Por qué es difícil romper la relación con un narcisista

Cuando nos enamoramos, es natural apegarse y formar un vínculo afectivo. Por ello, si decidimos dejarlo o nos dejan, se pasan momentos duros, donde se suelen vivir las fases del duelo. Sin embargo, cuando este vínculo es con un narcisista (entendiendo el término como una persona con Trastorno Narcisista de la Personalidad), no es fácil romperlo a pesar de que en la relación haya abuso y/o maltrato.

Aunque no estés a gusto en la relación, suele haber muchas resistencias o un bloqueo a la hora de romper el vínculo. Pero, ¿por qué es así?

Normalmente, el vínculo con una narcisista empieza de una forma muy intensa. Estas personas pueden ser extremadamente encantadoras, interesantes y estimulantes. Inicialmente, pueden tratarte con amabilidad y calidez, darte mucha atención y hacer lo que se conoce como el bombardeo de amor o love bombing.

Esto genera una dependencia de forma rápida y una gran necesidad de su atención y validación. Una vez que la narcisista crea que estás enganchado y se sienta segura, suele haber un cambio en su comportamiento, de forma progresiva o bien de una forma más abrupta. Su actitud encantadora desaparece y es reemplazada o entremezclada con diversos grados de frialdad, crítica, exigencias y abuso narcisista.

A partir de entonces, es probable que empieces a esforzarte por complacer y tratar de volver al estado inicial de la relación. Mientras tanto, tu autoestima se ve dañada a diario. Es muy posible que te engañe y manipule y comiences a dudar de tu percepción de la realidad.

Lo más importante a tener en cuenta que la narcisista es una persona a la que sólo le importa otra persona: ella misma y que no tiene empatía ni moral. Procura satisfacer sus necesidades emocionales por todos los medios necesarios, incluso a costa de hacer mucho daño a las personas cercanas, en especial sus parejas.

Con el tiempo, intentas evitar el conflicto y te vuelves más sumiso. A medida que crecen la negación y la disonancia cognitiva, haces y permites comportamientos que no hubieras imaginado cuando la conociste.

Las investigaciones confirman que es común que las víctimas se apeguen a su abusador, particularmente cuando hay refuerzo intermitente. El refuerzo intermitente consiste en tener gestos amables o amorosos de forma puntual para que la víctima se mantenga en el vínculo, esforzándose para que estos gestos aumenten, aunque esto es algo que no se da. Es como dar migas del pastel dando a entender que si complaces y te “portas bien”, el pastel llegará. Esto es lo que la narcisista insinúa o comunica de una forma indirecta, pero es sólo una estrategia, ya que en realidad su única pretensión es mantener sus necesidades emocionales cubiertas y dar lo menos posible a cambio.

Estas necesidades emocionales no sólo consisten en recibir atención, cuidados, cariño, halagos,.. sino que también suele utilizar a su pareja para descargar su rabia o frustraciones, o para proyectar aspectos de sí misma negados o rechazados. Un ejemplo de una proyección es decirle a su pareja: “Eres demasiado perfeccionista en todo lo que haces” cuando en realidad la narcisista es igual de perfeccionista o incluso más.

Esto se convierte en lo que se conoce como vínculo traumático o trauma bond, donde en la dinámica de la relación se suele repite un patrón que experimentaste con un padre o madre narcisista, abusivo o emocionalmente no disponible.

El vínculo traumático supone tener sentimientos ambivalentes, de amor/odio por tu pareja, justificando su abuso o maltrato y experimentando muchas dificultades para dejar la relación. La pérdida de la conexión emocional con la pareja se puede vivir como peor que el abuso, ya que en muchos casos supone tocar la herida de abandono vivida en la infancia con el padre o madre y en realidad es ese niño/niña interior el que mantiene el vínculo, sintiendo que dejarlo es equivalente a morirse, a no sobrevivir.

Además, toda la liberación de hormonas que se da debido a los altibajos y la inestabilidad de la relación se puede volver adictiva y confundir la intensidad con el amor. Esa liberación de hormonas que combina oxitocina y dopamina cuando estás contento con cortisol y adrenalina cuando se siente la relación amenazada, también se produjo en la infancia y la tendencia es a repetirlo. Se confunden la intensidad con el amor y el estrés con la pasión. Hay dificultades para ver el vínculo como lo que es: un lugar inestable y no seguro, donde no hay confianza, ni apertura ni cuidados.

La dependencia también es un factor determinante para tener dificultades para dejar la relación. Normalmente, las personas que escogen de forma inconsciente a una pareja narcisista, tienen carencias de amor propio, seguridad, de auto-validación. Cuando hay esta carencia, la tendencia es a buscar que alguien cubra esta necesidad desde fuera. Y esto es algo que el narcisista hace muy bien al principio, dando a su pareja ese cariño, validación,… lo que sea que se dé cuenta que necesita. Pero sólo para retirarlo de forma progresiva y sustituirlo por comportamientos abusivos.

En definitiva, la combinación de estos factores más el hecho de que el narcisista suele resistirse a que su pareja deje la relación, teniendo comportamientos como el hoovering, hace que romper sea muy difícil. Normalmente son necearios varios intentos antes de dejar la relación de forma definitiva y en ese proceso, renunciar a la liberación de hormonas comentada más arriba, supone pasar por una etapa de “mono”, de forma similar al de una persona que está dejando una sustancia adictiva.

Pero es posible dejar este tipo de relaciones y la recompensa es grande: te recuperas a ti misma y también te puede servir para averiguar qué aspectos necesitas trabajar en ti, como la autoestima, para que tus siguientes relaciones de pareja sean más sanas y donde ya no haya “agujeros emocionales” por los que un narcisista pueda colarse. Para esto, es recomendable hacer terapia con una terapeuta que tenga conocimiento sobre relaciones narcisistas y/o abusivas.

Imagen de Hanna Postova en Unsplash.

La Disonancia Cognitiva

Qué es la Disonancia Cognitiva

El psicólogo social Leon Festinger fue el que acuñó por primera vez el término “disonancia cognitiva” en su obra “Teoría sobre la Disonancia Cognitiva”. Si quieres saber cómo comprender y sanar el abuso narcisista, en este artículo te explicamos en qué consiste la disonancia cognitiva y qué papel juega en las relaciones abusivas.

Para entender esta expresión, examinaremos cada una de las palabras en ella. “Cognitivo” se refiere a los pensamientos, mientras que “disonancia” tiene que ver con una tensión entre dos elementos. Juntas, las dos palabras significan una tensión entre pensamientos, sentimientos o conductas en desacuerdo. Por ejemplo, una persona que piensa “fumar mata” y fuma un paquete de tabaco al día, esto causa incomodidad y tensión internas.

Esta incomodidad es lo que se denomina disonancia cognitiva. Siguiendo con el ejemplo anterior, para resolver la incomodidad, la persona puede tener pensamientos del tipo “fumar no es tan malo”, “el mes que viene lo dejo” o “la culpa la tiene mi amigo, que fue el que me invitó a fumar por primera vez”. Otra forma de resolver la incomodidad sería dejar de fumar. Tanto una como otra resuelven la disonancia cognitiva. La primera supone utilizar mecanismos de defensa como la negación o la proyección. La segunda requiere de más esfuerzo para alcanzar la coherencia interna.

La Disonancia Cognitiva en una relación tóxica con un(a) Narcisista, Psicópata o Sociópata

Una persona que está siendo abusada por su pareja narcisista, psicópata o sociópata no quiere la situación que vive. Sin embargo, por cuestionarse a sí misma, o por miedo a estar sola o bien por todo lo que ya ha invertido en la relación, es posible que se quede.

Sobre lo invertido en la relación, no es lo mismo estar en las primeras semanas de una relación con alguien que tener un matrimonio y dos hijos en común. Cuanto más hayamos invertido emocionalmente en una relación con alguien, habrá una mayor tendencia a eliminar la disonancia cognitiva con mecanismos de defensa como la negación o la racionalización en lugar de dejando la relación.  La disonancia cognitiva, en este caso, se manifestará de la siguiente manera:

  1. Situación 1. Pensamiento Original : “Mi pareja narcisista, psicópata o sociópata me traiciona, es infiel, me miente y muchas veces es cruel conmigo. Esta persona, a pesar de que me dice que me quiere, no lo demuestra con sus acciones. Debería dejarle”. Acción: La persona no deja a su pareja narcisista, psicópata o sociópata. Resultado: Disonancia cognitiva porque no hay una coherencia entre lo que piensa/siente y lo que hace. Pensamiento para neutralizar la Disonancia Cognitiva: “Es sólo una mala racha. Ayer me gritó porque estaba enfadada pero hoy me ha traído flores. Todo va mejor. No puede evitar mentir y ser infiel.” Resultado Final: La persona no deja a la pareja narcisista a pesar del abuso/maltrato.
  2. Situación 2. Pensamiento Original “Mi pareja me traiciona, es infiel, me miente y muchas veces es cruel conmigo. Esta persona, a pesar de que me dice que me quiere, no lo demuestra con sus acciones. Debería dejarle”. Acción: La persona no deja a su pareja narcisista, psicópata o sociópata. Resultado: Disonancia cognitiva porque no hay una coherencia entre lo que piensa/siente y lo que hace. Acción para neutralizar la Disonancia Cognitiva: La persona deja a su pareja porque se da cuenta de que la relación no es sana para ella. Resultado Final: La persona termina la relación y deja de ser víctima de abuso/maltrato.

Muchos supervivientes/víctimas/codependientes, en algún momento de la relación experimentan muchas dudas y conflicto externo e interno. Quieren salir de una relación que es tóxica y dañina pero o no saben cómo hacerlo o no se atreven. La disonancia cognitiva que experimentan es muy intensa porque sienten mucho malestar emocional a causa del abuso, el maltrato y el gaslighting y a la vez se autoengañan y racionalizan la situación para quedarse en la relación a cualquier precio.

Además, para apoyar sus decisiones aparentemente irracionales de permanecer en la relación abusiva, la víctima/superviviente/codependiente realiza grandes inversiones en la relación, que hace que le resulte muy difícil abandonarla. Hay seis tipos de inversión en las que la víctima puede involucrarse, lo que ayuda a reducir su disonancia cognitiva:

  1. Inversión emocional: la víctima cree que el abuso y el trauma bonding son en realidad amor.
  2. Inversión social: la vida social de la víctima es la que tiene a través de su pareja narcisista, psicópata o sociópata. No tiene vínculos propios y no se ve con los recursos personales para forjarlos.
  3. Inversión familiar: la víctima tiene hijos con su pareja narcisista, psicópata o sociópata y no quiere romper la unidad familiar.
  4. Inversión económica: la víctima no tiene trabajo ni recursos financieros propios, con lo que depende económicamente de su pareja narcisista, psicópata o sociópata.
  5. Inversión en el estilo de vida: la víctima puede estar acostumbrada a unos ciertos estándares de vida proporcionados por su pareja narcisista, psicópata o sociópata que sabe que perderá si abandona la relación.

Cuanto más haya invertido la víctima en la relación traumática o algún interés suyo nuclear dependa de su pareja narcisista, psicópata o sociópata, más tendencia habrá, a pesar de que experimente momentos de disonancia cognitiva muy intensa, a neutralizar los pensamientos que le llevan a cuestionar la relación y el trato que se le da. También hay que tener en cuenta el patrón de desempoderamiento, de cuestionarse a sí mismas y de autolimitarse que tienen estas personas, que hace que neutralicen la disonancia cognitiva de pensamientos como:

“Me merezco que me traten bien”.”Esta persona dice que me quiere pero no es verdad”.”Esta persona me hace mucho daño con sus palabras o sus acciones”

Con pensamientos del tipo:

“A lo mejor estoy exagerando y mi pareja no me trata tan mal”.”Seguro que si le ayudo, al final mi pareja cambiará”.”Todas las mujeres/hombres son iguales”.

Si quieres saber cómo comprender y sanar el abuso narcisista, te vendría bien averiguar cuáles son los patrones de pensamiento que tienes tú que te llevan a neutralizar la disonancia cognitiva.

Cómo Gestionar la Disonancia Cognitiva

La disonancia cognitiva desempeña un papel en muchos juicios de valor, decisiones y evaluaciones en tu vida. Tomar conciencia de cómo las creencias en conflicto afectan el proceso de toma de decisiones es una excelente manera de mejorar tu capacidad para tomar decisiones y vivir tu vida de una forma más coherente, tener cambios y crecer como persona.

Por ejemplo, si crees que el ejercicio es importante para tu salud, pero rara vez tiene tiempo para la actividad física, puedes experimentar disonancia cognitiva. Esta incomodidad puede llevarte a buscar alivio al aumentar la cantidad de ejercicio que haces cada semana. En este caso, alterar tu comportamiento para aumentar la coherencia con tu creencia y reducir la disonancia cognitiva que experimentas puede desempeñar un papel positivo en tu vida. Para resolver la disonancia cognitiva también podrías generar pensamientos como “Empiezo el mes que viene” o “El ejercicio físico está sobrevalorado”. Todos estos mecanismos de resolver la disonancia cognitiva son inconscientes. A medida que los vayas haciendo conscientes, podrás decidir de forma más auténtica y real cómo disolver tu disonancia cognitiva.

Si estás en una relación tóxica con una persona con un trastorno anti-social como un(a) narcisista, psicópata o sociópata es posible, como hemos comentado más arriba, que en momentos concretos de la relación experimentes la disonancia cognitiva con mucha intensidad. Esos momentos se dan sobre todo en situaciones de crisis, cuando el vínculo te hace sufrir y cuestionas toda la relación. Puedes tomarte la disonancia cognitiva como un aviso de que hay algo que realmente no funciona en tu relación. Resolver la disonancia cognitiva dejando la relación es un paso que no es fácil de dar y probablemente necesitarás que una terapeuta te acompañe durante esta etapa de tu vida. Sin embargo, también será el primer paso para tu ejercer tu poder personal y para quererte. Si quieres saber cómo comprender y sanar el abuso narcisista, es más que probable que averiguar qué papel juega la disonancia cognitiva en tus patrones de conducta, te ayude.

La Linea que hay entre Abusadores y Víctimas

La línea que separa al abusador de la víctima a veces es muy delgada. Esto es así porque los abusadores suelen verse a sí mismos de forma neurótica como víctimas de la situación. Y porque las víctimas, para evitar volver a ser abusadas, pueden llegar a tener comportamientos abusivos con otras personas.

Si quieres sanar el abuso narcisista, veamos las diferencias entre Abusadores y Víctimas.

La investigación y la experiencia clínica indican que los Abusadores inciden en los siguientes comportamientos:

  • Esconder, ocultar, minimizar o justificar su comportamiento abusivo.
  • Describirse a sí mismos como víctimas.
  • Sentirse abusados cuando los demás no están de acuerdo con ellos o no hacen lo que ellos quieren.
  • Atribuir una intención malévola al comportamiento positivo de los demás a través del engaño y la manipulación.
  • Atribuir una patología a sus parejas con la intención de que se crean que están “locas” para tener el control sobre ellas.
  • Utilizar etiquetas muy negativas para referirse a las personas que están bajo su dominio/control (pareja, hijos, empleadas), como molesto, idiota, histérica, perezoso, no digno de confianza,..
  • Tener grandes dificultades para describir las perspectivas de los demás, sólo ven la propia.
  • Mostrar poca o ninguna compasión.
  • Exhibir justicia propia.

La investigación y la evidencia clínica han demostrado que las Víctimas tienden a:

  • Esconder y/o justificar el comportamiento abusivo de su pareja/amigo/jefa.
  • No etiquetar el comportamiento obviamente abusivo como abuso.
  • Culparse en parte por el abuso que aguantan.
  • Poner excusas al comportamiento del abusador.
  • Muy dubitativas, se cuestionan a sí mismas constantemente.
  • La creencia secreta de que en el fondo se merecen el abuso.
  • La identificación con el agresor.

La expresión “identificación con el agresor” fue acuñada por Sandor Ferenczi y recogida por Anna Freud, dos psicoanalistas con puntos de vista ligeramente diferentes. Es un mecanismo de defensa que consiste en que la víctima defiende y apoya el comportamiento abusivo que el agresor tiene con ella. Un ejemplo clásico de identificación con el agresor es el síndrome de Estocolmo,que se suele utilizar para explicar el “trauma bonding” o “vínculo traumático” entre víctimas y agresores.

Cuando alguien está a merced de un agresor, siente terror y ansiedad, lo que lleva a una regresión infantil. Esta regresión se experimenta como un tipo de gratitud hacia el agresor, a quien comienzan a ver como alguien que atiende sus necesidades básicas. De esta manera, la víctima se vuelve dependiente emocionalmente como un niño. En esta dinámica es más que probable que la víctima haya experimentado abuso/maltrato en la infancia por su padre/madre/cuidador, con lo que lo que hace con esta dinámica tóxica con el agresor es revivir su trauma de infancia no resuelto a través de la repetición-compulsión.

En el caso de un secuestro como en el del “síndrome de Estocolmo”, el abusador los alimenta, los deja ir al baño,.. En respuesta a esta “generosidad”, la víctima sólo siente gratitud hacia su agresor por permitirles mantenerse con vida. Olvidan que su agresor es realmente el origen de su sufrimiento. En el caso de relaciones de pareja, padre-hijo, jefa-empleada, el agresor induce a la víctima a depender completamente de ella minando su autoestima e induciéndole inseguridad a través de técnicas psicológicas como el “gaslighting” o “luz de gas”. Así se llega a la situación de que la víctima agradezca al agresor que se quede con ella porque cree que sino no podría sobrevivir. En todos los casos esto es una fantasía, excepto en el caso de relaciones padre-hijo, donde, cuando éste es pequeño, efectivamente, no podría sobrevivir si el padre/madre lo abandona.

El método habitual de un agresor consiste en “atrapar” a la víctima cuando ésta se encuentra en un momento vulnerable de su vida, crea un vínculo de dependencia fingiendo que le da lo que necesita para después, de forma progresiva, dejarla en un estado de indefensión.

El error principal con los Abusadores es reforzar su identidad de Víctima mediante:

  • Enfatizar su infancia u otras experiencias en las que fueron maltratados.
  • Aprobar su rabia y resentimiento como “apropiados”, lo que valida las perspectivas distorsionadas que acompañan a la rabia y el resentimiento.
  • Reforzar su sentido del derecho de que deben ser respetados, lo que para ellos significa que los demás deben someterse.
  • Confrontarlos de formas que induzcan a la vergüenza, en lugar de hacerlo con asertividad y con respeto.

Puedes ayudar a una Víctima con los siguientes comportamientos:

  • Hacerle ver que la situación en la que está no es “normal”, sino de abuso/maltrato.
  • Señalizando cómo se mete en el rol de víctimas en su vida.
  • Tratándola con respeto y compasión.
  • Recordándole que tiene derecho a un trato digno y a que se la quiera tal y como es.

Sanación para las Víctimas

  • El tratamiento debe desarrollar sus fortalezas, es decir, expandir las cosas buenas acerca de su naturaleza de una manera que garantice su seguridad y crecimiento personal.
  • Aprender a ser asertivas, poner límites y decir que no, es algo fundamental para ellas. Poco a poco, verán cómo su poder personal crece y cómo pueden abandonar el rol de víctimas para vivir una vida plena y satisfactoria.
  • También es importante que abandonen su postura a la defensiva frente a los demás y aprendan a confiar en sí mismas y en sus recursos personales para afrontar las situaciones que la vida les pone delante.
  • Por último, es importante que sanen su dolor del abuso narcisista en psicoterapia para evitar un péndulo de dolor, en el que las víctimas abandonen la rabia y el resentimiento para regresar de nuevo a él, fruto de la culpa y la vergüenza tóxica que sienten.

Sanación para los Abusadores

Los abusadores deben acceder al estado natural de compasión que experimentaron por primera vez como niños. Entonces reconocerán que tienen valores fundamentales que son más importantes que sus egos, que se construyeron en gran parte como defensa contra la vergüenza tóxica que se les infundió en la infancia. Motivados por la defensa del ego, violan sus valores más profundos y maltratan y abusan a las personas más cercanas a ellos. Motivados por sus valores más profundos, su necesidad de defender un ego frágil disminuye, junto con su necesidad de controlar, criticar, dominar y devaluar a los demás.

Una víctima empoderada que ya ha cambiado y ve que su abusador no cambia con ella, se irá. Un abusador que se vuelve más compasivo no puede seguir abusando.

Fuente: https://www.psychologytoday.com

¿Intimidad o Intensidad? ¿En qué se basan tus Relaciones?

Normalmente, el amor romántico es una experiencia que conlleva intimidad y la generación de un vínculo. Eso no puede ocurrir si estás en una relación con una persona que no es capaz de tener intimidad ni de generar un vínculo con alguien tratándolo de igual a igual. Quizás no te des cuenta de que falta esto si estás viviendo una experiencia muy intensa con una persona que lo hace es manipularte y mentirte. Si quieres recuperarte después del abuso narcisista, lo primero es entender cómo funciona tu subconsciente en este tipo de relaciones.

Conviene tener en cuenta que una persona que no ha tenido un padre o madre narcisista, psicópata o sociópata detecta algo raro en el comportamiento de la otra persona durante la fase de idealización o love bombing. Le parece extraño tanta prisa por la “intimidad” y un mirroring que parece que ha encontrado a su alma gemela. Como tienen un referente sano del amor, detectan fácilmente las banderas rojas. Una persona cuyo padre o madre es narcisista, psicópata o sociópata no las detecta porque en su infancia tuvo el mismo tipo de relación con su padre o madre y aprendió que eso era el amor. Es el único referente experiencial que tiene. Ése y el de otras parejas, que seguramente han tenido un comportamiento muy parecido al de su padre o madre.

La Intimidad

La intimidad tiene que ver con la confianza, el entendimiento y el sentirse comprendida. Las personas que tienen intimidad emocional pueden mostrar su vulnerabilidad sin el temor a ser rechazadas, ridiculizadas o invalidadas. La intimidad está basada en la seguridad emocional, la aceptación, el respeto y un dar y recibir mutuo. Sin auto-revelarnos no puede haber intimidad, pero la intimidad requiere que esa auto-revelación sea recogida por la otra persona con respeto.

La intimidad significa que podemos ser quienes somos realmente dentro de la relación y que permitimos a la otra persona hacer lo mismo. “Ser quienes somos realmente” implica que podemos hablar de una forma abierta de las cosas que nos importan, que somos claros en nuestras posiciones en temas emocionales y que ponemos los límites de lo que es aceptable o permitido para nosotros en la relación.

Esto es algo simplemente imposible con un(a) narcisista, psicópata o sociópata. No son capaces de tener intimidad emocional, lo que significa que no pueden tener relaciones sanas. ¿Por qué no pueden tener intimidad emocional? Porque su ego hace que se pongan siempre por encima de la otra persona y la utilicen para sus propias necesidades, controlándola y teniendo poder sobre ella con la manipulación y las mentiras. No saben mostrar vulnerabilidad porque les hace sentirse demasiado expuestos. En el fondo, a pesar el ego inflado, sienten vergüenza tóxica.

La Intensidad

La intensidad tiene que ver con el drama, la ansiedad, la inseguridad y el miedo. Es una dinámica emocional de tirar-soltar, frío-caliente, arriba-abajo. La intensidad supone estar completamente perdido en la emoción de un deseo irracional. Está marcada por la urgencia, el deseo sexual, la ansiedad y elecciones de alto riesgo. Lleva a un estadio de euforia extrema similar al del uso de drogas (reacciones químicas adictivas en el cerebro), a la pérdida de la habilidad de hacer evaluaciones racionales de los que es verdadero y sincer y el deseo de estar cerca de esa persona en todo momento y a cualquier precio.

Un vínculo creado a través de fuertes altibajos emocionales se mantiene a través de la oxitocina y la serotonina en los altos – llamadas hormonas da la felicidad – y cortisol, que genera estrés y ansiedad en los bajos.

Estudios sobre el aprendizaje han demostrado que a través del patrón de castigo y recompensa del refuerzo intermitente, se desarrollan los vínculos emocionales más fuertes. Esto es así porque con una pareja que tiene un comportamiento predecible, con el que nos sentimos seguros en todo momento, la secreción de dopamina y serotonina disminuye con el paso del tiempo. Nos acostumbramos a eso, se convierte en un estado cotidiano. Sin embargo, cuando el comportamiento de nuestra pareja es caótico e impredecible, el cerebro secreta más hormonas de la felicidad y el estrés de forma alternativa. Estos altibajos se vuelven adictivos porque pensamos que así “sentimos más”. Pero no es cierto. Esto no está relacionado con las emociones sino con la intensidad de algo que es tóxico, poco saludable, es un comportamiento “de locos” que no es sostenible a medio-largo plazo.

El tratamiento intermitente bueno-malo detona reacciones emocionales y biológicas. Enfriarse y no tener contacto con esa persona (el contacto cero) parece algo imposible de realizar. El efecto en el cerebro es similar a una adicción (a las drogas, el juego, el sexo, las compras, el trabajo,..). Ésta es la razón por las que nos obsesionamos con estas personas y resulta tan difícil soltar el vínculo, incluso a pesar de que ya sepamos lo tóxicas que son o el daño que nos hacen.

A este apego adictivo se le conoce como el vínculo del trauma o trauma bonding. El trauma bonding es el apego adictivo a un(a) abusador(a). Algunas señales del trauma bonding son la inhabilidad para el desapego, la negación autodestructiva, la indefensión aprendida, la ansiedad,… Todo esto se da por la disonancia cognitiva. Racionalmente (parte izquierda del cerebro) con el comportamiento SABEMOS que esa persona es tóxica, cruel, miente, traiciona,… Sin embargo, emocionalmente (parte derecha del cerebro) del cerebro, SENTIMOS ese potente vínculo con la persona, que hace que generemos pensamientos para autoengañarnos y justificar quedarnos son esa persona. Cuanto más hayamos invertido en la relación, más pensamientos crearemos para quedarnos en la relación. La generación de estos pensamientos contradictorios es lo que se denomina disonancia cognitiva.

Cuanto más avanza la relación, te sientes menos seguro. Esto es una bandera roja de que hay algo que va mal en la relación.

La vulnerabilidad no significa ser débil. Al contrario, significa tener el valor de ser tú misma. Implica exponerte, arriesgarte y tener incertidumbre. No es necesario exponerte de forma rápida a esa persona, de hecho, esto es algo temerario y, si no la conoces mucho y ves que esa persona o bien se expone demasiado (te cuenta cosas muy personales como la muerte de su padre y acabas de conocerla) o no se expone nada pero te acribilla a preguntas sobre ti, esto es una bandera roja. Observa a esa persona y muéstrate de una forma gradual. En seguida notarás si acoge tu vulnerabilidad y también se expone o, por lo contrario, se esconde o te rechaza. Si lo hace, sabrás que esa relación no es sana para ti.

Sentir que nos quieren por quiénes somos y conocer a otra persona en toda su vulnerabilidad y quererla por quien es, es una de las experiencias más reconfortantes que la vida nos puede ofrecer. La intensidad es lo contrario a esto. Es agotadora, te deja exhausta, es insana, es “de locos” y te deja vacía.

Si queremos sanar después del abuso narcisista en nuestras futuras relaciones, podemos preguntarnos: “¿Es esto una intimidad real o sólo intensidad”?

Fuente: http://psychopathsandlove.com