La falta de validación: en qué consiste y sus consecuencias

Las voces de nuestros padres y cuidadores son las primeras que escuchamos en la infancia. Los padres nos muestran el mundo y nuestro lugar dentro de él. Nos dicen quiénes somos lo mejor que saben, es lo que se llama mirroring. De niñas, este mirroring por nuestros padres son la primera y principal referencia que tenemos a la hora de construir nuestra identidad.

Pero, ¿qué pasa cuando lo que nos dicen no es lo adecuado? ¿Qué pasa si te caes y, en lugar de tenderte la mano, te reprenden por perder el equilibrio? No todos los padres saben hacer bien su rol. Muchos padres invalidan los sentimientos de sus hijos. Algunos niños crecen creyendo que sus logros nunca son suficientes, que son invisibles, que sus emociones son algo malo.

Si has crecido en una familia disfuncional, donde ha habido abuso narcisista, maltrato y/o negligencia emocional, seguro que esto te suena.

Más abajo recogemos los testimonios reales de personas que han crecido en una familia narcisista/disfuncional y no se han sentido validadas.

25 señales de que te has sentido invalidada en tu infancia

Te han dicho que eras “demasiado emocional”

Emociones como la rabia o el llanto eran recibidas con un “Cálmate” o “Relájate”.

Buscas la validación de otras personas

Al tener falta de confianza, he tendido a buscar complacer a parejas o jefes para que me diesen un visto bueno como persona que yo no me daba a mí misma.

Tienes dificultades para mostrarte vulnerable

En mi familia mostrarse vulnerable no estaba permitido porque se consideraba “algo de débiles”. De adulta, con mis parejas, tendía mostrarme como una mujer fría y sin sentimientos, repitiendo el mismo comportamiento. Esto no me permitía conectar ni conmigo misma ni con mis parejas a un nivel más profundo, con lo que no tenía intimidad real.

Te disculpas por todo

De niño me disculpaba mucho porque el reproche y el sentimiento de culpa eran algo constante. Esto me ha llevado a disculparme demasiado de adulto, tanto que hasta lo he llegado a hacer con muebles con los que me he chocado por mi casa.

Te has sentido invisible

La gente me habla como si no hubiera hablado o inicia una conversación diferente como respuesta. Me siento ignorada de una forma constante.

Se burlaron de tus metas o proyectos

Mi familia se burlaba de mis sueños. Decían que era “imposible” o “estúpido”. Yo quería rescatar animales heridos y una vez me señalaron un animal muerto y en mi familia me dijeron: “Vete a rescatar eso, vaya carrera profesional”.

Tus padres han obviado tareas básicas

He vivido situaciones como que mis padres se olvidaran frecuentemente de irme a recoger al colegio y de dejar comida en la nevera para mi almuerzo.

Te han etiquetado mucho de “egoísta”

Mi padre narcisista me etiquetaba de “egoísta” cada vez que miraba por mi bienestar o me priorizaba. Esto me ha llevado a poner por delante las necesidades de los demás frente a las mías de adulta.

Eres una persona perfeccionista

Al crecer con mensajes de mi padre narcisista de que no era suficiente. De adulta, he tratado de compensar esto siendo una persona perfeccionista, no permitiéndome cometer errores, ni mostrarme vulnerable.

Tus padres narcisistas no querían oír hablar de tus problemas

Si compartía con mis padres narcisisitas, me decían frases como: “Pero siempre estás igual” o “Algo habrás hecho mal” , como si yo, de niño, no tuviera permiso tener dificultad con las cosas y tuviera que lidiar con las dificultades como su fuera un adulto.

Te autosaboteas

Me cuesta mucho estar cerca de las demás personas y las alejo a causa del rechazo que siento hacia mí mismo. Cuando consigo algo que es bueno para mi vida, como un trabajo deseado, acabo consiguiendo que me echen.

Tengo la idea de que el amor no es algo que se da porque sí sino que se ha de ganar

Como adulta, siento que tengo que complacer a la gente para ganarme su amor y esto me hace daño, ya que siempre antepongo las necesidades de los demás frente a las mías y a la larga siento resentimiento.

Tiendes a cuestionarte a ti mismo

Cualquier feedback que no sea positivo, me lo tomo muy en serio y tiendo a cuestionarme a mí mismo, a decirme que no soy adecuado o que soy defectuoso.

Buscas el afecto de desconocidos

Tenía tantas ganas de que me escucharan que cuando era niña, que le contaba mi vida entera a extraños.

Sientes la necesidad de justificarte frente a los demás

Desde que tengo memoria, he tenido la costumbre de sobreexplicar las cosas, como si estuviera en el banquillo de los acusados. Ahora sé que desarrollé ese hábito en respuesta a las frecuentes críticas de mi familia narcisista.

Te has sentido poco o nada deseada

De niña, mis padres me repitieron mucho el mensaje de que habrían preferido un niño en lugar de una niña. Esto ha marcado mis relaciones adultas, con la tendencia a sentirme poco deseada en las relaciones.

Entre los miembros de tu familia había favoritos

Mi padre narcisista no tenía ningún problema en mostrar abiertamente que prefería a mi hermana antes que a mí. Esto ha impactado profundamente mi relación con los hombres, tendiendo a verlos como una potencial amenaza para mi autoestima en lugar de como personas con las que tener un vínculo nutriente y de amor.

Te menospreciaban o humillaban constantemente

Mi madre narcisista decía frases como “A ver dónde te vamos a colocar a ti” implicando que nadie me iba a querer, mientras mi padre y mi hermana se reían del comentario.

Tus padres no te apoyaban ni estaban presentes en los momentos importantes para ti

Mis padres nunca vinieron a un partido de fútbol o voleibol porque eran “demasiado aburridos”. Más tarde, eso se convirtió en no reconocer mis méritos ni felicitarme por nada que haya conseguido en la vida.

La amabilidad de la gente te sorprende

El hecho de que mis amigos me pregunten cómo estoy o de que mi pareja me anime a que no sea tan dura conmigo misma es algo que me sigue resultando raro, ya que en mi familia narcisista no existía la amabilidad.

Si tus necesidades emocionales no fueron satisfechas cuando eras niño, no fue culpa tuya y no estás solo. Mereces amabilidad y sentirte apoyada por personas cercanas a ti.

Si te has sentido identificado al leer este artículo, la ayuda profesional de una terapeuta que entienda de falta de validación y familias disfuncionales, puede ayudarte en tu recuperación.

Es importante sanar y reparar las heridas de infancia para poder vivir como adultos de una forma más sana y satisfactoria.

Imagen de Sasha Freemind en Unsplash

5 Mentiras Dañinas que los Padres Narcisistas, Psicópatas y/o Sociópatas les dicen a sus Hijas

Los niños de padres narcisistas son entrenados desde una edad temprana por sus padres narcisistas para buscar su validación, para creer que su valía está vinculada a la imagen de sus familias y para interiorizar el mensaje de que sólo su valor está directamente relacionado con la capacidad para satisfacer las necesidades de sus padres narcisistas. Han vivido una infancia donde el amor estaba siempre (o casi siempre) condicionado.

Esto no quiere decir que las supervivientes de abuso narcisista no puedan superar su condicionamiento infantil. Se necesita un verdadero trabajo interno y valentía para desentrañar los traumas que han tenido que soportar de niñas y abordar cualquier retraumatización de adultas.

Ser capaces de comprender la relación y patrones de comportamiento, así como cualquier diálogo interno negativo que haya surgido como resultado del abuso, puede ser revolucionario para desafiar los mitos y falsedades que han alimentado a la persona sobre su valía y capacidades.

Si quieres saber cómo sobrevivir a una madre narcisista, es importante que te des cuenta de que las hijas de padres narcisistas aprenden lo siguiente desde una edad muy temprana:

  1. Sólo eres válida cuando me complaces

    Como hija de un padre o padres narcisistas, te enseñaron que no eras inherentemente digna, sino que tu valía dependía de lo que pudieras hacer por el padre/madre narcisista y lo complaciente que eras. Debido a la grandiosidad de los padres narcisistas, la máscara falsa y la necesidad de ser el mejor, probablemente has sido parte de una familia que fue “presentada” hacia los demás de la mejor manera posible, como “perfecta” cuando en realidad el abuso se daba de puertas para adentro.

    Si alguna vez te atreviste a denunciar el abuso, lo más probable es que te castigaran. La carga emocional y psicológica que los hijos de padres narcisistas soportan cuando van en contra de las expectativas y creencias de la familia puede ser increíblemente perjudicial y tener efectos su confianza en sí mismos. Se les enseña que no son personas independientes, sino más bien objetos cuya misión es servir al ego narcisista y a las agendas egoístas de los padres.

  2. Debes ser perfecta y exitosa, pero nunca debes ser recompensada por ello o sentirte “suficiente”

    Los narcisistas son maestros en mover los postes para que nada de lo que hagan sus víctimas sea suficiente. Los logros de los hijos rara vez se reconocen a menos que cumplan con un criterio arbitrario para “lo que queda mejor” de cara hacia fuera o confirmen las fantasías grandiosas de los padres narcisistas. El padre abusivo nunca está realmente orgulloso a menos que él o ella pueda reclamar el mérito por ese éxito en particular. Algunos padres narcisistas pueden incluso envidiar o despreciar el éxito de sus hijos, especialmente si ese éxito permite que ese hijo se vuelva independiente de sus padres, fuera de su reino de poder y control.

    No es raro que este tipo de padres intenten sabotear el éxito y la felicidad de sus hijos si ese éxito interfiere con la grandiosa imagen de sí mismos, sus propias ideas de lo que debe implicar la ‘felicidad’ (generalmente lo que los hace “quedar bien” en lugar de lo que hace que sus hijos se sientan bien) o su compulsión por la microgestión y el control de todas las facetas de la vida de sus hijos.

    En la mente enferma del padre narcisista sería mejor que sus hijos no existieran si no pueden encarnar la identidad que el padre desea o cumpla con sus deseos de una forma estricta. Incluso si fueran las hijas o los hijos perfectos, los postes del objetivo volverían a cambiar y su nivel de perfección nunca sería lo suficientemente bueno a los ojos del padre narcisista.

    Todo ello es un juego psicológico y emocional en el que se fuerza a los hijos a que se esfuercen hasta la extenuación para conseguir amor, validación,.. que sólo se les da a migajas de forma esporádica. Ese juego es el que mantiene al padre narcisista en control de la relación y que le permite seguir jugando con sus hijos y tratarlos como marionetas. La promesa de lo que conseguirán es lo que hace que se esfuercen pero eso que prometen que recibirán, en realidad no llega nunca.

    Estas dinámicas los supervivientes de abuso infantil tienden a repetirlas en su vida adulta con sus parejas, amigos o incluso jefes, donde la persona con Trastorno Narcisista de la Personalidad las hace sentir como en su infancia. El superviviente en muchas ocasiones no se da cuenta de lo que está sucediendo porque las dinámicas son tan familiares que han sido interiorizadas como normales.

  3. Siempre hay alguien mejor, y debes vencerlo, comenzando con tus propios hermanos

    Dentro de la familia narcisista, a los hermanos se les anima a competir entre ellos y no se fomentan el afecto ni la conexión entre ellos. Los padres narcisistas son conocidos por “triangular” a los niños unos contra otros como un intento de compararlos innecesariamente, degradarlos y alimentar su propia sensación de poder y control sobre sus hijos.

    Por lo general, hay un niño dorado y un chivo expiatorio, y a veces los roles se invierten, según lo que la madre narcisista necesite para cumplir con su agenda. Los niños rebeldes convertidos en chivos expiatorios a menudo buscan la verdad y desean una conexión auténtica con los miembros de su familia, pero no guardan silencio sobre el abuso que ocurre y esto supone que el padre narcisista cargue contra ellos. El niño dorado, por otro lado, generalmente es alabado como el “modelo a seguir” pero esto también puede cambiar rápidamente si el niño dorado alguna vez ejerce su independencia y hace algo fuera de la aprobación de los padres. A una edad muy temprana se les enseña que nunca serán lo suficientemente buenos, que siempre deben compararse con los demás y a no reconocer su valía y singularidad.

    Como adultos, aprendemos que no tenemos que competir con nadie para ser dignos o valiosos, ni tenemos que ser necesariamente los mejores en todo. Cultivar una sensación de amor propio incondicional, así como una apreciación de nuestras habilidades y capacidades únicas, puede ser de gran ayuda para combatir estas secuelas dañinas del abuso y reemplazarlas por un nivel saludable de autoestima y autosuficiencia.

  4. El desprecio es parte del amor y “normal” en una relación

    Los padres narcisistas pueden someter a sus hijas a períodos de idealización cuando las necesitan, seguidos por desprecio y rabia cuando ‘desobedecen’ y amenazan su excesivo sentido del derecho y el control. La condescendencia, el desprecio y el odio con los que un padre narcisista trata sus hijas no sólo les hace mucho daño sino que también les da la referencia de que eso es el amor, convirtiéndolo en un patrón que repetirán en su edad adulta.

    Este patrón de idealización y devaluación enseña a las hijas de padres narcisistas que el amor es inestable e impredecible. También las insensibiliza y las hace sordas al abuso más adelante en la edad adulta  porque, desafortunadamente, este tipo de relaciones son “familiares” para ellas como la única versión del amor que han experimentado.

    Las hijas de padres narcisistas pueden volver a sensibilizarse en el hecho de que el abuso no es una parte normal o saludable de ninguna relación, empezar a poner límites y reemplazar viejas narrativas de indignidad por empoderamiento sobre el tipo de amor y respeto que realmente se merecen. Esencialmente pueden hacerse un rematernaje y un repaternaje a sí mismos en un espacio seguro y protector.

  5. Tus emociones no son válidas

    Los padres narcisistas invalidan las emociones de sus hijos hasta el punto de que los dejan sin voz.

    Por eso, como adultos, tendrán dificultades con la gestión de sus emociones porque el dolor no se procesa de manera saludable, comenzando desde la infancia.

    En la edad adulta, tenemos la oportunidad de validar nuestras propias emociones y reconocer que lo que sentimos, que es válido. Aprendemos cómo procesar nuestras emociones, nuestro trauma y el dolor de no ser amados tal y como somos.

    Aprendemos que tenemos oportunidades para separarnos de nuestros padres abusivos, ya sea a través de poco contacto bajo (contacto mínimo sólo cuando sea necesario) o contacto cero.

    Aprendemos a separar las creencias dañinas de los padres narcisistas sobre nosotras y nuestra propia confianza. Sobre todo, aprendemos que está bien creer en nosotras mismas y dar la bienvenida a las cosas buenas en nuestras vidas. Aprendemos que merecemos todo lo que es bueno.

    Es importante recordar que como hijas de padres narcisistas, llevamos el legado de nuestras heridas, pero que estas heridas pueden convertirse en portales para una curación más profunda y más rica. No tenemos que cargar a la próxima generación con nuestras heridas, sino usarla como una forma de nutrir y validar a las generaciones futuras. Tenemos opciones sobre cómo podemos canalizar este trauma para nuestro propio crecimiento, en lugar de nuestra destrucción. Estas heridas no pueden sanar si no se abordan o si las negamos.

    Si quieres saber cómo sobrevivir a una madre narcisista, como hijas de madres narcisistas, tenemos que aprender a protegernos de más abusos y establecer un plan para participar y comprometernos con nuestro autocuidado.

    Podemos hacernos un repaternaje y rematernaje a nosotras mismas a través de la empatía, compasión, autoaceptación y amor propio. Cuando eres hijo de un padre narcisista, la idea de que nunca mereciste este amor es quizás la mentira más grande de todas.

Fuente: https://www.huffpost.com

La Invalidación

La invalidación está considerada como la forma de abuso emocional más dañina. Si has tenido un padre o madre narcisista, psicópata o sociópata, no hay duda de que la has experimentado durante toda tu infancia. Tus sentimientos y percepciones de la realidad fueron invalidados de una forma tal que te hacían sentir que estabas loco, aunque estuvieses perfectamente sano.

¿Qué es la Invalidación?

Invalidar a una persona no supone simplemente estar en desacuerdo con ella. Es un proceso mediante el cual una persona comunica a otra que sus opiniones y emociones son inválidas, egoístas, estúpidas, locas y en general, equivocadas. La persona invalidante le hará saber a la invalidada de forma directa o indirecta que sus sentimientos y puntos de vista no cuentan para nada, a nadie, en cualquier momento y/o de cualquier forma. El mensaje es: Tú no importas y estás equivocada con lo que piensas y sientes.

Tú no importas y estás equivocada con lo que piensas y sientes.

Las hijas de padres o madres narcisistas, psicópatas o sociópatas han sufrido invalidación durante muchos años. La invalidación es tan perversa e insidiosa y ha sido algo tan común en tu infancia, que es posible que no te des cuenta en el momento en el que la estás experimentando. En el fondo, sabías que “algo estaba mal” pero no podías señalar de forma precisa de qué se trataba.

La forma más extrema de invalidación emocional y psicológica es el gaslighting.

Las personas que invalidan a otras lo hacen por una serie de razones, algunas veces de forma consciente y otras, inconsciente. Un abusador(a) utilizará la invalidación como una herramienta de manipulación y un arma. Otros quizás simplemente tengan poca empatía emocional. Otras puede que se sientan incómodas o impotentes frente al dolor de la persona a la que invalidan. Otros tendrán envidia de algo que la persona invalidada ha conseguido o la pone contenta y querrán arrebatárselo mediante la invalidación con frases como: “No es para tanto” o “¿Y tú de qué te ríes?”.

Lo más importante es que cuando estás siendo invalidado, no se están satisfaciendo tus necesidades emocionales y se está sembrando una duda sobre tus percepciones que afectará a tu autoestima y al criterio que tienes de ti mismo.

Los hijos de narcisistas, psicópatas o sociópatas se acostumbraron tanto a la invalidación en su infancia que o bien no son conscientes de sus necesidades emocionales, o bien, si lo son, creen que éstas no serán ser satisfechas por los demás, por lo que no piden ni las manifiestan. En lugar de eso, utilizan mecanismos inconscientes de defensa como negarlas, reprimirlas, deflectarlas,…

Lista de Necesidades Emocionales Básicas a las que todas las Personas tienen Derecho

  • Ser reconocida
  • Ser aceptado
  • Ser escuchada
  • Ser entendido
  • Ser querida
  • Ser apreciado
  • Ser respetada
  • Sentirse seguro
  • Ser valorada
  • Ser digno de confianza
  • Sentirse capaz y competente
  • Sentirse con claridad (en lugar de confuso)
  • Ser apoyada

 Si has estado en una relación con un(a) narcisista, psicópata o sociópata, te invito a que pienses por un momento en la fase de idealización, cuando hizo todo el love bombing. Lo que hizo que esta fase fuese algo tan maravilloso para ti es que por fin tus necesidades emocionales eran satisfechas. Se sentiste visto, valorado, querido, cuidado,..

Seguramente como nunca antes porque eso en tu infancia no lo tuviste. Las narcisistas, psicópatas y sociópatas son buenas averiguando cuáles son las necesidades emocionales de alguien – porque suelen tener mucha empatía cognitiva, no emocional –  y fingiendo por un tiempo que las cubren. Realmente parecía que le importabas, a través de un falso “mirroring” de tus emociones y sentimientos, te demostraba que conectaba contigo. Así es como consiguen establecer un vínculo muy potente en tan poco tiempo. Ese vínculo está basado en el anhelo de tu niño interior, que sigue buscando un amor que no obtuvo en su infancia que esta persona, como de la nada, te lo da en bandeja.

Ahora piensa por un momento en la fase de devaluación. ¿Qué pasó entonces? Tus necesidades emocionales empezaron a no ser satisfechas. Te sentiste confusa, no querida, no comprendida, rechazada, incompetente, no segura,.. Tus necesidades, emociones, pensamientos y percepciones pasaron a ser invalidados por esta persona. Lo mismo que tu padre/madre narcisista, psicópata o sociópata hacía contigo en la infancia.

El núcleo de toda la farsa fue primero ser validado y después, invalidado.

Ahora que has traído esto a tu consciencia, lo puedes utilizar para determinar la salud no sólo de tus futuras relaciones sino de las que tienes en la actualidad.

Qué hacer ante la Invalidación

Normalmente, cuando nos sentimos invalidados, tendemos a defendernos retirándonos o atacando (dos de las respuestas del cerebro reptiliano cuando sentimos miedo: huir o atacar). Sin embargo, una retirada continua tiende a hacernos disminuir la autoconfianza y llevar a sentimientos de impotencia y depresión. Por otro lado, atacar lo que hace es escalar el conflicto, llevando a escenarios agresivos y que pueden comportar mucho estrés. Una respuesta sana, que es asertiva e informativa y no agresiva es simplemente expresar tus sentimientos de forma clara y concisa. Por ejemplo, respondiendo “me siento invalidado”, ”me siento burlado”, ”me siento juzgado” o “esto me hace daño”.

La invalidación no verbal incluye abandonar la habitación, dar el tratamiento de silencio y “poner caras” como una mueca de disgusto, poner los ojos en blanco o una mirada fija que clava a la persona. Algunos de ellos es posible que te recuerden tanto a una situación de infancia vivida con tu padre o madre narcisista, psicópata o sociópata que puedan dar lugar a un flashback emocional.

Si comienzas a hacer psicoterapia después del abuso narcisista, verás que tu consciencia aumenta y con ella, te será mucho más fácil identificar comportamientos de este tipo.

Las siguientes son invalidaciones verbales que o bien minimizan tus sentimientos, niegan tus percepciones, te ordenan que te sientas de otra manera, te dicen cómo te deberías de sentir o que pretenden hacerte sentir culpable por pensar o sentirte de una manera determinada. La lista no es exhaustiva:

Me niego a tener esta conversación

  • Podría ser peor
  • Supéralo
  • No has entendido nada
  • Deberías olvidarte de eso
  • ¿Y qué pasa con mis sentimientos?
  • Estás de broma, ¿no?
  • Te estás imaginando cosas
  • Eres/estás celosa, demasiado sensible, dramático, loca, inseguro, inestable, amargada, paranoico,…

Y en la otra cara de la moneda.. ¿Qué es la Validación?

Validar los sentimientos de alguien supone aceptar esos sentimientos, entenderlos y, por último, nutrirlos.

Validar significa RECONOCER Y ACEPTAR LA IDENTIDAD DE CADA PERSONA Y SU INDIVIDUALIDAD. La invalidación consiste en rechazar, ignorar o juzgar los sentimientos de alguien y, con ellos, SU INDIVIDUALIDAD COMO PERSONA.

Si has tenido una infancia abusiva, es más que probable que necesites psicoterapia después del abuso narcisista, ya que fuiste muy invalidado en tu infancia y, muy probablemente, has repetido esto de forma inconsciente a lo largo de tu vida, rodeándote de personas que hacen lo mismo que hacían tus padres.

Cuando validamos a alguien, le permitimos compartir sus pensamientos y sentimientos en un entorno seguro. Les damos la tranquilidad de que tiene derecho a tener los sentimientos que tiene. Le demostramos que le aceptamos tras mostrar sus sentimientos, por muy dolorosos que éstos sean. Le hacemos saber que respetamos su percepción de las cosas en ese momento. Supone acompañar a alguien para que se sienta escuchado, reconocido, aceptado y entendido.

Los sentimientos dolorosos que son compartidos por una persona en la que podemos confiar, por ejemplo, una psicoterapeuta especializada en abuso narcisista, se reducirán. Los sentimientos dolorosos que son ignorados o negados, se harán más fuertes.

Cómo otra persona responde a tus sentimientos y emociones, indicará:

  • Cuánto te respeta
  • Cuánta empatía emocional tiene
  • Cuánto le importáis tú y tus sentimientos
  • Si esa persona está intentando cambiarte o controlarte en lugar de aceptarte y nutrirte

Fuente: http://psychopathsandlove.com

 

10 Comportamientos de las Personas que Buscan la Validación de los Demás

Debajo del comportamiento de las personas que solicitan la aprobación de los demás lo que hay es una falta de autoestima y un sentido de inferioridad.

Muchos supervivientes de familias narcisistas/disfuncionales se pasaron la infancia sintiéndose forzados a complacer a su padre/madre narcisista o ambos para poder sobrevivir en un entorno que era muy hostil. Para ellos, complacer y la búsqueda de validación eran algo “natural”. El padre/madre narcisista jugaba a esto constantemente condicionando el amor o castigando con temas muy delicados para un niño como abandono, rechazo o humillación si no conseguían la validación por parte del padre/de la madre narcisista.

Los adultos que crecen en este tipo de familias no creen en sí mismos y son hiper-críticos consigo mismos, por ello tienden a buscar la validación en otras personas, como lo hacían con su padre/madre narcisista.

Es posible que ni siquiera te des cuenta de que esto es algo para lo que te entrenaron, no algo con lo que hayas nacido. Quizás no seas consciente de las formas en las que alteras tu propio comportamiento u opiniones a favor de los de otra persona. Con este artículo te ayudamos a hacerlas más conscientes

10 Ejemplos de Comportamientos en los que buscas la Validación 

  1. Tomarte el desacuerdo personalmente.

    Cuando alguien no está de acuerdo con algo que dices o haces, ¿te lo tomas en serio como algo personal y terminas sintiéndote molesto o incluso insultado?

    Esta es una respuesta clásica de una persona complaciente porque, claramente, la búsqueda de aprobación ha fracasado. No es sorprendente, entonces, que te sientas herido. 

  2. Cambiar o adaptar tu punto de vista ante la aparente desaprobación.

    Has expresado tu opinión sobre algún asunto, importante o no, y alguien responde con una opinión contraria.

    ¿Defiendes vigorosamente tu posición o cambias ligeramente tu argumento para encajar mejor con los de la otra persona?

    La opinión de una buscadora de aprobación cambia dependiendo de con quién están hablando porque carece de confianza en sus propias convicciones y tiene miedo a alejar a otros adoptando una opinión distinta.

  3. Miedo a decir “no” por temor a la desaprobación.

    ¿Te sientes bien complaciendo? ¿Siempre dices “sí” cuando se te piden o proponen algo, cuando tu respuesta instintiva es en realidad decir “no”?

    El resultado final de este comportamiento es que te vas desgastando y, en última instancia, conduce al resentimiento por todas las cosas que te has comprometido a hacer cuando en realidad no querías.

    Ese resentimiento, si no eres consciente de él, es muy probable que lo acabes expresando de una forma pasivo-agresiva.

  4. No defender tus derechos.

    Para ti, ser un felpudo humano y dejarte pisar por quien sea que quiera hacerlo, es más fácil para ti que “no, no quiero esto” o “no, no te permito hacerme esto” y defenderte.

    No poner un límite y decir “no” solo refuerza tu falta de confianza en ti misma e incluso invita a comportamientos de abuso o de aprovecharse de ti por parte de otras personas. Al final, esto intensifica tu sentimiento de inferioridad.

  5. No te quejas cuando recibes un servicio o bienes insatisfactorios.

    ¿Cuántas veces te has quejado sobre la comida o el servicio en un restaurante, pero cuando el camarero te pregunta si todo está bien, simplemente asientes? O te has comprado algo que al final no te gusta pero no has tenido el valor de devolverlo a la tienda.

    Al no cuestionar estas cosas, estás reforzando tu propia falta de autoestima. Te estás diciendo a ti mismo que no tienes derecho a lo mejor de nada.

  6. Fingir que sabes o entiendes algo.

    Seguro que la escena te es familiar. Alguien te explica algo de lo que no tienes ni idea y en lugar de simplemente expresarlo, finges que ya conocías la película o que entiendes el chiste, cuando en realidad no es así.

    Lo que te dices a ti misma para tener esta clase de comportamiento es que el prejuicio de que “la gente es mala” y si confiesas la verdad, se van a reír de ti.

    En realidad, no tienes ni idea de cuál sería la reacción de la persona que te está explicando la peli o contando el chiste. Lo que estás haciendo con este comportamiento es proyectar en esa persona tu falta de autoestima.

  7. Sientes constantemente la necesidad de disculparte o dar las gracias. Incluso cuando no hay ninguna razón para ello.

    En tu versión de las cosas, siempre es tu culpa, ¿verdad? Tiendes a auto-inculparte de forma tóxica de todo lo que te rodea, en lugar de asumir tu responsabilidad cuando corresponde.También das las gracias por todo, a todas horas, a todo el mundo. En tu trabajo, con tus amigos, con tu pareja. Das las gracias por comportamientos que tú haces sin pedirlas y que son naturales en el vínculo que tienes con las personas. Una cosa es ser agradecido. Otra pedir a los demás que te perdonen la vida constantemente.

  8. Esperar cumplidos o esperar “pescarlos” y estar molesto por no recibirlos.

    Una persona que solicita aprobación puede intentar deliberadamente o inconscientemente que aquéllos con quienes está interactuando le digan algún elogio o piropo.

    Una extensión de este tipo de comportamiento es sentirte molesto cuando los cumplidos deseabas, no llegan.

  9. No saber afrontar ninguna crítica.

    Si tu objetivo es obtener la aprobación de los demás, entonces el concepto de crítica es completamente intolerable. Implica que has fracasado de alguna manera en lograr tu objetivo.

    El hipercriticismo al que fuiste sometido por tu familia narcisista de origen, te ha hecho extremadamente sensible a ellas.

    “La crítica es algo que puedes evitar fácilmente sin decir nada, sin hacer nada, sin ser nada”. Aristóteles.

    Si tomas nota del consejo de Aristóteles, aceptar las críticas es realmente vital para el progreso. Si te ayuda, puedes cambiar la palabra crítica, por “feedback”, que viene a ser una devolución. Si en una devolución te señalan algo a mejorar, seguramente así sea. Si estás rodeado de personas (jefe, amigos, pareja) que sólo te hacen críticas, quizás sea hora de que te replantees el vínculo. Un exceso de críticas sin aportar nada positivo sobre ti (que, como todas las personas, sí tienes) mina tu autoestima y sólo habla de la necesidad neurótica de la otra persona de ponerse por encima de ti.

  10. Comportarte de una manera que es contraria a tus propias creencias.

    Éste es un comportamiento típico de las niñas/adolescentes: unirse a la pandilla sólo para estar en medio de la gente “popular”, incluso si, en el fondo de tu corazón, no estás de acuerdo con lo que dicen y/o hacen o en realidad no tienes mucho en común con ellos. Eso es una cosa cuando eres una niña/adolescente, y otra muy distinta cuando eres una adulta.

    Una buscadora de aprobación puede encontrarse fácilmente en una situación en la que no sigue su corazón o su instinto. Sigue a su cabeza, que es complaciente con la gente, incluso si esto les crea un conflicto interno enorme.

Fuente: https://www.aconsciousrethink.com

27 Afirmaciones Poderosas para Mantener el Contacto Cero con la Narcisista Abusiva (Parte 2)

  1. Merezco mucho más que ser un Saco de Boxeo Emocional

    Cuando estás en una relación abusiva, no estás en una relación sana y recíproca. Eres un saco de boxeo emocional para una persona inmadura e inestable. Consiguen tomar todos sus defectos, sus inseguridades, su basura interna y arrojarla sobre ti. A lo largo de la relación, tu abusador(a) te “programó” para tomarlo como una parte natural de estar en una relación con ellas, con frases como

    “Eres muy sensible”, “No se te puede decir nada”, “Yo estoy bien, eres tú”

    No más. Mereces más que ser el saco de boxeo emocional de alguien. Mereces una relación mutuamente respetuosa donde el amor y la compasión son valores preciados que se practican en el día a día.

  2. Puedo Comunicar mis Sentimientos a Personas que merecen escuchar mi Voz

    No tenemos que usar nuestra voz con personas que sólo están en la incomprensión, la invalidación y el maltrato. Podemos reservar nuestra energía y tiempo para las personas que están dispuestas a ver nuestras cualidades y que las celebran y refuerzan. Podemos usar nuestra voz con las personas que realmente nos quieren ayudar, que aprecian nuestra ayuda y que correspondan a nuestros esfuerzos. En lugar de desperdiciar tu preciosa voz en personas que siempre intentarán silenciarte, ¿por qué no utilizarla para quienes realmente te escuchan, para conectar con alguien que es tan empático y compasivo como tú? ¿Por qué no utilizarla con personas en las que confiar, que te respetan y que sacan lo mejor de ti? Suena muy tópico pero es verdad que “no se le pueden pedir peras al olmo”. Eso es lo que tú haces cada vez que intentas dar tu opinión, manifestar tu criterio, que tu voz sea oída por un narcisista.

  3. Mi Salud Mental es mi prioridad Número Uno

    Asegúrate de dedicarte a un cuidado personal enorme durante la etapa del Contacto Cero. Esto significa conectar contigo misma lo máximo posible para asegurarte de que estás pensando en forma saludable, aprovechando las diversas modalidades de sanación disponibles para ti y abordando cualquier síntoma de trauma que pueda estar interfiriendo con tu capacidad de funcionar en el día a día. Si tu salud mental y emocional sufre, todos los demás aspectos de tu vida también sentirán el impacto. Así que cuídate, come sano, duerme al menos ocho horas al día y practica yoga. Y no tengas miedo ni vergüenza de buscar apoyo de un(a) terapeuta si lo necesitas. Nadie debería tener que pasar por esta etapa de confusión sola.

  4. Mantenerme Cuerdo es más importante que ser Validado por un Abusador

    A menudo, cuando hemos sido devaluados por un abusador, nos quedamos atrapados por la necesidad de ser validados por ellos como “personas dignas” de amor, de reconocimiento, de ser vistas,…. Esta necesidad se amplifica especialmente cuando vemos que el/la abusador(a) parece haber seguido adelante con su vida con una nueva víctima. Esto se debe a que el/la abusador(a) fue la fuente de nuestra omnipresente sensación de indignidad durante todo el ciclo de abuso y ahora sentimos que necesitamos confirmación de que no éramos el problema, que es lo que se nos repetía, una y otra vez, de forma incansable, cada vez que denunciábamos el abuso o el maltrato.

    Lamentablemente, la realidad es que el abuso narcisista inevitablemente te dejará sin ningún tipo de cierre digno por parte de la ex pareja tóxica. Los narcisistas son maestros en conseguir proyectar la imagen que desean en el exterior y nunca exponen lo que realmente está sucediendo a puerta cerrada, que normalmente es justo lo contrario de lo que pretenden hacer ver.

    Es probable que veas que idealizan a sus víctimas para el público, al igual que hicieron contigo. Es por eso que debes priorizar tu propia cordura aceptando que aunque nunca puedas obtener un cierre digno o la confirmación de tu valía por parte del narcisista. Puedes encontrar formas de cultivar tu propia autoestima. Esto significa alejarte de la fachada pública del narcisista e invertir en vivir tu propia vida.

    No pierdas el tiempo intentando que “se conozca tu versión” o “peleándote con él” tras dejar la relación. Las personas que te conocen y te quieren de verdad, permanecerán a tu lado, los monos voladores no te interesan, no tengas contacto con ellos tampoco, es malgastar energía. Estar fuerte en recuperarte tú es lo que te llevará a la sanación. Tus energías deben estar centradas en ti.

  5. Confío en mi propia Realidad. Sé lo que experimenté y sentí. Me valido a mí Misma

    Estas son un conjunto de afirmaciones que pueden ayudarte a resistir los intentos de iluminación de tu ex pareja o de los monos voladores. Recuerda que muchos monos voladores no saben que lo son. Es decir, no son consciente de que están siendo manipulados por la narcisista para conseguir que vuelvas. Sean o no conscientes de ello y del daño que te ha hecho y sigue intentando hacerte la narcisista, pasa de ellos. Necesitas romper todos los vínculos con la narcisista para sanar por completo.

    No me importa si la narcisista está en la portada de la revista “Time” como Persona del año. Su popularidad entre los demás o la fachada pública no las hace inmunes a ser abusivas. De hecho, muchas narcisistas (sobre todo las encubiertas) se disfrazan de personas caritativas y amorosas. Ésa es la naturaleza de su máscara falsa: son lobos con piel de cordero.

    Esta afirmación está aquí para recordarte que, a pesar de la cantidad de personas a las que tu abusador(a) pudo haber engañado, nadie tiene el derecho de quitarte la realidad del abuso que has soportado/aguantado/padecido. Tú sabes lo que has experimentado, ahora sabes que a lo que fuiste sometida sin tu consentimiento, el abuso y/o maltrato y el impacto que eso ha tenido en tu vida. Seguramente desde tu infancia. Cuando una persona tiene un patrón de adoptar el rol de la víctima en relaciones que están basadas en el ciclo de abuso es porque sus padres/madres/cuidadores abusivos le obligaron a adoptarlo en su infancia y, a partir de entonces, hasta empezar a sanar, ha repetido ese rol de víctima en sus relaciones.

    No importa lo encantadora que sea la abusadora narcisista o quién elija creerle. No es tu misión convencer a nadie de nada. Desenmascarar a la narcisista no es tu misión en la vida. Sobre todo porque aunque desenmascares (seguramente a un precio muy alto) a una, siempre habrá más. Narcisistas hay y habrá. Lo importante es que tú te sanes para dejar de resonar con este tipo de personas y construirte a ti misma la vida que deseas.

    Estás aquí para validarte y pasar de los intentos de gaslighting, de distorsionar tu realidad y el abuso. No te sientas “obligada” a proteger a tu abusador(a), minimizar, racionalizar, justificar o negar el abuso que has sufrido. Incluso si es muy doloroso porque la primera abusadora en tu vida ha sido quien tenía que encargarse justo de lo contrario, de protegerte y de cuidarte: tu padre o tu madre. Honra y reconoce tus emociones auténticas y la profundidad del trauma que has experimentado.

  6. Soy Digno, soy Bello, soy Valiente, soy Fuerte

    Éstas son otra serie de afirmaciones positivas que pueden ayudarte a recordar lo valioso y valiente que realmente eres.

    Te ayudarán a “reprogramar” tu cerebro con la verdad, porque con lo que te lo programó el Narcisista, por muy dentro de ti que aún no esté, son un puñado de mentiras para controlarte y manipularte que hablan de él y sus miedos, inseguridades y ego desmedido, no de ti.

    Estas afirmaciones te ayudarán a interiorizar cosas buenas acerca de ti, especialmente si está acostumbrado a escuchar palabras duras de tu abusador.

    Te recomiendo grabarlos en una grabadora o aplicación de grabación de voz en tu teléfono móvil y escucharlas a diario. La repetición es esencial para desprogramar los mensajes dañinos que tu abusador te inculcó y reprogramar tu mente para prosperar y salir del “modo superviviente”.

  7. Cada Segundo, cada Minuto, cada Hora, cada Día, cada Mes, cada Año, me estoy haciendo más Fuerte

    Si bien es posible que progresivamente en tu sanación cada vez tengas con menos frecuencia momentos de impotencia y desesperanza, éstos aparecerán inevitablemente de vez en cuando.

    Puedes estar segura de que a medida que avanza el Contacto Cero, tendrás más y más fuerza, fe en ti misma y en la vida y más vitalidad de lo que creías que era posible.

    A medida que pasa el tiempo y se aborda, procesa e integra el trauma, más espacio crearás para convertirte en la persona que realmente eres.

    Finalmente, llegarás a un punto en tu viaje de sanación donde el fuerte apego a la persona abusiva se habrá terminado. Serás libre. Libre para decidir quién eres, qué quieres en la vida, qué tipo de vínculos y relaciones quieres con los demás, a qué pones límites y dices que no. Libre para demandar de los demás lo mismo que das tú: respeto y amor.

  8. Dejar (o Ser Dejado) es lo mejor que me ha pasado

    Tras toda una vida de aguatar abuso y/ maltrato, has despertado y has recuperado el control sobre tu vida. Esto es un éxito del que puedes sentirte orgulloso.

    En lugar de enfocarte en las formas en que aún te sientes atrapado, valida tu dolor mientras te permites celebrar las formas en que te has liberado.

Si quieres entrenar el punto 2, el de expresar tu propia voz, este video de la profesora de yoga Kassandra, es una clase para reforzar el yin y el chakra de la garganta.

Continúa en el siguiente post.