
En las familias narcisistas/disfuncionales los roles que se asignan a los miembros son rígidos y el/la que los decide (y que está predispuesto a asignarlos en función de sus propias necesidades y proyecciones) es el padre/madre narcisista con el apoyo del otro, que suele ser codependiente. Son como los papeles en una obra de teatro, de los que no es fácil salir a menos que se empiece terapia. Si quieres saber cómo comprender y sanar el abuso narcisista, puedes empezar por ver qué roles son los que has desempeñado en tu familia de origen.
En familias disfuncionales es muy común que uno de los hijos sea ignorado y tratado como si no existiera. Es como si los padres no notaran que el niño está ahí. El “Niño Perdido” es como se llama a este rol en la familia porque el mensaje que se le da es ése precisamente, el de: “¡Piérdete!”. No es victimizado como el niño que ejerce el rol del Chivo Expiatorio, pero se le ignora. Aprenden a invisibilizarse en la familia porque se les da el mensaje de que molestan a los padres y que cuanto menos se hagan notar, serán “apreciados” o “valorados” por esto.
La Niña Perdida tiende a ser callada y tímida, y no llama la atención. De adultas, siguen siendo tímidas y pueden retirarse, siendo muy reacias al contacto y a tener vínculos con otras personas. Tienden a evitar la confrontación y el drama, y pueden volverse muy inexpresivas. Esta falta de conexión con la familia y consigo mismas puede hacer que de adultas tengan dificultades para identificar quiénes son.
Se vuelven muy independientes porque en su familia disfuncional no se les permitía o se les hacía sentir culpables por pedir o por expresarse. Les resulta difícil aceptar sus limitaciones y pedir cosas a otras personas. Han aprendido a no esperar nada de los demás. Su forma de lidiar con la realidad es retirarse de ella. Niegan que tienen sentimientos y “no se molesten en molestarse”.
El Niño Perdido suele invertir mucho tiempo en estas actividades:
- Soñar despierto, fantasear.
- Leer, estudiar.
- Ver la televisión, jugar a videojuegos.
- Entretenerse jugando solo.
Estas niñas crecen y se convierten en adultas que están emocionalmente anestesiadas y tienen baja autoestima. Le tienen miedo a la intimidad y las relaciones sociales les dan ansiedad. Son muy retraídas y tímidas, y se aíslan socialmente. Muchas actrices y escritoras son Niñas Perdidas que han encontrado una manera de expresar emociones mientras se esconden detrás de sus personajes.
Los niños de familias disfuncionales, al adaptarse a la dinámica familiar y los roles asignados, tienen una visión distorsionada de quiénes son hasta el punto de creer que ellos son su rol. Algunos se pasan así toda una vida, sin llegar a descubrir quiénes son realmente, sin desarrollar una personalidad madura y propia, que a más allá de unos roles infantiles, asignados para propiciar dinámicas tóxicas en el sistema familiar disfuncional.
Características del Niño Perdido en la Familia Narcisista/Disfuncional
Para entender si tú o alguien a quien conoces ejerció el rol de la Niña Perdida en una familia narcisista/disfuncional, éstas son sus características:
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Anestesiado
El adulto que alguna vez fue un Niño Perdido en una familia disfuncional tiene problemas para sentir sus propias emociones. Cuando les sucede algo negativo, les será difícil sentirse tristes. También les puede resultar difícil sentirse felices cuando les pasan cosas buenas.
Esto se debe a que en su infancia se acostumbraron a esconder sus emociones para “no dar que hacer” o “no ser un problema” para la familia. A base de reprimir, negar, introyectar (volverlas contra uno mismo) emociones, la persona llega a la edad adulta estando en muy poco contacto con sus emociones, como adormecida. Esto lleva, en general, a tener poca energía vital.
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Aislada
Debido a esta necesidad de ser invisible en su familia de origen, estará muy acostumbrada a pasar tiempo sola y a entretenerse consigo misma, desarrollando pocas habilidades sociales. Generalmente, serán personas tímidas e introvertidas y con pocos amigos.
En casos extremos, puede llevar a situaciones de un auténtico aislamiento social.
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Falta de intimidad
Básicamente, el Niño Perdido en la infancia no hizo conexiones con otros miembros de la familia. Debido a esto, como adultos, les resulta muy difícil tener vínculos y conexiones profundos, en los que haya intimidad física y emocional. Inconscientemente, hay un miedo a la intimidad.
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Se sacrifica
Por lo general, se trata de una persona que sacrificará sus necesidades por las de los demás, que estará disponible para los otros y que tendrá una actitud de “yo siempre estoy bien y no necesito nada”.
Al fondo, lo que hay es la experiencia de una niña que nunca pedía nada, ni esperaba nada de los demás y que creció pensando que el mundo tenía poco que ofrecerle.
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Baja autoestima
Generalmente, la Niña Perdida crecerá con una autoestima baja. A pesar de que realmente no se hicieron notar de manera negativa en la familia, tampoco recibieron apoyo ni amor. Si no hacen terapia, de adultas mantienen un perfil bajo, pasan desapercibidas, sin hundirse y sin destacar. En definitiva, sobreviviendo sin esperar gran cosa de la vida.
Si quieres saber cómo comprender y sanar el abuso narcisista, salir del rol de la Niña Perdida requiere salir de la invisibilización, aceptar las necesidades y los deseos, querer conectar con una misma y con los demás e interiorizar ideas como las de:
“Yo importo” o “Merezco dar y recibir amor”
A la persona que ha ejercido el rol del Niña Perdida le pueden venir bien, además de hacer terapia, actividades como el teatro o la danza, en las que pueda expresarse de una forma espontánea.
Si quieres saber cómo comprender y sanar el abuso narcisista, éste y otros roles de los miembros en familias disfuncionales, son tratados en profundidad por el psicoterapeuta estadounidense John Bradshaw en su libro “Volver a Casa”.
Fuente: https://www.learning-mind.com
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