Los hijos adultos de padres narcisistas han tenido un padre o madre o ambos que carecían de empatía, mostraban un excesivo sentido del derecho y explotaban de diferentes maneras a sus hijos. Como resultado, es común que los hijos de narcisistas participen en los siguientes cinco comportamientos contradictorios en la edad adulta.
1. Necesitar mucho tiempo a solas y, al mismo tiempo, rodearte de personas tóxicas para llenar ese vacío
La razón por la que los hijos adultos de narcisistas suelen necesitar más tiempo a solas en la edad adulta es porque fueron privados de opciones y capacidad de acción en la infancia. Fueron parentificados, lo que significa que se los obligó a asumir roles y responsabilidades de adultos en una edad demasiado temprana. Es por esto que puedes saborear tu tiempo a solas en lo que parece ser un nivel extremo para los demás, pero que es completamente comprensible dado lo que has pasado. A menudo se necesita tiempo y espacio adicional para recuperarse de los traumas de la infancia y experimentar la inocencia y la paz de una infancia que nunca se ha llegado a experimentar.
Al mismo tiempo, a los hijos adultos de narcisistas no se les proporcionó un entorno seguro y de validación para fomentar su desarrollo. Sus necesidades emocionales no fueron satisfechas y, como resultado, pueden luchar contra una sensación crónica de vacío. Esto significa que, aunque disfrutan mucho de su tiempo a solas, los hijos adultos de narcisistas son vulnerables a rodearse de personas tóxicas para llenar ese vacío, como amigos, parientes, parejas y colegas poco empáticos que se parecen a sus padres narcisistas.
2. Ser muy independiente y buscar un salvador al mismo tiempo
Como hija de un narcisista, lo más probable es que hayas crecido teniendo que arreglártelas sola y sin pedir nada a tus padres narcisistas, que no estaban emocionalmente disponibles. Como adulta, esta autosuficiencia e hiperindependencia pueden haberte servido de muchas maneras en tu éxito o en áreas en las que tener un sentido de independencia es beneficioso y necesario.
Sin embargo, muchos hijas adultas de narcisistas y aquéllas que han experimentado traumas complejos también tienden a buscar un salvador a lo largo de sus vidas, generalmente una pareja romántica. A nivel subconsciente buscan a alguien que finalmente las cuide de la forma en la que no pudieron ser cuidadas cuando eran niñas. Y que las quiera de una forma incondicional, que también fue algo no vivido. El problema es que la búsqueda de algo tan perfecto y poco realista, abre la puerta a relaciones que suelen terminar siendo abusivas, donde de hecho se suele repetir lo ocurrido en la infancia.
3. Recrear tu infancia en un esfuerzo inconsciente por resolverla, incluso mientras intentas evitar activamente a personas como tus padres narcisistas
Es posible que, sin saberlo, te sientas “atrapado” en relaciones con personas narcisistas y psicópatas porque tu sistema nervioso está acostumbrado a la falta de seguridad. Cuando los niños crecen en entornos caóticos e inseguros, su sistema nervioso se ve afectado y esto es algo que se prolonga hasta la edad adulta. Como resultado, es posible que te sientas atrapado en un ciclo de repetición del trauma original con amigos o parejas que se parecen a tus cuidadores en la infancia con la esperanza de que esta vez la historia termine de manera diferente, con el hijo adulto de un narcisista sintiéndose realmente querido.
Cabe señalar que cualquier persona puede ser víctima de un narcisista o psicópata, independientemente de su historial de trauma infantil. Sin embargo, a los hijos adultos de narcisistas les puede resultar más difícil liberarse de este tipo de relaciones porque los vínculos traumáticos que se forman con los narcisistas en la edad adulta son repeticiones los vínculos traumáticos preexistentes que los hijos de narcisistas han tenido que desarrollar con sus padres en un esfuerzo por sobrevivir.
4. Tener una vena perfeccionista y una necesidad de control, pero tener poca noción sobre el sentido de una mismo y la seguridad en el mundo
Las hijas adultas de narcisistas, así como las hijas de padres controladores en general, desarrollan una relación estrecha con el control y el perfeccionismo. Tienen miedo a perder el control porque han sido controladas desde que nacieron. Sus padres las han controlado férreamente y han ido movido las metas a alcanzar para asegurarse de que sus hijas siempre intentaran esforzarse por obtener una validación que difícilmente obtendrían. Frases como “Lo estás haciendo muy bien” o “Estoy orgulloso de ti” son muy anheladas pero raramente o nunca pronunciadas.
Como resultado, muchas hijas adultas de narcisistas desarrollan tendencias perfeccionistas y dudas sobre sí mismas, convirtiéndose en personas que a pesar de que en muchos casos, alcanzan el éxito, suelen una sensación de síndrome del impostor debido al acoso que sufrieron. No se sienten merecedoras de ese éxito y sienten que en cualquier momento van a ser “descubiertas” y todo lo que han construido va a desaparecer.
En otros casos, las dudas sobre sí mismas son tan rampantes y paralizantes, que no aspiran a gran cosa o tienen mucho miedo de moverse de su zona de confort, donde sólo sobreviven. Es posible que teman volverse “demasiado visibles” volviéndose un blanco de ataque de los demás, por eso prefieren mantener un perfil bajo y “no hacer ruido”.
En todos los casos, necesitan una sensación de control sobre su entorno para sentirse verdaderamente “seguras”. Esto es un intento compensatorio de conseguir fuera de ellas, en el exterior, lo que no pueden conseguir dentro de ellas, en su propio cuerpo y sistema nervioso, que está alterado y en hipervigilancia desde la infancia. Como resultado, evitan oportunidades en las que podrían perder el control, ya sean oportunidades laborales, o para mostrarse a sí mismas y sus talentos, o amistades y relaciones que requieren de de vulnerabilidad e intimidad.
La clave está en establecer seguridad interna a través de la regulación emocional y sanar sus traumas para poder escoger a personas y entornos seguros en la edad adulta, aprender a poner límites cuando es necesario, y darse la oportunidad de crecer como personas en cualquier ámbito para vivir una vida plena y satisfactoria.
5. Privarse y no sentirse merecedoras de cosas buenas, a pesar de que sus padres narcisistas esperaban que fueran las mejores
En las vivencias de los hijos adultos de padres o madres narcisistas ha habido un condicionamiento a no esperar respeto o amabilidad básica de sus padres; también a esperar un castigo por exhibir cosas tan naturales como alegría u orgullo. Sin embargo, también se esperaba de ellas un comportamiento impecable para mantener una imagen buena de la familia:modales excelentes, sacar buenas notas, no dar problemas de ningún tipo, obedecer a todas las normas, etc. Como resultado de esto, es probable desarrollar una mentalidad de “autoprivación”, sintiendo que no son merecedores de cosas buenas y positivas en sus vidas.
Como adulto, puede resultar útil establecer una mentalidad de abundancia. Puedes pensar en todas las experiencias positivas de las que te privaron en la niñez como una “herencia” que deberías haber recibido pero que nunca recibiste. Como adulto, le debes a tu niño interior y a tu yo adulto brindarte todas esas experiencias positivas y satisfactorias que la vida tiene para ofrecerte. Puedes cambiar los esquemas y repaternarte y rematernarte para esperar cosas buenas. No sientas que tienes que “ganarte” buenas experiencias como lo hiciste en la infancia. Puedes participar en “juegos seguros” en la edad adulta para recuperar el sentido de inocencia que deberías haber tenido. Merecías seguridad y paz. Eres más que digno de toda la felicidad y abundancia que la vida tiene para ofrecer. Siempre fuiste suficiente y merecedor.
Conclusiones finales
Si eres hija adulta de un padre narcisista o has tenido una relación con una pareja narcisista, no estás sola y hay ayuda disponible. Mereces apoyo para procesar tus traumas y puede resultarte útil procesarlos con una terapeuta Gestalt especializada en narcisismo.
Imagen de Max Ilienerwise en Unsplash.