La Linea que hay entre Abusadores y Víctimas

La Linea que hay entre Abusadores y Víctimas

La línea que separa al abusador de la víctima a veces es muy delgada. Esto es así porque los abusadores suelen verse a sí mismos de forma neurótica como víctimas de la situación. Y porque las víctimas, para evitar volver a ser abusadas, pueden llegar a tener comportamientos abusivos con otras personas.

Si quieres sanar el abuso narcisista, veamos las diferencias entre Abusadores y Víctimas.

La investigación y la experiencia clínica indican que los Abusadores inciden en los siguientes comportamientos:

  • Esconder, ocultar, minimizar o justificar su comportamiento abusivo.
  • Describirse a sí mismos como víctimas.
  • Sentirse abusados cuando los demás no están de acuerdo con ellos o no hacen lo que ellos quieren.
  • Atribuir una intención malévola al comportamiento positivo de los demás a través del engaño y la manipulación.
  • Atribuir una patología a sus parejas con la intención de que se crean que están “locas” para tener el control sobre ellas.
  • Utilizar etiquetas muy negativas para referirse a las personas que están bajo su dominio/control (pareja, hijos, empleadas), como molesto, idiota, histérica, perezoso, no digno de confianza,..
  • Tener grandes dificultades para describir las perspectivas de los demás, sólo ven la propia.
  • Mostrar poca o ninguna compasión.
  • Exhibir justicia propia.

La investigación y la evidencia clínica han demostrado que las Víctimas tienden a:

  • Esconder y/o justificar el comportamiento abusivo de su pareja/amigo/jefa.
  • No etiquetar el comportamiento obviamente abusivo como abuso.
  • Culparse en parte por el abuso que aguantan.
  • Poner excusas al comportamiento del abusador.
  • Muy dubitativas, se cuestionan a sí mismas constantemente.
  • La creencia secreta de que en el fondo se merecen el abuso.
  • La identificación con el agresor.

La expresión “identificación con el agresor” fue acuñada por Sandor Ferenczi y recogida por Anna Freud, dos psicoanalistas con puntos de vista ligeramente diferentes. Es un mecanismo de defensa que consiste en que la víctima defiende y apoya el comportamiento abusivo que el agresor tiene con ella. Un ejemplo clásico de identificación con el agresor es el síndrome de Estocolmo,que se suele utilizar para explicar el “trauma bonding” o “vínculo traumático” entre víctimas y agresores.

Cuando alguien está a merced de un agresor, siente terror y ansiedad, lo que lleva a una regresión infantil. Esta regresión se experimenta como un tipo de gratitud hacia el agresor, a quien comienzan a ver como alguien que atiende sus necesidades básicas. De esta manera, la víctima se vuelve dependiente emocionalmente como un niño. En esta dinámica es más que probable que la víctima haya experimentado abuso/maltrato en la infancia por su padre/madre/cuidador, con lo que lo que hace con esta dinámica tóxica con el agresor es revivir su trauma de infancia no resuelto a través de la repetición-compulsión.

En el caso de un secuestro como en el del “síndrome de Estocolmo”, el abusador los alimenta, los deja ir al baño,.. En respuesta a esta “generosidad”, la víctima sólo siente gratitud hacia su agresor por permitirles mantenerse con vida. Olvidan que su agresor es realmente el origen de su sufrimiento. En el caso de relaciones de pareja, padre-hijo, jefa-empleada, el agresor induce a la víctima a depender completamente de ella minando su autoestima e induciéndole inseguridad a través de técnicas psicológicas como el “gaslighting” o “luz de gas”. Así se llega a la situación de que la víctima agradezca al agresor que se quede con ella porque cree que sino no podría sobrevivir. En todos los casos esto es una fantasía, excepto en el caso de relaciones padre-hijo, donde, cuando éste es pequeño, efectivamente, no podría sobrevivir si el padre/madre lo abandona.

El método habitual de un agresor consiste en “atrapar” a la víctima cuando ésta se encuentra en un momento vulnerable de su vida, crea un vínculo de dependencia fingiendo que le da lo que necesita para después, de forma progresiva, dejarla en un estado de indefensión.

El error principal con los Abusadores es reforzar su identidad de Víctima mediante:

  • Enfatizar su infancia u otras experiencias en las que fueron maltratados.
  • Aprobar su rabia y resentimiento como “apropiados”, lo que valida las perspectivas distorsionadas que acompañan a la rabia y el resentimiento.
  • Reforzar su sentido del derecho de que deben ser respetados, lo que para ellos significa que los demás deben someterse.
  • Confrontarlos de formas que induzcan a la vergüenza, en lugar de hacerlo con asertividad y con respeto.

Puedes ayudar a una Víctima con los siguientes comportamientos:

  • Hacerle ver que la situación en la que está no es “normal”, sino de abuso/maltrato.
  • Señalizando cómo se mete en el rol de víctimas en su vida.
  • Tratándola con respeto y compasión.
  • Recordándole que tiene derecho a un trato digno y a que se la quiera tal y como es.

Sanación para las Víctimas

  • El tratamiento debe desarrollar sus fortalezas, es decir, expandir las cosas buenas acerca de su naturaleza de una manera que garantice su seguridad y crecimiento personal.
  • Aprender a ser asertivas, poner límites y decir que no, es algo fundamental para ellas. Poco a poco, verán cómo su poder personal crece y cómo pueden abandonar el rol de víctimas para vivir una vida plena y satisfactoria.
  • También es importante que abandonen su postura a la defensiva frente a los demás y aprendan a confiar en sí mismas y en sus recursos personales para afrontar las situaciones que la vida les pone delante.
  • Por último, es importante que sanen su dolor del abuso narcisista en psicoterapia para evitar un péndulo de dolor, en el que las víctimas abandonen la rabia y el resentimiento para regresar de nuevo a él, fruto de la culpa y la vergüenza tóxica que sienten.

Sanación para los Abusadores

Los abusadores deben acceder al estado natural de compasión que experimentaron por primera vez como niños. Entonces reconocerán que tienen valores fundamentales que son más importantes que sus egos, que se construyeron en gran parte como defensa contra la vergüenza tóxica que se les infundió en la infancia. Motivados por la defensa del ego, violan sus valores más profundos y maltratan y abusan a las personas más cercanas a ellos. Motivados por sus valores más profundos, su necesidad de defender un ego frágil disminuye, junto con su necesidad de controlar, criticar, dominar y devaluar a los demás.

Una víctima empoderada que ya ha cambiado y ve que su abusador no cambia con ella, se irá. Un abusador que se vuelve más compasivo no puede seguir abusando.

Fuente: https://www.psychologytoday.com