica y emocional.
Los roles que desempeñamos como aldultos
Hay muchos roles que un adulto debe asumir en la vida, ya sea como pareja, padre, trabajador, hermano, arrendatario,…. Las señales de que el desarrollo psicológico y emocional se ha completado es cuando una persona tiene empatía, buenas habilidades de comunicación y puede asumir los diferentes roles que se le exigen en los momentos apropiados. Sabe ocupar el lugar que corresponde a cada momento en la vida y se sabe adaptar a las circunstancias de su entorno.
El desarrollo emocional y psicológico no completado crea caos, defensas y colapsos. Cuando una persona ha detenido (involuntariamente) su desarrollo, es difícil entrar y salir de estos diferentes roles debido al hecho de que todavía están atrapados en un estado de la niñez o la adolescencia.
No saben cómo hacer introspección sobre sí mismas, les cuesta asumir errores y aprender de ellos, no saben cómo tener una conversación asertiva y suelen entrar fácilmente en el conflicto, no saben cómo dar un paso al frente y asumir la responsabilidad de las cosas,.. Por dentro, se siguen sintiendo como los niños o adolescentes que fueron, perdidos y sintiéndose atacados y defendiéndose de todo y todos.
Si te sientes identificada con esta descripción, es importante que mires hacia atrás y veas dónde te quedaste atascada y deshagas las creencias y defensas negativas que formaste allí para que puedas seguir adelante y crecer en la vida hasta ser una adulta también psicológica y emocionalmente.
Qué causa el detenimiento en el desarrollo psicológico y emocional
Este detenimiento en el desarrollo no es una casualidad. Tiene lugar porque en tus etapas como bebé, en la niñez y/o en la adolescencia, tus necesidades emocionales no fueron cubiertas por tus cuidadores, lo que provoca un estancamiento. La persona sigue esperando que otro le dé lo que en su momento necesitó y no le fue dado. Se suele tratar de necesidades como atención, apoyo, escucha, cariño, la falta de referentes,…
Si tenemos padres que nos hacen un buen espejo y se sintonizan con nosotros a medida que crecemos, avanzaremos adecuadamente a través de las etapas de desarrollo de la vida.
Sin embargo, si no lo hacen, podemos estar expuestos a experimentar detenimiento en el desarrollo emocional y psicológico. Esto se da siempre en los casos en los que tus padres han estado expuestos ellos mismos a ese detenimiento en el desarrollo. El trauma familiar es algo que se pasa de generación en generación hasta que se sana en terapia.
Esto es algo que ocurre siempre en las familias disfuncionales,entre las que se incluyen la familia narcisista, donde los padres no vieron satisfechas estas necesidades en su infancia y repiten esta experiencia con sus hijos. Esto se agrava cuando el padre o la madre sufre una patología como la del narcisismo, ya que toda la dinámica de carencia y falta de responsabilidad es justificada por el sistema familiar.
En otras palabas, el entorno familiar justifica y normaliza una situación que no lo es, con lo que la defensa que encuentra el niño frente a esta realidad tan dura y precaria emocionalmente, es culparse a sí mismo, y de ahí desarrollar las creencias negativas antes mencionadas, que le acompañarán hasta la edad adulta.
Cuando estamos muy expuestos a heridas de niñas, reaccionamos negativamente y codificamos nuestras heridas como creencias centrales negativas sobre el mundo y los demás. Para defendernos, nos encerramos en cárceles psicológicas y allí nos quedamos porque no creemos que el mundo sea seguro. Cuando no permitimos que entre luz, es imposible crecer.
Si estás en proceso de averiguar cómo sobrevivir a una madre narcisista o a una familia narcisista, gran parte de la clave está en darte cuenta de las necesidades que no fueron cubiertas y que detuvieron tu desarrollo psicológico y emocional.
Cómo Sanar el Desarrollo Psicológico y Emocional Detenido
Si no miramos la causa de nuestro dolor y porqué estamos en un estado defensivo, nos atascamos demasiado pronto en nuestro desarrollo. No tendremos la base psicológica y emocional para construir un sentido saludable de una misma y habilidades psicológicas básicas para la vida, como la comunicación y el comportamiento saludables. Si no los desarrollamos, esto afectará a nuestras relaciones como adultas en la vida.
El desarrollo adulto se puede lograr, pero se necesita tiempo y tratamiento psicológico para reparar las heridas traumáticas centrales que están inherentemente en la raíz de esta disfunción del desarrollo emocional.
Con la ayuda profesional adecuada, puedes aprender a darte a ti mismo lo que te faltó, a cubrir esas necesidades básicas emocionales que no fueron cubiertas en la infancia y la adolescencia. Esto es lo que te permitirá por fin superar esas fases y alcanzar la adultez emocional y psicológica.
Hola Patricia, tus artículos me llegan en un buen momento siempre y este me llega en un momento en el que me resuena enormemente. Gracias! : )
Gracias a ti por tus palabras, Manuel 🙂