
Si obtenemos lo que deseamos de una relación, como por ejemplo cariño, atención, conexión, ayuda, colaboración, entonces es más probable que permanezcamos. Del mismo modo, si la otra persona obtiene lo que quiere, es más probable que se quede allí también. Esta situación de ganar-ganar se establece a través de un estilo de comunicación conocido como Asertividad.
Si eres el superviviente de una familia narcisista/disfuncional, es más que probable que la asertividad sea algo desconocido para ti y que te sean más familiares los otros tres estilos de comunicación de los que hablaré en este artículo. Es posible cambiar esta dinámica, sólo requiere de un poco de esfuerzo y práctica. Te doy algunos consejos si quieres empezar a ser asertivo.
Hay cuatro estilos de comunicación principales: Agresivo, Evitativo, Pasivo-Agresivo y Asertivo.
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El Estilo Agresivo
El estilo agresivo es probablemente el más fácil de reconocer. Es contundente y amenazante, por ejemplo: “Si no haces esto, voy a (una amenaza)”. En el Estilo agresivo, “mis necesidades” son la prioridad principal , el mensajes es “quiero lo que quiero y lo quiero ahora”. La dificultad del estilo agresivo es que quizás funcione para algo concreto pero en conjunto empeora la relación con la persona sobre la que lo estamos ejerciendo. Es muy probable que el mensaje llegue, pero de una forma tan contundente, que la otra persona o bien lo cumple por miedo o bien reacciona también agresivamente, a lo que si contestamos, la agresividad escalará. Es un juego peligroso en el que “gana el más fuerte”. Se pueden causar muchos daños emocionales a uno mismo y a los demás con este estilo.
“Si no haces esto, voy a (una amenaza)”.”Quiero lo que quiero y lo quiero ahora”.
Muchos supervivientes que han crecido en familias narcisistas/disfuncionales, hasta que empiezan a practicar el estilo de comunicación asertivo, pueden comunicarse de una forma muy agresiva. Muchas veces reaccionando a lo que ellos perciben como un ataque (y que muchas veces no lo es) y convirtiendo un conflicto puntual en una batalla campal.
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El Estilo Evitativo
El estilo evitativo es la otra cara. Para el estilo evitativo, “la relación” es la principal prioridad, por lo que es poco probable que las personas expresen una opinión, hagan una solicitud o digan que no por miedo a que la otra persona juzgue, les haga daño o las abandone. Por ejemplo: “No me importa. ¿Qué quieres hacer tú? “De nuevo, a corto plazo esto funciona, ya que las personas complacientes suelen agradar a los demás al principio. Si embargo, si hacemos esto durante demasiado tiempo es posible que acabemos resentidas por “aguantar” comportamientos a esa persona o no tener una voz propia y finalmente explotamos o tenemos que excluir a esa persona, con lo que nos acabamos llevando por delante la relación. Además, es posible que esto al principio guste pero también lo es que la otra persona se canse de ser siempre la que toma todas las decisiones o de poder hacer “lo que quiera con nosotras” y abandone la relación. Evitar los conflictos, que son parte de las relaciones, no es una buena estrategia a largo plazo ni saludable emocionalmente.
“Me da igual, yo sólo quiero estar contigo”. “No me importa, estoy bien”.
Éste es un estilo proclive a ser adoptado por muchas supervivientes también, ya que es sus familias narcisistas/disfuncionales de origen se les obligaba a ser “buenas”, con ello no se les dejaba poner límites o decir que no o eran severamente castigadas o abandonadas cuando intentaban hacerlo.
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El Estilo Pasivo-Agresivo
En el Estilo Pasivo-Agresivo la persona expresa la rabia de una forma indirecta. Incluye comportamientos como los de ser agresivo con otra persona que también está en la habitación pero no con la que es objeto de la rabia, dar golpes o tirar cosas, decir cosas amenazantes o agresivas pero con un tono dulce, ser sarcástico.
“Tienes un aliento fantástico por las mañanas”. “Me gustas incluso con tus 5 kilos de más”.
Esto es realmente una situación de Perder-Perder, ya que expresamos nuestra insatisfacción y rabia, pero lo hacemos de una manera confusa, nuestro lenguaje corporal y el tono no coinciden con nuestras palabras. No manifestamos lo que queremos de una forma clara y por eso el mensaje llega confuso, con lo que al final nadie se aclara. Es una forma poco sana e indirecta de expresar rabia.
Muchos supervivientes no son conscientes de su propia rabia, creen que no tienen y en realidad la expresan de forma pasivo-agresiva. También lo hacen porque en la infancia eran severamente castigados o abandonados cuando expresaban rabia, por lo que se acostumbraron a expresarla de esta manera hasta la edad adulta.
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El Estilo Asertivo
La asertividad es una comunicación clara y efectiva que expresa nuestras necesidades/preferencias en una situación de una manera que mantiene la línea de comunicación abierta para que podamos escuchar las necesidades/preferencias de la otra persona, así como también avanzar hacia una solución o compromiso conjuntos.
La asertividad es una habilidad de comunicación que requiere tiempo, paciencia y práctica. A menudo es frustrante para las personas que tienden a ser más agresivas porque no existe una gratificación instantánea. También puede ser aterradora e intimidante para las personas que son más pasivas porque les resulta difícil creer que otros se puedan preocupar por sus necesidades. Sin duda es la mejor forma de comunicarse y generar situaciones de Ganar-Ganar.
Sé que puede resultar un poco abrumador si eres la superviviente de una familia narcisista/disfuncional y en ella todos los conflictos se resolvían evitando, triangulando, o bien de una forma muy agresiva y/o violenta. Otra forma de resolver un conflicto es posible con el estilo asertivo.
Consejos para practicar la Asertividad en un Conflicto
- Antes de hablar con la otra persona, respira profundo y mantén la calma. La rabia es la que te avisa de que hay un potencial peligro y que debes actuar. Comunicarte con la otra persona cuando estés sintiendo la rabia de forma intensa no es una buena idea. La asertividad requiere de estar tranquilo, tener las ideas claras y centrarse en el problema. Cuando sientas la rabia de forma intensa, espera un poco. El conflicto seguirá ahí unas horas después y tú estarás mucho más tranquilo.
- Sé clara sobre lo que quieres de la otra persona. Si mientes o lo minimizas no servirá de gran cosa. Ten tu objetivo claro y, si es necesario, practica delante de un espejo antes de hablar con la persona.
- Un gran marco para la asertividad es usar las declaraciones del tipo”Yo”, por ejemplo: “Me siento menospreciado cuando tú…”. “Lo que me gustaría es…”.“Siendo honesto me duele cuando…” . Las afirmaciones ponen el foco en ti para no elevar las emociones y la actitud defensiva de la otra persona, para que puedan responder más amablemente y no reaccionar frente a lo que podrían considerar un ataque por tu parte. Idealmente, hay que intentar no juzgar, no criticar, no insultar a la otra persona.
- Ten una actitud abierta durante el diálogo. Si tú tienes objetivos en el conflicto, seguro que la otra persona también. Se trata de expresar tus necesidades y escuchar las de la otra persona de forma tal que ambas cedan un poco para obtener de la otra lo que quieren. Si no puedes conseguir todos tus objetivos, valora si lo que te ofrece la otra persona te parece suficiente. Si eres muy esctricta o muy rígida es probable que la otra persona haga lo mismo y entonces sea muy difícil llegar a un entendimiento que satisfaga a ambas partes.
Fuente: http://drbodden.com
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