
El impacto de madres narcisistas críticas
Las personas que han crecido con padres narcisistas críticos pueden tener dificultades en sus relaciones adultas.
Aquí hay algunos escenarios comunes:
- Jose se irrita cuando su esposa le recuerda que reduzca la velocidad cuando está conduciendo. Para defenderse, le critica su ropa.
- Marta se molesta cuando su jefe le señala algún error que ha cometido. Siente que se la está tachando de incompetente y esto afecta a su ánimo durante días.
- Andrea llega tarde al encuentro con su amiga Olga, que se lo señala. Andrea entonces cambia de humor y hay tensión el ambiente durante un rato.
Como adultos, estas personas pueden ponerse fácilmente a la defensiva, sentirse inadecuadas o desarrollar una intensa necesidad de perfección.
Los padres narcisistas suelen ser críticos, duros y excesivamente autoritarios, lo que da lugar a hijos que desarrollan ansiedad como consecuencia de una larga exposición a un entorno tan exigente, hostil y poco nutriente.
La crianza punitiva hace que una niña ponga demasiado la atención en los errores y desarrolle miedo a cometerlos. Cuando se castiga o humilla a un niña por cometer un error, el cerebro aprende a retroceder para evitar más errores. Con el tiempo, y con la continua crítica de los padres, las niñas aprenden a interiorizan la crítica de un modo tal que se critican mucho a sí mismas por el más pequeño error y desarrollan ansiedad frente a tareas nuevas porque anticipan que “no lo sabré hacer bien”.
Otros impactos pueden incluir una sensación de nunca ser lo suficientemente buena o que es difícil estar a la altura de las expectativas sociales o laborales. Esto son sesgos cognitivos que no se ajustan a la realidad, pero años de decirse esto y creérselo, termina por limitarlas mucho en sus vidas, ya que evitarán asumir riesgos o probar cosas nuevas.
Los niños son completamente dependientes de sus padres narcisistas en la infancia y necesitan apegarse, por lo que la influencia de los padres ocupa un lugar muy importante para forjarse una identidad. Los niños tienen una tendencia a complacer a sus padres narcisistas, y cuando se encuentran con tantas críticas, optan por dejar de hacer para no recibirlas.
Por su parte, los padres narcisistas tienen una enorme dificultad para ver a sus hijos de forma objetiva sino que proyectarán en ellos sus propios temas. Así, por ejemplo, si el padre o madre narcisista tiene un tema con la perfección (algo que es muy frecuente), proyectará en sus hijos esta necesidad, exigiendo una perfección poco realista y señalando los errores de sus hijos, para poder mantener su propia imagen de auto-perfección.
Además, los padres narcisistas críticos también suelen ser controladores, estando muy encima de sus hijos y dándoles una validación (o no) que vuelve a los niños dependientes emocionales de esta validación.
Criado por un padre crítico: comprende tu Yo Adulto
Lo que aprendemos de niños tiene un impacto poderoso en nuestras vidas. Sin embargo, como adultos, tenemos la capacidad de aprender sobre nuestro mundo interior y hacer los que cambios que necesitamos para vivir una vida más plena y saludable.
Podemos aprender cuáles son nuestros detonantes y, poco a poco, responder frente a determinadas situaciones, en lugar de reaccionar, comportándonos como lo habríamos hecho de niñas. Una respuesta de adulta más adecuada al entorno, puede cambiar mucho cómo te ves y cómo te relacionas con los demás.
Para identificar tus detonantes, sólo tienes que darte cuenta de cuándo reaccionas de un modo que la persona o personas con la que interactúas perciben como exageradas. Ejemplos de algunos de estos detonantes son:
- Una cara de disgusto de tu pareja.
- Tu jefe, que frente a una tarea que has hecho, te dice que “está mal”.
- Una amiga te dice que la ropa que llevas puesta no combina bien.
- Un compañero de piso te enseña algo que ha limpiado y sugiere que la próxima vez, lo hagas igual que él.
Los detonantes nos ponen en un modo defensivo y las respuestas habituales son las de congelación: no dices nada frente a la situación a pesar de que te enfada y/o te duele; de lucha: respondes de forma agresiva o de huida: evitas a tu jefe o tu amiga todo lo que puedes durante los siguientes días o semanas.
Una vez tengas los detonantes identificados, la propuesta es detenerte a respirar unos segundos, para que tu sistema nervioso se calme, y puedas darte cuenta de que la situación que estás viviendo en el presente, aunque se parezca, no es como la del pasado: ya no eres una niña indefensa y la persona que te está criticando no es alguien de quien dependas para sobrevivir.
Poco a poco, irás encontrando las respuestas frente a estas situaciones en las que te cuidas a ti misma y el vínculo y la persona y a la vez te expresas si algo te ha enfadado o te ha dolido.
Aquí tienes algunas frases hacia ti misma que te puedes repetir cuando surja una situación que haga que toques esta herida:
- Cometer un error no me hace defectuosa
- Puedo ver las cosas de un modo diferente a ti
- Normalmente, nada está “bien” o “mal” sino que la vida está hecha de grises
- Cometer errores forma parte del proceso de aprender
- Todas las personas cometen errores, es algo connatural al ser humano
- Un error es el mejor maestro de lo que necesito aprender
- Me doy el permiso a asumir riesgos o probar cosas nuevas y asumo que en el proceso me voy a equivocar
Trabajando a los padres narcisistas críticos internos en terapia
Cuando hemos tenido padres narcisistas críticos en la infancia, tendemos a interiorizar una voz que nos habla del mismo modo, es lo que en terapia Gestalt llamamos el padre o madre introyectados. Es como si te hubieras tragado esa voz de tu padre o madre críticos y aunque ellos ya no te hablen así o les pongas límites, te sigues hablando de este modo a ti misma, reproduciendo lo que ocurrió en tu infancia.
La terapia Gestalt te puede ayudar a desidentificarte de esa voz crítica y construir una voz más amable y de apoyo, dándote a ti misma lo que te faltó en la infancia, pudiendo construir dentro de ti un padre y madre más amorosos.
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