
Hambre Emocional
Sin duda ya haces muchas cosas para cuidarte. Miras antes de cruzar la calle, comes, duermes y te pones más ropa cuando hace frío y comes cuando tienes hambre. Esta hambre física todos la conocemos y la atendemos muy bien. Sin embargo, el hambre emocional, siendo fundamental, muchos de nosotros no somos conscientes de ella ni le hacemos mucho caso.
El hambre emocional no atendida puede causar una gran variedad de síntomas y dar lugar a muchos resultados negativos. Ya sabes cómo funciona esto con tus patrones alimenticios: si no comes lo suficiente te sientes débil, cansada, negativa, depresiva, irritable,..
De la misma manera, el hambre emocional no saciada tiene consecuencias similares negativas. Sentirse con miedo, ansiedad, vergüenza, inseguro, sin motivación, agresivo o depresivo son sólo algunas de ellas.
Muchas de nosotras estamos emocionalmente hambrientas. Nuestras estrategias para lidiar con ello son de lo más variadas. Comemos demasiado o nos matamos de hambre. Dormimos dieciocho horas al día o tenemos insomnio. Somos emocionalmente muy reactivas o nos anestesiamos para no sentir nada. Al final vivimos estresadas, nos volvemos poco productivas, llevamos vidas súper aburridas o corremos riesgos muy altos de forma temeraria. O dependemos de una variedad de sustancias, legales o ilegales. No lidiar con nuestras necesidades emocionales nos puede llevar a enfermedades físicas.
Los péptidos y las células tienen que ver con tus emociones
Hay estudios que determinan que el 95% de nuestra vida emocional es inconsciente y que esto lo que nos lleva a hacer lo que no queremos o nos impide hacer lo que de verdad queremos.
La senda biológica de nuestro yo emocional nos afecta. Esto ha sido demostrado de forma científica. Dr. Candace Pert, PhD, antigua profesora de Fisiología y Biofísica de la Universidad de Georgetown, demostró que nuestro ego subjetivo (esto es, lo que nos decimos que somos, pero que no es lo que realmente somos) crea constantemente moléculas de información que controlan nuestra salud y nuestra fisiología.
En otras palabras, nuestros egos emocionales (ego en el sentido de percepción del “yo”) producen de forma incesante cambios físicos y emocionales. Esto significa que desde dolores de cabeza hasta trastornos autoinmunes, la motivación, problemas en las relaciones, autosabotaje, todos estos problemas pueden ser resultado de nuestros estados emocionales.
Esta profesora demostró que los péptidos son la manifestación bioquímica de las emociones, alteran nuestro estado de ánimo. Dedujo que cada péptido mediatiza un determinado estado emocional, significando que todos los pensamientos, creencias, percepciones sensoriales, y de hecho, todas las funciones corporales estarían influidas por las emociones, puesto que en todas intervienen los péptidos.
¿Cómo podemos cambiar algo que parece tan inmutable como nuestros péptidos? ¿Cómo pasamos de estar hambrientos emocionalmente a estar bien nutridos? Pues alterando nuestra dieta emocional. Tomando y “digiriendo” ciertos componentes emocionales clave que nos nutran emocionalmente. Es el mismo proceso básico que el de tomar ciertos componentes básicos nutricionales (proteínas, vitaminas, encimas, etc.).
Esta nutrición emocional nos la podemos dar a nosotras mismas y se la podemos dar a las demás personas con las que tenemos vínculos emocionales.
Pero ¿cómo es posible que un mensaje emocional que nos damos a nosotros mismos nos pueda nutrir tanto que pueda cambiar nuestro estado emocional, nuestra fisiología y nuestra bioquímica? La respuesta corta es cada uno de los desde 50 hasta 70 trillones de células que tenemos en nuestro cuerpo están en todo momento adaptándose a nuestro entorno.
“Bueno”, puedes pensar “no puedo mandar sobre mis células”. Y aún así, la verdad es que eso es lo que hace nuestro cerebro todo el tiempo, como ha demostrado el biólogo celular Bruce Lipton, PhD. De hecho, él descubrió los modos exactos en los que esos mensajes controlan nuestra biología.
Resulta que nos estamos dando a nosotros mismos y los demás estos mensajes todo el tiempo. En otras palabras, instruimos a nuestro cuerpo con mensajes emocionales y algunos de ellos llevan a nuestro cuerpo a crear incomodidad, disfunciones y enfermedades.
Por eso es muy importante que nos mantengamos bien nutridos emocionalmente, que nos proporcionemos un estado de mantenimiento emocional positivo. Parte del beneficio es sentirse bien, sentir que desarrollamos nuestro verdadero yo, que estamos en sintonía con nosotros y con la vida.
También hay un beneficio en el vínculo que desarrollamos con los demás, porque ya no actuamos desde un lugar de necesidad emocional sino que lo hacemos de una forma más equilibrada, dando y recibiendo alimento emocional.
Así, si les das un poco de tiempo a los alimentos emocionales para que hagan sus efectos, primero pequeños cambios empiezan a surtir efecto y después otros más profundos en un proceso tan mágico como el de tomar nutrientes esenciales en tu dieta alimenticia.
Técnicas para nutrirte emocionalmente
- Medita
- Haz autoafirmaciones
- Pon límites de forma asertiva
- Abrázate
- Agradece
- Confia en ti, en los demás y en el Universo
- Escribe en un papel lo que quieres para ti en tu vida
- Pasa a la acción para conseguir lo que quieres, aunque sea dando un pequeño primer paso
- Corta el vínculo con las personas que no te nutren, que son tóxicas para ti
- Cuida de las personas que te nutren, te empoderan y te cuidan y nútrelas, empodéralas y cuidalas tú a ellas.
- Responsabilízate de tu vida y tus acciones en lugar de echarle la culpa de tu situación (sea la que sea) a otras personas.
- Expresa lo que te hace daño, te molesta o te parece mal de forma asertiva
- Quiere y empodera a tu niña interior
- Expresa lo que sientes sin juicios ni culpas
- Di no cuando no quieras algo
Somos creadores de nuestra realidad, cambia la tuya a lo que quieres que sea.
0 comentarios