Las voces de nuestros padres y cuidadores son las primeras que escuchamos en la infancia. Los padres nos muestran el mundo y nuestro lugar dentro de él. Nos dicen quiénes somos lo mejor que saben, es lo que se llama mirroring. De niñas, este mirroring por nuestros padres son la primera y principal referencia que tenemos a la hora de construir nuestra identidad.
Pero, ¿qué pasa cuando lo que nos dicen no es lo adecuado? ¿Qué pasa si te caes y, en lugar de tenderte la mano, te reprenden por perder el equilibrio? No todos los padres saben hacer bien su rol. Muchos padres invalidan los sentimientos de sus hijos. Algunos niños crecen creyendo que sus logros nunca son suficientes, que son invisibles, que sus emociones son algo malo.
Si has crecido en una familia disfuncional, donde ha habido abuso narcisista, maltrato y/o negligencia emocional, seguro que esto te suena.
Más abajo recogemos los testimonios reales de personas que han crecido en una familia narcisista/disfuncional y no se han sentido validadas.
25 señales de que te has sentido invalidada en tu infancia
Te han dicho que eras “demasiado emocional”
Emociones como la rabia o el llanto eran recibidas con un “Cálmate” o “Relájate”.
Buscas la validación de otras personas
Al tener falta de confianza, he tendido a buscar complacer a parejas o jefes para que me diesen un visto bueno como persona que yo no me daba a mí misma.
Tienes dificultades para mostrarte vulnerable
En mi familia mostrarse vulnerable no estaba permitido porque se consideraba “algo de débiles”. De adulta, con mis parejas, tendía mostrarme como una mujer fría y sin sentimientos, repitiendo el mismo comportamiento. Esto no me permitía conectar ni conmigo misma ni con mis parejas a un nivel más profundo, con lo que no tenía intimidad real.
Te disculpas por todo
De niño me disculpaba mucho porque el reproche y el sentimiento de culpa eran algo constante. Esto me ha llevado a disculparme demasiado de adulto, tanto que hasta lo he llegado a hacer con muebles con los que me he chocado por mi casa.
Te has sentido invisible
La gente me habla como si no hubiera hablado o inicia una conversación diferente como respuesta. Me siento ignorada de una forma constante.
Se burlaron de tus metas o proyectos
Mi familia se burlaba de mis sueños. Decían que era “imposible” o “estúpido”. Yo quería rescatar animales heridos y una vez me señalaron un animal muerto y en mi familia me dijeron: “Vete a rescatar eso, vaya carrera profesional”.
Tus padres han obviado tareas básicas
He vivido situaciones como que mis padres se olvidaran frecuentemente de irme a recoger al colegio y de dejar comida en la nevera para mi almuerzo.
Te han etiquetado mucho de “egoísta”
Mi padre narcisista me etiquetaba de “egoísta” cada vez que miraba por mi bienestar o me priorizaba. Esto me ha llevado a poner por delante las necesidades de los demás frente a las mías de adulta.
Eres una persona perfeccionista
Al crecer con mensajes de mi padre narcisista de que no era suficiente. De adulta, he tratado de compensar esto siendo una persona perfeccionista, no permitiéndome cometer errores, ni mostrarme vulnerable.
Tus padres narcisistas no querían oír hablar de tus problemas
Si compartía con mis padres narcisisitas, me decían frases como: “Pero siempre estás igual” o “Algo habrás hecho mal” , como si yo, de niño, no tuviera permiso tener dificultad con las cosas y tuviera que lidiar con las dificultades como su fuera un adulto.
Te autosaboteas
Me cuesta mucho estar cerca de las demás personas y las alejo a causa del rechazo que siento hacia mí mismo. Cuando consigo algo que es bueno para mi vida, como un trabajo deseado, acabo consiguiendo que me echen.
Tengo la idea de que el amor no es algo que se da porque sí sino que se ha de ganar
Como adulta, siento que tengo que complacer a la gente para ganarme su amor y esto me hace daño, ya que siempre antepongo las necesidades de los demás frente a las mías y a la larga siento resentimiento.
Tiendes a cuestionarte a ti mismo
Cualquier feedback que no sea positivo, me lo tomo muy en serio y tiendo a cuestionarme a mí mismo, a decirme que no soy adecuado o que soy defectuoso.
Buscas el afecto de desconocidos
Tenía tantas ganas de que me escucharan que cuando era niña, que le contaba mi vida entera a extraños.
Sientes la necesidad de justificarte frente a los demás
Desde que tengo memoria, he tenido la costumbre de sobreexplicar las cosas, como si estuviera en el banquillo de los acusados. Ahora sé que desarrollé ese hábito en respuesta a las frecuentes críticas de mi familia narcisista.
Te has sentido poco o nada deseada
De niña, mis padres me repitieron mucho el mensaje de que habrían preferido un niño en lugar de una niña. Esto ha marcado mis relaciones adultas, con la tendencia a sentirme poco deseada en las relaciones.
Entre los miembros de tu familia había favoritos
Mi padre narcisista no tenía ningún problema en mostrar abiertamente que prefería a mi hermana antes que a mí. Esto ha impactado profundamente mi relación con los hombres, tendiendo a verlos como una potencial amenaza para mi autoestima en lugar de como personas con las que tener un vínculo nutriente y de amor.
Te menospreciaban o humillaban constantemente
Mi madre narcisista decía frases como “A ver dónde te vamos a colocar a ti” implicando que nadie me iba a querer, mientras mi padre y mi hermana se reían del comentario.
Tus padres no te apoyaban ni estaban presentes en los momentos importantes para ti
Mis padres nunca vinieron a un partido de fútbol o voleibol porque eran “demasiado aburridos”. Más tarde, eso se convirtió en no reconocer mis méritos ni felicitarme por nada que haya conseguido en la vida.
La amabilidad de la gente te sorprende
El hecho de que mis amigos me pregunten cómo estoy o de que mi pareja me anime a que no sea tan dura conmigo misma es algo que me sigue resultando raro, ya que en mi familia narcisista no existía la amabilidad.
Si tus necesidades emocionales no fueron satisfechas cuando eras niño, no fue culpa tuya y no estás solo. Mereces amabilidad y sentirte apoyada por personas cercanas a ti.
Si te has sentido identificado al leer este artículo, la ayuda profesional de una terapeuta que entienda de falta de validación y familias disfuncionales, puede ayudarte en tu recuperación.
Es importante sanar y reparar las heridas de infancia para poder vivir como adultos de una forma más sana y satisfactoria.
Imagen de Sasha Freemind en Unsplash