Cómo Afecta a una Persona Haber Sido Criada por un Padre/Madre Narcisista

Cómo Afecta a una Persona Haber Sido Criada por un Padre/Madre Narcisista

¿Por qué importa si un padre o una madre son narcisistas? ¿Cómo le afecta eso a un niño? Es posible que te estés haciendo estas preguntas si eres una persona que comparte la crianza con un ex que tiene Trastorno Narcisista de la Personalidad; has sido criada por una madre narcisista; o si estás en una relación con una persona que sospechas que puede ser narcisista y estás buscando tratamiento después del narcisista.

El Trastorno Narcisista de la Personalidad (TNP) se malinterpreta cuando se aplica a alguien que es simplemente egocéntrico, arrogante y todo gira en torno a él mismo. Si bien estos rasgos son molestos y no es divertido estar cerca de una persona así, el narcisismo es un trastorno más profundo y destructivo que tiene efectos devastadores en las personas que tienen relaciones con el/la narcisista. Es un trastorno difícil de tratar, si no imposible. Las piedras angulares del trastorno son el delirio de grandeza, la falta de empatía y la incapacidad de sintonizar con el mundo emocional de los demás.

Entonces, ¿cómo afecta a una niña haber sido criada por al menos un(a) Narcisista?

  • El niño no se siente escuchado o visto. Al niño se le dará el mensaje de que no es importante ni bien recibido y que lo mejor que puede hacer es “molestar” a sus padres lo menos posible.
  • Los sentimientos de la niña no son reconocidos. A la niña no se le permite expresar emociones o sentimientos, con lo que aprende a ocultarlas a través de diferentes mecanismos de defensa (represión, introyección, deflexión,…)
  • El niño será tratado como un accesorio/extensión del padre/madre narcisista con el consentimiento del otro (muy probablemente, codependiente) en lugar de como una persona. Este fenómeno se denomina cosificación o despersonalización.
  • La niña será más valorada por lo que hace que por lo que es como persona. Por ello, muchas niñas adultas son muy exigentes consigo mismas y se ponen muchos objetivos a alcanzar, creyendo que así serán queridas.
  • El niño no aprenderá a identificar o confiar en sus propios sentimientos y su percepción de la realidad y crecerá con una duda paralizante. Esto es debido a muchas técnicas de abuso/maltrato ejercidas por el padre narcisista, encubiertas o descubiertas, como por ejemplo, el gaslighting.
  • Al niño se le enseñará que su imagen es más importante que cómo se siente. En la familia narcisista hay una preocupación extrema por los que piensan los demás y por “quedar bien” en cualquier situación. Esto es un prioridad con respecto a cómo se sienten los miembros o a que puedan expresarse o ser ellos mismos.
  • A la niña se le asignarán una serie de roles en la familia narcisista elegidos por el padre/la madre narcisista y no se le permitirá desarrollar un Verdadero Yo.
  • Se enseñará al niño a guardar secretos para proteger a los padres y a la familia. En la familia narcisista hay secretos relacionados con el trauma, que lleva al abuso/maltrato y que se pasa de generación en generación. El secreto o secretos de la familia pueden estar relacionados con una adicción, incesto, violación,…
  • No se alentará a la niña a desarrollar una identidad propia sino que se la convertirá en una persona dependiente crónica (hasta que empiece terapia) de la validación/aprobación de sus padres y posteriormente proyectará esta necesidad de validación en los jefes, parejas, amigos,…
  • El niño se sentirá emocionalmente vacío y no alimentado emocionalmente. La mayoría de los niños adultos que han crecido en familias narcisistas se sienten vacíos por dentro y faltos de autoestima. Esto se debe a que no se les enseñó a gestionar y expresar sus emociones, algo que es fundamental para el desarrollo sano de un ser humano y tampoco se les dio mucho amor, con lo que se encuentran con dificultades para quererse a sí mismos.
  • La niña aprenderá a no confiar en los demás. Todas las experiencias que tiene la niña en su infancia, sobre todo hasta los 7 años, se quedan grabados a nivel somático y a nivel celular. Como durante su infancia es constantemente rechazada, humillada, abandonada,… por sus padres narcisistas, inconscientemente, crecerá con la idea de que no puede confiar en los demás.
  • El niño será usado y manipulado por la madre narcisista. Esto lo convertirá en una persona altamente manipulable como adulto, que encajará con perfiles de personas que tienden a ser muy manipuladoras, entre los que están los narcisistas, psicópatas y sociópatas, repitiéndose las dinámicas de infancia.
  • A la niña se la obligará a estar disponible para el padre narcisista, en lugar de al revés, como debería ser. Los padres narcisistas, como no vieron sus necesidades satisfechas en su infancia, utilizan a sus hijas para satisfacerlas en lugar de lo que sería lo natural, que es que el padre esté disponible para la niña.
  • El niño no tendrá un desarrollo emocional. Los padres/madres narcisistas no saben gestionar sus propias emociones, por eso no pueden acompañar a sus hijos para validarlas y gestionarlas. El adulto, a menos que lo trate en terapia, tendrá un bloqueo y un vacío emocional.
  • La niña se sentirá criticada y juzgada, en lugar de aceptada y querida. Las madres narcisistas no saben querer ni aceptar ni a sí mismas ni a los demás, incluidas sus hijas. Serán demasiado exigentes con ellas para poder controlarlas y dominarlas y les pondrán etiquetas, juzgándolas, de las que no las dejarán salir, como “tonta”, “sensible”, “loca”, “desequilibrada”. Todo ello son proyecciones, que es un mecanismo de defensa. Así es como en realidad se siente la madre y utiliza a la hija para proyectar sus propios sentimientos de inadecuación.
  • El niño se frustrará tratando de buscar amor, aprobación y atención en vano. Al hijo de un padre narcisista se le dice demasiadas veces “no” a todo lo que pide, como ser dependiente que es por naturaleza. Esto hace que, como adultos, tengan el umbral de la frustración demasiado alto y tiendan a no pedir o no intentar nada por temor que la respuesta sea otro “no”.
  • La niña crecerá sintiendo que “no soy lo suficientemente buena”. La madre narcisista le enviará mensajes, de forma directa o indirecta, que dicen precisamente eso. Como adulta, tenderá a sentir que “no es suficiente” como persona en cualquier área de su vida y se esforzará mucho (demasiado) por llegar a un estándar imposible que ella misma se ha fijado.
  • El niño no tendrá un modelo a seguir para tener relaciones sanas. Al tener un modelo de relación tóxico, tenderá a tener este tipo de vínculos en su edad adulta pensando que ser utilizado o abusado es “lo normal” y que eso es “amor”.
  • A la niña no se le permite poner ningún tipo de límite en la relación con sus padres narcisistas y decir que “no” es algo por lo que se le castiga severamente. En su edad adulta, esta niña tendrá dificultades con poner límites apropiados en sus relaciones con los demás.
  • El niño no aprenderá a cuidarse a sí mismo de forma sana, sino que se volverá codependiente, tendiendo a priorizar cuidar a los demás por encima de cuidarse a sí mismo.
  • El niño tendrá dificultades con la independización emocional necesaria del padre narcisista a medida que crezca. A estos niños no se les deja crecer y madurar, sino que se les mantiene en un estado emocional de niños eternos, (por eso a los hijos de narcisistas se les llama los “niños adultos”) creando lo que se llama el vínculo de fantasía.
  • A la niña se la entrenará para buscar la validación externa frente a la validación interna. Esto le llevará a no creer en sí misma y poner su valía en la opinión subjetiva de los demás, especialmente figuras de autoridad (jefes, profesores,… y parejas).
  • El niño recibirá un mensaje mixto y de locos de “hazlo bien para hacerme sentir orgulloso” como una extensión del padre, “pero no lo hagas demasiado bien y me superes a mí“.
  • La niña puede experimentar celos de la madre narcisista si la madre cree que es mejor que ella en algo. Las narcisistas suelen competir y compararse y su ego no les permite reconocer como mejores que ellas a nadie, especialmente a sus propias hijas.
  • Al niño no se le enseña a darse reconocimiento a sí mismo cuando se lo merece. Se minimizan sus logros, del tipo que sean. El adulto tenderá a hacer lo mismo, viéndose a sí mismo bajo la luz más negativa posible.
  • En última instancia, la niña sufrirá Síndrome de Estrés Post-Traumático Complejo, depresión y/o ansiedad en su edad adulta, que son secuelas de todo el trato recibido en su infancia y que la adulta repite consigo misma de forma inconsciente.
  • El niño crecerá creyendo que no es digno de ser querido, porque “si mis padres no me quieren, ¿quién me va a querer?. En sus relaciones de pareja, o bien serán contradependientes o bien acabarán con personas con perfiles narcisistas, psicópatas y/o sociópatas.
  • Una madre narcisista a menudo avergüenza y humilla a la niña, que crecerá con una baja autoestima.
  • El niño a menudo se convertirá en un gran triunfador o auto-saboteador o una mezcla de ambos.
  • La niña necesitará psicoterapia para recuperarse del trauma y tendrá que convertirse en el propio padre y madre (lo que se denomina auto-paternaje y auto-maternaje) de su niña interior herida en su edad adulta, para así por fin, salir del bloqueo en su desarrollo y darse a sí misma lo que su padre/madre narcisista no pudo darle para madurar y prosperar en su vida adulta.

Haber criado por un padre narcisista es emocional y psicológicamente abusivo y causa efectos debilitantes y duraderos en los niños. A menudo, los profesionales lo pasan por alto, ya que los narcisistas pueden ser encantadores en la superficie, mostrando una imagen de cómo desean ser vistos. Detrás de las puertas cerradas, los niños se asfixian en un ambiente castrante y lidian con la soledad y el dolor. La narcisista no se responsabiliza de su propio comportamiento y le echa la culpa a la niña, justificando así cómo la trata. La niña, que necesita darle sentido a lo que le hacen, se cree que la culpa sí que es suya y, en definitiva, se “traga” el mensaje de que “hay algo malo en mí” (lo que se conoce como “el defecto fatal”) y por eso la tratan así.

Un niño que ha crecido soportando todo esto, necesita como adulto un trabajo de recuperación serio para sentirse mejor.  En definitiva, necesita tratamiento después del narcisista. La buena noticia es que sí se puede estar mejor, sanar esas heridas de infancia tan graves. Sólo hay que dar el primer paso para otro camino distinto de aquél para el que fueron entrenados a recorrer. Es aconsejable buscar ayuda profesional para este proceso personal, en especial de una terapeuta que sepa sobre narcisismo.

 

Porqué los hijos de Narcisistas se convierten en Niños Adultos

Porqué los hijos de Narcisistas se convierten en Niños Adultos

Un factor muy significativo para las niñas adultas que han crecido en familias narcisistas es que no pueden saber que uno o ambos de sus padres son narcisistas. Normalmente sabrán que hubo algo malo en su infancia o que sus padres fueron diferentes de alguna manera, pero es posible que no reconozcan realmente a sus padres por lo que son.

Esto las pone en una gran desventaja porque hasta que entiendan el narcisismo y el control mental, pueden tener dificultades considerables en sus vidas sin saber por qué. Dificultades como sentirse inferiores a los demás a pesar de sus logros, sacrificar sus necesidades por las de los demás, o sentirse culpables en su vida constantemente por casi todo.

Ya de adulto,s emocionalmente son como niños porque hay ciertas etapas de su desarrollo que no se pudieron completar. Sus padres no estaban emocionalmente disponibles para ellos y esto provocó carencias que se pueden completar en la etapa adulta con terapia y con trabajo personal.

Personalidades No Desarrolladas

Los padres/las madres narcisistas no permiten que sus hijas desarrollen sus propias personalidades. Las niñas son criadas para ser una fuente de suministro narcisista, o pueden ser ignoradas casi por completo. De cualquier manera, no reciben el amor y la tranquilidad que las niñas requieren para crecer y convertirse en adultas independientes y afectuosas.

A menudo no se permite que se establezcan límites entre el niño y la madre narcisista. El narcisista trata al niño como una extensión de sí mismo con el resultado de que el niño no aprende a ser independiente y se le entrena para controlar todo lo que dice y hace, anticipándose a las reacciones del padre.

Esto los convierte en adultos demasiado sensibles a los estados de ánimo de los demás, siempre cuidando de los demás en detrimento de ellos mismos, convirtiéndose en personas complacientes porque creen que sólo así los querrán.

Más Relaciones Abusivas

Muchos hijos adultos de narcisistas terminan en relaciones abusivas. A menudo buscarán parejas que sean similares a sus padres. Después de todo, esto es lo que han aprendido y con el que se sienten cómodos, es lo familiar.

Dependencia Emocional

Las narcisistas convierten a sus hijas en personas muy dependientes. Va mucho más allá de la dependencia normal de la infancia, donde la niña depende de los padres para obtener calor, comida, refugio, etc. Se convierte en una dependencia emocional que hasta que la hija adulta no lo trata en terapia, se puede prolongar toda la vida.

Un padre narcisista a menudo mantendrá a sus hijos ingenuos y crédulos, expresando lo peligroso que es el mundo y reforzando constantemente la idea de que necesitan del padre narcisista para sobrevivir en un mundo tan hostil.

Y debido a que hay muy pocos límites, la niña acaba dependiendo de los padres para saber quiénes son. La combinación de elogios y críticas de una madre manipuladora aumenta aún más la dependencia. ‘¡Tú no eres nada!’ ‘¡Eres inútil!’ ‘¡Lo haces mal!’ Estas expresiones, dichas con rabia con la intención de hacer daño, seguidas de un repentino cambio de humor y una corriente de palabras diseñadas para aplacar y hacer que la niña se sienta bien, crea y mantiene la dependencia.

‘¡Tú no eres nada!’ ‘¡Eres inútil!’ ‘¡Lo haces mal!’

Debido a esta dependencia, a los niños adultos les cuesta mucho saber cuáles son sus necesidades, qué es lo que quieren y tomar decisiones. Esto puede llevar a que en sus vidas sean otras personas las que tomen las decisiones por ellos.

El Miedo

El miedo y la culpa son dos de las principales emociones utilizadas en las técnicas de control mental para dominar y manipular a los demás. Las narcisistas los utilizan para manipular y controlar a sus hijas, ya sea consciente o inconscientemente.

El miedo hace que las niñas adultas se pasen la mayor parte del tiempo en un estado de hipervigilancia, tengan mucha desconfianza hacia los demás y una tendencia a la paranoia.

La Culpa

Los narcisistas suelen culpar a los demás de todo. La responsabilidad es un concepto que no les interesa, se centran en la culpa porque es una herramienta emocional eficaz para controlar y manipular a los demás. La culpa siempre es de los demás, nunca de ellos. Esto lo hacen a través del mecanismo de defensa de la proyección, proyectan en los demás aquello que rechazan de sí mismos. Esto, junto con la falta de empatía se convierte en una carta blanca para hacer lo que quieren. Sobre todo, hacer lo que quieren es algo que consiguen con personas que, por diferentes circunstancias, dependen de los narcisistas, como por ejemplo, los hijos, los empleados, las parejas,.. Esta dependencia vital, con las únicas personas con las que es real es con sus hijos, ya que el niño no puede cambiar hasta que crece y puede independizarse de ese ambiente tóxico.

La culpa es algo que se inserta en las hijas de las narcisistas en su infancia y que arrastran en su vida como adultos hasta que empiezan a trabajarla en terapia. Se sienten culpables por prácticamente todo, pero sobre todo cuando se divierten, cuando se priorizan a sí mismas frente a los demás, cuando quieren que se les vea, cuando flirtean o tienen sexo, cuando piden algo a otra persona, cuando toman la iniciativa, hacen algo de forma independiente, o tienen éxito.

Las hijas adultas de narcisistas necesitan trabajar para perdonarse a sí mismas por abandonarse cuando eran niñas y también en su etapa adulta, por tolerar el abuso durante tanto tiempo, etc.

En primer lugar, la niña se abandonó a sí misma porque era lo único que podía hacer para sobrevivir en un ambiente tan hostil y del que era completamente dependiente. En segundo lugar, las niñas no toman esas decisiones temprano en la vida, sus padres narcisistas las obligan a comportarse como lo hacen. En tercer lugar, la niña no entiende que vive en un ambiente tóxico y manipulador, que no es sano, porque es lo único que conoce, en esa etapa no tiene nada con lo que compararlo.

A los hijos adultos de narcisistas a menudo les lleva un tiempo entender que no se merecieron el trato que les daban y que no tienen la culpa de nada. Es muy importante integrar esta idea durante el proceso terapéutico de sanación. No es su culpa. Sus padres narcisistas simplemente repiten lo que se les ha hecho a ellos porque no lo han sanado. El trauma pasa de generación en generación hasta que se sana en terapia. 

Las Emociones

Las hijas adultas de narcisistas generalmente no pueden expresar sus emociones con libertad. En su infancia las emociones estaban prohibidas y siguen comportándose así en su etapa adulta.

Esta falta de gestión de las emociones puede conducir a todo tipo de problemas, como altibajos emocionales, una sensación de bajón perpetuo, enfados explosivos repentinos, incapacidad para expresar emociones en relaciones,…

La Competencia y Rivalidad entre Hermanos

La competencia entre hermanos a menudo es utilizada por los narcisistas para controlar y dominar a la familia.

Normalmente, un niño es manipulado para alinearse con el narcisista e incluso se le utiliza para castigar a otros hermanos.

Ninguna de las hermanas escoge el papel que va a representar en la familia. La narcisista los escoge de forma inconsciente intuyendo cuál será más fácil de manipular y de poner de su lado y/o cuál será más vulnerable a ataques y críticas.

La “elegida” es “la chica dorada”, a la que la narcisista protegerá a cambio de admiración y de seguirle ciegamente. La otra, será el “chivo expiatorio”, será el objeto de la rabia de la narcisista. Se le culpará de forma arbitraria de lo que sea para que la narcisista pueda “vomitar” su rabia. Se le darán mensajes muy negativos que no son reales ni objetivos, como el de que “todo lo hace mal”.

Es más probable que el chivo expiatorio sea el que se de cuenta de que en la familia hay problemas que no son “normales” y es probable que busque ayuda fuera de ese círculo.

Busca Ayuda Profesional

Descubrir su verdadera identidad, lidiar con profundos cambios de creencias, aprender a gestionar y expresar emociones libremente, desarrollar una perspectiva muy diferente sobre sus padres y el mundo en general … las hijas adultas de narcisistas tienen mucho por delante trabajo para tener normalidad y prosperar en sus vidas.

La ayuda profesional de una terapeuta y/o un grupo terapéutico es necesaria. Sólo a través de otras personas que nos hacen de espejo, nos ven de verdad y nos ayudan a discernir entre lo sano y lo tóxico, podemos acceder a una vida psicológica y emocional sana.

Ya sé que es difícil pedir ayuda. Éste es precisamente uno de los temas por los que se te castigaba severamente en la infancia. Pero también es liberador aceptar que somos humanos, y como tales limitados y que no pasa nada por buscar ayuda a problemas graves y serios que nos están condicionando la vida. 

Fuente: http://www.decision-making-confidence.com

familias disfuncionales

17 Dificultades que se encuentran los Niños Adultos Codependientes de Familias Disfuncionales (Y Cómo Solucionarlas)

Las Niñas Adultas que han crecido en Familias Disfuncionales son Codependientes que se encuentran con una serie de dificultades en sus relaciones adultas.

17 Dificultades que se encuentran los Niños Adultos Codependientes de Familias Disfuncionales

  1. Dificultad para identificar y expresar con precisión las emociones y los sentimientos.
  2. Problemas para formar y mantener relaciones cercanas e íntimas.
  3. Propensión a tener relaciones íntimas con personas de otra familia disfuncional que tendrán problemas relacionales parecidos.
  4. Perfeccionismo, tener expectativas poco realistas de una misma y de los demás, y ser demasiado dura con una misma.
  5. Rigidez en el comportamiento y las actitudes, con una creencia arraigada de que es imposible cambiar.
  6. Tener una resistencia a la adaptación al cambio y temer asumir riesgos.
  7. Sensación de exceso de identificación o exceso de carga, sintiéndose culpable/responsable de los sentimientos de los demás.
  8. Tener una necesidad constante de aprobación o atención de los demás para sentirse bien consigo mismos.
  9. Torpeza al tomar decisiones, sentir terror por cometer errores y diferir tanto la toma de decisiones que al final son las demás las que toman las decisiones por ellas.
  10. Sentirse impotente e ineficaz, hagan lo que hagan nunca es lo suficientemente bueno ni está a la altura de sus propias expectativas.
  11. Sentimientos exagerados de vergüenza (lo que se llama vergüenza tóxica), culpa, sensación de inutilidad y baja autoestima.
  12. Evitar el conflicto a cualquier precio, y a menudo reprimir sus sentimientos y opiniones y guardar silencio para mantener la paz en sus relaciones con los demás.
  13. Miedo a ser abandonada por los demás.
  14. Actuar de forma beligerante y agresiva para mantener a los demás a distancia.
  15. Tendencias de ser impaciente y controladora. Los codependientes tienen miedo de las situaciones que no son predecibles para ellos.
  16. Falta de cuidado propio debido a su absorción en las necesidades y preocupaciones de otras personas, y actuación como mártires/víctimas, viviendo para las demás en lugar de para ellas mismas.
  17. Miedo la expresión de su propia rabia. Harán cualquier cosa para evitar el conflicto. Sin embargo, provocarán de forma activa o pasiva a otras personas cuando se sientan atacados u ofendidos, lo cual ocurre con bastante facilidad.

¿Te ves reconocido en estas 17 dificultades? En el siguiente artículo, te contaré sobre técnicas para mejorar esto.

 

niña/niño interior

Empodera a tu Niña Interior

Si eres el superviviente de una familia narcisista/disfuncional, es más que probable que tu niño interior fuese seriamente dañado en tu infancia. Tu niño interior es tu forma de ser más espontánea, cuando te muestras tal y como eres y eres tú mismo por completo. Si creciste en una familia narcisista/disfuncional, tus padres narcisistas (uno de ellos con el consentimiento consciente o inconsciente del otro) o ambos te obligaron a asfixiar al niño auténtico que eras y cambiarlo por otro, que era la imagen de lo que ellos querían.

Para recuperar y empoderar a tu niña interior, te recomiendo terapia y/o técnicas experienciales. Esto porque la terapia y/o técnicas experienciales que nombraré, permiten una espontaneidad y un foco que da lugar a que se revelen temas del inconsciente que sin estos procesos seguirían escondidos de nuestra consciencia. Aproximadamente, sólo somos conscientes de un 12% de nuestra vida, mientras que un 88% permanece en nuestro inconsciente. Esto quiere decir que muchas de tus acciones, pensamientos, interacciones con otras personas,.. están guiadas por experiencias de infancia que para ti han sido traumáticas, por lo que las has relegado al inconsciente para evitar sufrimiento (por ejemplo, hacerte consciente, reconocer y aceptar que tu familia de origen era abusiva contigo).  En el momento vital en el que estás lista para ello y especialmente con la ayuda de la terapia, lo que está en el inconsciente empieza a pasar al consciente.

Las técnicas experienciales que enumero a continuación son buenas no sólo para identificar cuáles son tus pérdidas (aquéllo que no le dieron a tu niño Interior y que necesitaba) sino también para el trabajo terapéutico de hacer el duelo por esas pérdidas. Sólo llorando por lo que hemos perdido podemos cerrar esas etapas vitales (por esta razón a los supervivientes se les llama los Niños Adultos) y abrir por fin otras nuevas.

16 Técnicas Experienciales para Sanar a tu Niña Interior

  1. Arriesgar y compartir, especialmente emociones y sentimientos, con un grupo de apoyo y/o con una terapeuta adecuada para ti. La sanación pasa por contar tu historia verdadera a otros y que sea validada. Cuando eras niña, en tu familia narcisista creciste en un entorno tóxico en el que se negaba la realidad y las relaciones estaban basadas en mentiras.
  2. Psicodrama. El psicodrama utiliza el teatro de una forma terapéutica. Te ayudará a descubrirte a ti mismo y a expresarte de forma libre y espontánea. Los supervivientes vivieron en un entorno muy rígido, en el que tenían que ser “perfectos”, con muchas normas y sin que se les dejase ser espontáneos. El psicodrama te ayudará enormemente a recuperar tu espontaneidad.
  3. Terapia Gestalt. La terapia Gestalt hace una especial incidencia en las emociones y pone el foco en aquellos temas de los que no somos conscientes.
  4. Constelaciones familiares o terapia psicomotora. Es una forma de revivir situaciones de infancia traumáticas y darles otro final, con personas que representan a tu familia de origen.
  5. Hipnosis y técnicas relacionadas. Es una forma de acceder a tu inconsciente.
  6. Unirte a un grupo CoDA. Los grupos coda están pensados para codependientes, personas que han perdido su identidad y que se han vuelto adictos a establecer relaciones en las que anteponen las necesidades de la otra persona a las suyas propias.
  7. Visualizaciones guiadas.
  8. Trabajo de respiración. La respiración es muy importante. Mucha de las supervivientes se auto- anestesian para sufrir menos. Una de las formas en las que hacemos esto de forma inconsciente es la respiración superficial. La respiración natural empieza en la nariz y termina en el vientre. La respiración superficial sólo llega hasta el torax. A medida que volvamos a respirar de forma más natural nos sentiremos más en sintonía con la vida y con menos estrés y ansiedad. Los trabajos de respiración los puedes hacer con ejercicios de bioenergética.
  9. Auto-Afirmaciones. Los supervivientes suelen tener baja autoestima. Gran parte de esto tiene que ver con las frases de sus padres narcisistas que oyeron una y otra vez en la infancia y que han hecho propias y se siguen repitiendo a sí mismos en su etapa de adultos (estas frases que no son propias y que hemos incorporado sin “masticarlas”, la terapia Gestalt las llama introyectos). Las auto-afirmaciones ayudan a eliminar estas ideas tóxicas que además no son reales y a cambiarlas por otras positivas.
  10. Análisis de tus Sueños. Los sueños son una de las formas que tenemos de acceder a nuestro inconsciente.
  11. Ejercicios de Movimiento Espontáneo (los puedes encontrar dentro del contexto de terapia Gestalt o Bioenergética o terapia corporal). El movimiento espontáneo nos permite ver de una forma clara y en poco tiempo facetas y aspectos sobre nosotras mismas de las que no somos conscientes. El ego es eso que nos decimos que somos, es una identidad construida para vivir de una forma funcional en el día a día. Pero en realidad no somos eso que nos hemos dicho que somos. Ejercicios como el del movimiento espontáneo nos ayudan a ver esto.
  12. Arte-terapia. Es una forma de desarrollar tu imaginación y de auto-conocimiento.
  13. Activar tu imaginación y tus intuiciones.
  14. Meditación y yoga. Se trata de prácticas con las que desarrollarás tu espiritualidad y empezarás a verte como un ser que forma parte de un todo, del Universo, único e irrepetible, que no tiene que hacer nada para simplemente ser. Te ayudará a desarrollar tu autoestima.
  15. Trabajo terapéutico con el cuerpo. En el cuerpo sentimos las emociones. De hecho en cada anillo del cuerpo o chakra, están localizadas determinadas emociones. Como he mencionado más arriba, las supervivientes se han anestesiado a sí mismas de forma inconsciente para no sentir. El problema que tiene esto es que no sólo sentimos emociones displacenteras (rabia, tristeza) sino tampoco las placenteras (alegría). Además, una emoción no desaparece por ignorarla sino que se queda “atascada” dentro de nuestro cuerpo, haciéndonos daño y manifestándose de forma tóxica. El trabajo corporal ayuda enormemente a sentir de nuevo, de forma tal que vivamos una vida más sana y plena.
  16. Escribir un diario. Te ayudará a hacerte consciente de tus propias emociones y comportamientos. Te ayudará a expresarte y a poner en orden tu historia.

Este artículo está basado en el Capítulo XI del libro de Charles Whitfield “Sanar al Niño Interior. Descubrimiento y Recuperación para Niños Adultos de Familias Disfuncionales”.