La “Lectura de Mente” y el Abuso de las Personas Narcisistas

La “Lectura de Mente” y el Abuso de las Personas Narcisistas

Una de las características del abuso es que el abusador espera que las personas a su alrededor sepan exactamente lo que él está pensando y se enfada cuando no lo hacen. A menudo reaccionará de manera abusiva, especialmente hacia aquellas personas cercanas a él, como las relaciones familiares, de amistad, de pareja y de trabajo. Cuanto más cercana e íntima sea la relación con el abusador, con más potestad se sentirá para tener comportamientos y actitudes abusivas esperando que las otras personas simplemente las aguanten.

La expectativa de leer la mente parece extraña hasta que nos damos cuenta de que la abusadora suele ser emocionalmente inmadura, aún profundamente narcisista. Se ve a sí misma como el centro del universo, donde todo y todos los demás existen en relación con este centro, donde todos los demás son básicamente una parte de ella. Las narcisistas tiene un trastorno que les hace ver a los demás como extensiones de sí mismas. Ésta es la razón por la cual la inhabilidad de leer su mente les enfurece, porque demuestra que las personas con las que se relacionan son entidades separadas con sus propios pensamientos y perspectivas, un reconocimiento que amenaza la certeza de estar en el centro de todo.

Psicológicamente hablando, la forma en que un abusador ve el mundo y su lugar en él no es muy diferente de la de un niño de tres años. Ambos tienen problemas para controlar sus emociones, especialmente cuando sus necesidades o deseos se ven frustrados. Pero, por supuesto, una gran diferencia es que un berrinche básicamente inofensivo de un niño se traduce en un doloroso abuso emocional, psicológico o físico por parte de un adulto.

De ahí todas las técnicas y trucos mentales que una abusadora utiliza cuando la persona que tiene cerca denuncia el maltato o abuso, señala que “algo no está bien” o manifiesta de forma explícita que el comportamiento del narcisista le hace daño. Su ego es muy grande pero frágil, hasta el punto de que prefieren rodearse de personas que les sigan en su delirio antes que hacer una introspección y cambiar para sentirse mejor consigo mismos y con los demás.

Dependiendo de en qué punto del espectro estén, sí que es posible que realicen ciertos cambios de comportamiento. Pero esto será principalmente porque esto les beneficia del modo que sea y no suelen reconocerlo. Simplemente cambian y se comportan como si todo hubiese sido siempre así.

La razón por la que emocionalmente son como niñas de tres años es porque no completaron las etapas de desarrollo emocional en el momento en que correspondía. Se han quedado congeladas en ese momento, sin madurar. Al fondo de una narcisista lo que hay es una niña interior muy herida, hasta tal punto, que ya de adultos, siguen siendo niñas. El trato que se les ha dado por sus familias disfuncionales en la infancia ha sido o “demasiado” bueno, es decir, sin poner límites y sin que tuvieran una figura de autoridad de referencia o recibiendo el mensaje de que

“tú eres el rey/ la reina y eres mejor que los demás”

O bien se les ha tratado mal, siendo ellos mismos objeto de un maltrato/abuso, de un abandono, de carencia de amor. En algunos casos ha habido una combinación de ambas, alternando entre un comportamiento “demasiado bueno” o “demasiado malo” por parte del padre/madre/cuidador(a) o bien con dos personas en donde una hace de “poli bueno” y la otra de “poli malo”.

Fuente: https://evolutioncounseling.com