¿Qué es un Detonante o “Trigger”?



Un detonante (“trigger” en inglés) es una situación /experiencia que ocurre en el presente y que activa un recuerdo que transporta a la persona de regreso a la experiencia que provocó el trauma original.

Este traslado es tan potente que se puede convertir en un flashback emocional. Esto es, un “secuestro” por parte del cerebro emocional, dejando como apagada o en off la parte racional y lógica.

Para la superviviente que lo experimenta es como una réplica exacta de volver a sentirse un niño que está siendo atacado y se siente indefenso e impotente.

¿Qué produce un detonante?

Cada persona tiene sus propios temas que la disparan. Los detonantes pueden ser personas, lugares o situaciones. Los pensamientos, las emociones y las sensaciones también pueden desencadenar recuerdos de trauma.

También pueden ser algo específico relacionado con el recuerdo del evento traumático (como los puentes, el olor a combustible,…) o algo general (como estar en una multitud).

Un detonante puede dar lugar a emociones como: miedo, ira, tristeza, culpa y vergüenza.

También es muy frecuente que se den sensaciones físicas como la aceleración del corazón, dificultad para respirar, sudoración, sequedad en la boca.

La importancia de entender los detonantes

Durante tu infancia viviste experiencias traumáticas que quedaron registradas en tu memoria a nivel inconsciente (necesitaste relegarlas al inconsciente para poder sobrevivir). Estas experiencias, mientras no están integradas de una forma completa, las tienes asociadas a determinadas imágenes, sonidos, olores,.

Cuando veías esas imágenes, oías esos sonidos u olías esos olores, tu cerebro detectaba el peligro y se ponía en modo “alarma” para protegerte. El detonante literalmente disparaba adrenalina, cortisol y otras hormonas que provocaban reacciones físicas(sudor, tensión en los músculos) y emocionales (miedo, ira ) para que te congelases, huyeses o luchases.

Cuando en la actualidad te topas por casualidad con algo que se parece mucho a una de esas imágenes, sonidos u olores, el detonante se dispara de nuevo “confundiendo” la situación de realidad con la del trauma hasta el punto de “pensar” que son la misma.

Consejos sobre los detonantes

Identifica tus detonantes. Los detonantes cambian de persona a persona porque están relacionados con las experiencias de cada uno/cada una. Ejemplos de detonantes son:

  • Oír ruido a la espalda del superviviente.
  • Los sitios que están llenos de gente, como un autobús.
  • Los sitios con muchos estímulos visuales o auditivos, como los conciertos o los grandes almacenes.
  • Las risas o carcajadas de otras personas cuando la superviviente pasa cerca.
  • El contacto corporal no previsto.
  • Oír gritos y/o golpes.

Gestión de los detonantes

Puedes desarrollar estrategias para gestionar situaciones que ya sabes que serán difíciles para ti porque es posible que den lugar a detonantes. Sigue los siguientes pasos:

Paso 1: Prepárate para la situación.

Paso 2: Deja de lado tu preocupación.

Paso 3: Acepta que experimentarás angustia y déjate sentirla, no la resistas.

Paso 4: Intenta que tu cerebro emocional no se apodere de toda la situación, deja que la parte racional también esté presente en la situación.

Paso 5: Confía en ti. Afronta la situación confiando en que dispones de los recursos necesarios para gestionarla de forma adecuada.

Paso 6: Respira de forma profunda.

Si te sientes listo para tratar directamente con un detonante, intenta permanecer presente en presencia del detonante hasta que te sientas menos angustiado. La idea es que no abandones la situación hasta que sientas que el detonante no es tan poderoso como lo era cuando te enfrentaste a él por primera vez. Esto reciclará tu cerebro. Tu cerebro aprenderá a tolerar el detonante. Recuerda que tu cerebro es plástico y puedes modificar sus respuestas. Tu cerebro aprenderá que no estás en peligro real y tu respuesta al detonante se debilitará gradualmente.

Para poder poner en práctica estas herramientas y recomendaciones de forma segura y efectiva:

  1. Háblate a ti misma activamente durante la situación.
  2. Hazlo en un entorno seguro en el que puedas abandonar la situación si realmente lo necesitas.
  3. Haz respiraciones profundas y pausadas mientras lidias con el detonante.
  4. No aguantes más de lo necesario. Si ves que es demasiada angustia, simplemente protégete y abandona la situación.

Un detonante puede convertirse en un flashback emocional

Los detonantes pueden desembocar en flashbacks emocionales. Un flashback emocional, como hemos explicado más arriba, es una situación en la que el cerebro el “secuestrado por la amígdala”, una parte del sistema límbico que se encarga de alertar cuando percibe un peligro.

Durante el flashback emocional, el cerebro confunde una situación que está ocurriendo en el presente con una situación del pasado que se le parece y en la que sentimos que nuestra supervivencia está en peligro. Esto lleva a actuar de una forma muy impulsiva, generalmente huyendo o luchando, sin dejar que la parte racional del cerebro también intervenga.

¿Por qué les ocurre esto a los supervivientes? Porque muchos sufrieron situaciones de infancia en las que realmente se sentían en peligro, amenazados en su existencia. Esto provocó que ciertas experiencias traumáticas fueran registradas y relegadas al inconsciente por ser muy dolorosas. Cuando se encuentran con una situación en el presente que es similar, todas las alarmas se disparan y para su cerebro es como si reviviesen esa situación otra vez.

Sin darse cuenta, en muchas ocasiones provocan que esas situaciones se acaben repitiendo en sus vidas hasta que las hacen conscientes. Cuanto más consciente sea tu vida, menos buscarás detonantes que te hagan revivir situaciones traumáticas de infancia que para ti son una “zona de confort”.

Fuente: https://psychcentral.com

2 Comentarios

  1. hiba

    Gracias de la informacion
    es muy interesante

    Responder

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