empatía

La falta de empatía

La falta de empatía no es suficiente para un diagnóstico de narcisismo, ya que hay personas que tienen falta de empatía y no sufren de Trastorno Narcisista de la Personalidad. Sin embargo, sí todos los narcisistas, psicópatas y sociópatas tienen una falta de empatía extrema. Por otro lado, la falta de empatía puede asociarse, además de con el Trastorno Narcisista de la Personalidad, con el trastorno límite de la personalidad, el autismo, el trastorno bipolar y la sociopatía, así como con problemas más benignos, como la baja inteligencia emocional, el estrés y la alexitimia.

Si has tenido un padre o madre egocéntrico debido a una adicción, depresión o un trastorno de la personalidad y no has podido conectarte con tus emociones, es posible que experimentes dificultades reconociendo y gestionando tus emociones y que tengas una tendencia a relacionarte con personas con poca empatía o una inteligencia emocional baja o nula.

¿Qué es la empatía?

La empatía es la capacidad de comprender los sentimientos y necesidades de otras personas. Dicho de un modo muy informal, consiste en la capacidad de ponerte en los zapatos de otra persona.

Tan poco saludable es tener mucha empatía, esto es, ponerte tanto en la piel de otra persona, que va en detrimento de tus propias necesidades e intereses, como un déficit de empatía, que supone ser incapaz de ver al otro como un igual, sino con una tendencia a cosificarlo y usarlo en el propio favor. El extremo de esto es el sadismo, donde el narcisista no sólo es incapaz de ponerse en la piel de la otra persona sino que disfruta infligiéndole sufrimiento.

Las neuronas que están más implicadas en la empatía son las llamadas neuronas espejo. Dependiendo del número de neuronas de este tipo que cada persona tenga, sus niveles de empatía serán más altos o más bajos. Los narcisistas, psicópatas y sociópatas apenas tienen neuronas espejo, lo que explica tu escasa capacidad para ponerse en el lugar de las personas con las que se relacionan. Sin embargo, sí que tienen una sensibilidad extrema hacia sí mismos, por eso suelen ser muy reactivos cuando se sienten atacados, juzgados o criticados, con una tendencia a ponerse a la defensiva muy extrema.

Además de las neuronas espejo, una crianza donde ha habido negligencia y/o maltrato es un factor importante a la hora de desarrollar narcisismo, psicopatía o sociopatía.

Señales de falta de empatía

¿Tienes dudas acerca de si una persona con la que te relacionas o tú misma tienes falta de empatía? Más abajo te dejamos una lista con señales de falta de empatía.

Las señales deben considerarse en su conjunto para determinar el perfil de una persona. Muchas personas capaces de sentir empatía son incapaces de empatizar o adoptar su perspectiva cuando se ponen a la defensiva o en una discusión acalorada.

Egocentrismo

La narcisista no se interesa por las necesidades y sentimientos de los demás. La relación se siente unilateral y todo gira en torno a ellas: tienden a monopolizar las conversaciones, hacer pocas preguntas y su tema principal de conversación son ellas mismas.

Indiferente al sufrimiento de los demás o de los animales

Hay una frialdad enorme frente al sufrimiento de los demás, ya sean cercanos o lejanos. Además, muchos narcisistas, psicópatas y sociópatas suelen torturar animales en su etapa infantil o de adolescencia. Estos comportamientos sádicos se suelen reflejar en la etapa adulta con otras personas, donde no sólo son ajenas al sufrimiento de los demás sino que disfrutan haciendo sufrir, como haciendo comentarios hirientes o degradantes, humillando, ignorando,…

Monopoliza las conversaciones

Más que conversaciones, el narcisista está interesado en monólogos, donde la escucha es muy pobre y el interés es casi único en hablar de sí mismo.

Ignora tus límites

Cuando dices que no, tienden a ignorarlo de diferentes maneras. No te sientes respetada o escuchada cuando pones un límite.

Falta de negociación y de compromiso

Las personas con falta de empatía tienden a querer salirse con la suya en todo momento, por lo que no ceden cuando propones algo que no quieren hacer e intentan manipular para que las cosas se hagan como ellas quieren.

Falta de responsabilidad

Una persona sin empatía no es consciente del impacto que tiene su comportamiento en otras personas. Tienen mucha dificultad para responsabilizarse de sus acciones y rara vez admite sus errores.

Nunca se disculpa

Por lo explicado en el anterior punto, las personas sin empatía rara vez se disculpan. Algunas veces puede ocurrir, pero suele tratarse de algo manipulativo y no auténtico. En este caso, puedes observar si repiten el mismo comportamiento y actúan como si la disculpa nunca hubiera sucedido.

Comportamiento social patoso

Sin empatía, una persona puede actuar de manera inapropiada, a menos que le hayan enseñado o aprendido mediante observación cómo se comportan las personas. Por ejemplo, pedirle un favor a una viuda en el funeral de su marido. No hay una consciencia de que lo que están haciendo está fuera de lugar.

Falta de consideración

Debido a que no comprenden ni se preocupan por los sentimientos de otras personas, tus sentimientos y emociones a menudo se consideran irrelevantes o se ignoran por completo. Tus sentimientos y problemas no tienen importancia, a menos que les afecten de forma directa.

Critica duramente a otras personas

Alguien sin empatía que prioriza sus necesidades y sentimientos por encima de otras personas intenta controlar su entorno a su medida. Quieren que otras personas se comporten de manera que satisfagan sus necesidades. En lugar de asumir la responsabilidad de su propio malestar, culpan a otras personas y esperan que calmen su confusión interior.

Perdón limitado

Los narcisistas y otras personas agresivas y sin empatía a menudo guardan rencor y no pueden perdonar a otras personas cuando ha habido un conflicto o desacuerdo. Son igual de duros consigo mismos debido a la vergüenza interna, pero rara vez lo revelan. A sus ojos, perdonar a alguien también le da poder a la otra persona y quieren conservar el control y el poder en sus relaciones para sentirse seguros.

Se siente con derecho a explotar a los demás

Los narcisistas no ven a otras personas como iguales sino como objetos que satisfacen sus necesidades. Esto se da de forma especial cuando se trata de su pareja, familiares, amigos o empleados. Se sentirán con el derecho a sacar el mejor beneficio de las relaciones, ya sea de forma económica, emocional o ambas. Los demás son recursos a explotar, que conseguirán a través de la manipulación, el engaño, infundiendo miedo,…

Conclusiones sobre la empatía

Si ves muchas de las señales más arriba descritas, estás frente a una persona con falta de empatía que, si es extrema, puede tratarse de un narcisista, psicópata o sociópata. Los vínculos con estas personas pueden causar mucho daño emocional y afectar seriamente a tu autoestima. Si tienes un vínculo con una persona así, puedes plantearte qué límites necesitas poner, si necesitas tomar distancia o incluso si lo mejor para ti es terminar la relación.

Foto de Milad Fakurian en Unsplash.

persona empática

Personas empáticas: ¡convierte tu empatía en tu súper poder!

La empatía no es una característica que se escoge sino una con la que se nace. Como todas las características humanas, corre en un espectro que va desde personas empáticas hasta narcisistas, psicópatas y sociópatas, que son personas que captan muy bien las emociones de los demás para manipularles pero son incapaces de ponerse en su piel, de sentir lo que los demás sienten a causa de su comportamiento.

A pesar de que la empatía se puede entrenar, tanto para gestionarla cuando es mucha, como para aumentarla cuando es demasiada poca (a menos que haya una patología como las antes señaladas), se trata de una condición biológica que viene determinada por el número de neuronas espejo con el que nacemos.

Muchos empaths, por su terminología en inglés, tienen muchas similitudes con los PAS (Personas Altamente Sensibles).

Las personas empáticas son como esponjas de todo lo que ocurre su alrededor, incluidas las emociones de las personas que tienen cerca o con las que tienen un vínculo. Esto hace que sean muy sensibles a estímulos externos como ruidos, luces, lugares donde se concentran muchas personas como conciertos, centros comerciales,…

Las personas con mucha empatía son como esponjas de todo lo que ocurre su alrededor.

Una gran cantidad de personas empáticas terminan en relaciones con narcisistas, psicópatas y/o sociópatas (y muchas siendo víctimas de abuso narcisista) precisamente porque son la otra cara de la moneda. Frente a una falta completa o muy escasa de empatía del narcisista, la persona empática tiene mucha, incluso en exceso, lo que comporta que ambos se entiendan porque lo que le falta a uno lo compensa el otro.

Ser una persona empática no es algo ni bueno ni malo. Como todo, es importante saber que lo tenemos y gestionarlo en nuestro propio beneficio. Si has crecido en una familia disfuncional, es muy frecuente que, si tienes mucha empatía, ésta haya sido utilizada en tu contra o ridiculizada en lugar de haber sido reconocida o potenciada.

En las familias narcisistas es muy frecuente que si una de los padres es narcisista, el otro es muy empático. Y lo mismo ocurre con los hijos. Si tienen varios, los habrá con tendencias narcisistas y otros con tendencias muy empáticas. Por lo general, el narcisista se alía con el hijo que se parece más a él y le da los roles más ingratos en la familia a los hijos empáticos.

Si quieres saber cómo es el tratamiento después del narcisista, abrazar tu empatía puede ser un muy buen primer paso.

9 Características que comparten las Personas con Empatía

  • Son personas muy sensibles. Los sonidos, los olores, las luces intensas,.., pueden abrumarles.
  • Espiritualmente abiertas: se sienten conectadas a una fuente superior.
  • Sintonizan con los estados de ánimo de otras personas. Absorben las emociones de otras personas.
  • Introvertidas. Prefieren el contacto de uno a uno o en grupos pequeños. Tienden a rehuir multitudes como fiestas, conciertos,…
  • Intuitivas. Puede sentir cuando algo está mal.
  • Suelen tener dificultades en las relaciones íntimas. O bien demasiado contacto les resulta difícil y ponen distancia o bien lo buscan y tienden a perderse en la otra persona.
  • Son el objetivo de vampiros energéticos: narcisistas, personas con el rol de víctimas, conversadores crónicos que sólo quieren hablar y no escuchar,…
  • Se alimentan del mundo natural. Buscan refugio en la naturaleza.
  • Suelen tener corazones grandes y ser buenas oyentes. Alivian el dolor de los demás asumiéndolo y luego se sienten agotadas.

Las personas empáticas son ayudadoras naturales, se sobreadaptan a los contextos y tienen una actitud de ser serviciales. Estos comportamientos pueden ser perjudiciales porque la prioridad terminan siendo siempre los demás.

8 Formas de convertir tus Características Empáticas en Súper Poderes

Si eres empática, puedes sentir que es una desgracia de alguna manera o que es algo que te desfavorece. La verdad es que la empatía es un regalo y tienes el poder dentro de ti para convertir tu empatía en un poder como ningún otro.

1. Reconoce que eres empática. Comportarte como si no tuvieras empatía cuando sí la tienes, y mucha, es una forma de ir contra ti misma. Abraza y acepta tu empatía como algo que te define y que forma parte de quien eres.

2. Confía en tu intuición. Como empático, eres muy sensible. Ya sea que puedas leer las emociones de las personas, recibir imágenes psíquicas, o sentir algo en tu intestino, aprender a confiar en iu mismo y en los mensajes que recibas te ayudará a evitar los vampiros de energía y a encontrar relaciones positivas y saludables.

3. No juegues a la víctima. La sensibilidad, la sensación de ser como una esponja y el hecho de que todo te afecte mucho, puede llevarte a adoptar el rol de víctima. No lo permitas. Tu empatía es una característica que puedes aprender a gestionar y poner a tu favor. No es una cruz ni nada de lo que tengas que avergonzarte.

4. Pon límites. Si tienes empatía y no pones límites a los demás, esto es una fuga enorme de energía que estás generando para ti misma. Cuando lo necesites, di “no”, exprésate cuando alguien te moleste o permítete cortar el contacto con alguien que sólo quiere que le escuches pero no está dispuesto a hacer lo mismo por ti.

5. Recarga tu energía. Es posible que te drenes de energía con facilidad, por eso es importante que encuentres tu modo de recargarte. Puede ser meditando, pasando tiempo en la naturaleza, o simplemente estando en soledad.

6. Protégete. Al tener más sensibilidad, en general, todo lo que ocurre a tu alrededor, te afecta. Busca la manera de “poner en off” tu empatía en situaciones en las que lo necesites. Puede ser distanciándote todo lo que puedas físicamente de esa situación o imaginándote a ti misma en una burbuja protectora.

7. Respira. Desarrolla una práctica de respiración en la que simplemente te sientes y respires conscientemente. Mientras inhalas, pon la atención en la claridad y el poder. Mientras exhalas, pon la atención en la energía negativa.

8. Transmuta la energía negativa. Las personas empáticas absorben la energía, tanto positiva como negativa, a dondequiera que vayan. Emplea formas en las que puedas transmutar la energía negativa. Por ejemplo, lleva plantas a tu espacio de trabajo para ayudar a absorber cualquier energía negativa. También puedes probar cristales, que son moduladores de energía naturales. Rodéate de belleza. Trata de hablar de manera positiva en una situación difícil. Tener sentido del humor en una situación cuando sea posible también puede transmutar la energía negativa. Otra cosa que puedes hacer es comenzar cada día con una afirmación de gratitud para aumentar la energía positiva.

9. Quiérete a ti misma. Esa empatía que tienes, has de aprender a volcarla también hacia dentro, no sólo hacia fuera. Escuchar tus propios pensamientos y emociones es auto-empatía. Tómate un tiempo todos los días para honrar tus sentimientos y abrazar tus sensibilidades. Reconoce que puedes ser vulnerable y fuerte al mismo tiempo. Celebra cada vez que escuches tu intuición o hagas algo que te ayude a estar más contenta, más fuerte y más saludable. Recuerda que tienes derecho a vivir alineada con tu máximo potencial.

Una vez que aceptes plenamente tu naturaleza empática, podrás experimentar una gran alegría. Verás el panorama general a un nivel más profundo, uno que está lleno de belleza. Y podrás volver a llenar tu propia taza energética alineándose directamente con la Fuente.

¿Cómo ha mejorado tu vida desde que abrazaste tu naturaleza empática? ¡Deja un comentario!

Si te interesa el tratamiento después del narcicista, puedo ayudarte en tu recuperación. Esto incluye abrazar quien eres, como tu empatía.

Imagen de Küli Kittus en Unsplash

narcisista

Los 10 “Noes” cuando trates con una Narcisista

No las tomes en serio. La imagen lo es todo para las narcisistas. Se esfuerzan mucho para presentar una fachada de superioridad y certeza. Les gusta mantener a los demás adivinando qué es lo que hacen, por eso se comportan de formas menos transparentes. Es importante recordar que las personas con narcisismo son profundamente inseguras. Su llamativa fachada está diseñada para ocultar un vacío dentro. Si oyes mucho la frase “Yo estoy bien”, sospecha.

No compartas información personal en exceso. Cuanta más información personal le des a un narcisista, más munición tendrán para usar contra ti cuando quieran hacerte daño. Son expertas en encontrar vulnerabilidades y explotarlas en su propio beneficio. Pueden usar cualquier información que compartas para humillarte o manipularte, particularmente cuando es más vulnerable o más necesitado. Sé juicioso sobre lo que les dices.

No sientas la necesidad de justificar tus Pensamientos, Sentimientos o Acciones. Muchas narcisistas intentan hacer que otros se cuestionen a sí mismos. Pueden hacer esto con preguntas directas o indirectas, actuando como si les debieras una explicación de tu comportamiento. Reconoce esto por lo que es: un intento de debilitarte. Ante una narcisista, ejerce los cuatro Noes: No te Justifiques, No te Pelees, No te Defiendas, No te Expliques. No necesitas explicar o justificar tus sentimientos o pensamientos. Además, discutir o defenderse de una narcisista generalmente es contraproducente. Las narcisistas tienden a estar interesadas en ganar, no escuchar, compitiendo, no comunicándose. Por mucho que te digan que lo quieren es entenderte y llegar a un acuerdo, en realidad es como un partido de tenis, en el que si sigues esa dinámica, se convierte en un peligroso juego psicológico titulado “A ver quién es más listo”.

No minimices su comportamiento disfuncional. El comportamiento egoísta de los narcisistas y su hambre voraz de atención, como la de un niño demandante, pueden absorber por completo la energía de quienes las rodean, dejándolos física y emocionalmente drenados. Con el tiempo, las personas que mantienen relaciones con narcisistas (sentimentales, laborales, de amistad,…) pueden padecer fatiga crónica o auto-anestesiarse de sentir o dejar de tener perspectiva sobre lo poco saludable puede ser el comportamiento narcisista. Estas personas bajan tanto sus estándares de comportamiento frente a los narcisistas que justifican que los engañen, manipulen o humillen, lo acaban integrando como algo normal. A veces puede ser mejor estrategia pasar de la conducta infantil o provocadora de un narcisista sin contestar, pero eso no significa que debas dejar de tomar nota mental de lo poco saludable que es.

No esperes que asuman la responsabilidad. Las narcisistas muchas veces se atribuyen el mérito de algo que ha salido bien (aunque en realidad no lo hayan hecho ellas) y te culpan a ti de lo que ha salido “mal” (aunque en realidad no sea responsabilidad tuya). Rara vez se disculpan por su comportamiento o admiten su responsabilidad, un error o haber hecho daño a otro.

Las narcisistas piensan que tienen un estatus especial, que son mejores y por ello tienen más derechos que los demás. No tienen interés en la igualdad ni en responsabilizarse de lo que hacen cuando las consecuencias son negativas. Tratar de hacer que las narcisistas asuman la responsabilidad de sus acciones negativas es como entrar en una guerra. Si quieres señalar su rol en un problema, está bien, pero hazlo porque necesitas decirlo, no porque esperes que escuche o valide lo que tú expresas o tu opinión o punto de vista sobre las cosas. Las narcisistas no tienen que validarte ni aprobarte como persona. Eso te lo das tú a ti misma.

No asumas que comparten tus valores y tu visión del mundo. Si esperas que los narcisistas tengan compasión, digan la verdad o compartan el centro de atención, esto no va a ocurrir. Las personas con narcisismo ven a los demás como fuentes de gratificación, no como iguales. Usan las palabras como herramientas o armas más que para comunicarse de una forma honesta y sincera. Tienen un hambre insaciable de atención, son infantiles. Todo esto proviene de un sentido inestable de sí mismas. Saber esto puede liberarte de tener falsas expectativas y te permitirá establecer límites. Es muy importante que pongas límites y digas que no a comportamientos que no cumplen con tus estándares.

No intentes vencerlas en su propio juego. Puede ser tentador, pero recuerde que la mayoría de las narcisistas tienen escasa o nada de empatía y juegan una guerra abierta o encubierta con todas las personas que les rodean. Cuanto más intimes con ellas, más te conocerán e intentarán vencerte en juegos psicológicos que son peligrosos. Las narcisistas tienen un miedo atroz a perder, sentirse inferiores y/o verse expuestas o humilladas. Como resultado, dedican gran cantidad de energía a mantener su imagen y cultivar fuentes de estimulación de su ego, generalmente a expensas de los demás. Tratar de superarlas en una guerra de palabras, en un enrevesado juego tóxico psicológico, intentar desquitarte o adoptar sus técnicas es algo que no te hará sentir bien y que rara vez funciona. Ellas no saben parar ese juego al que le dedican la mayor parte del tiempo de su vida. Sé más lista, di que no, aparta a la narcisista de tu vida y sé fiel a tus valores.

No te tomes sus acciones de forma personal. Las narcisistas se aprovechan, manipulan y maltratan a cualquiera que puedan. Cuanto más cerca estés de ellas y más íntima sea la relación, el abuso y el maltrato escalan. No es personal en el sentido de que se lo hacen a quien se deja, a quien pueden. Si eres de las que te dejan, identifica qué vulnerabilidades o qué comportamientos hacen que acabes envuelta en esta clase de relaciones tóxicas.

No esperes empatía o un trato justo. Los narcisistas son generalmente incapaces, consciente o inconscientemente, de tener empatía. La empatía se basa en la suposición de que los demás son dignos, iguales y merecen atención y compasión. Su grandiosidad los lleva a ver a los demás como inferiores y a justificar mediante el mecanismo de defensa de la proyección el trato abusivo e injusto que les dan. En lugar de invertir energías en intentar recibir un trato justo o reciprocidad por parte de un narcisista, es mejor que la centres en apartarte de gente que se comporta de esa manera abusiva contigo, centrándote en respetarte y quererte a ti mismo.

No esperes que cambien. Las personas con Trastorno Narcisista de la Personalidad o rasgos narcisistas pronunciados rara vez cambian. Pueden alterar algunos comportamientos a lo largo del tiempo, pero las dinámicas subyacentes que las impulsan a comportarse como lo hacen generalmente están de por vida. Las narcisistas ven a los demás como amenazas o víctimas potenciales y están atrapadas en una búsqueda interminable de atención y aprobación. Si tú te empeñas mucho y dedicas mucho tiempo y energía a que una narcisista cambie o a que te dedique su atención y aprobación, te invito a que mires más adentro sobre para qué haces esto, qué es lo que te lleva a comportarte así.

No subestimes el poder del narcisismo. El narcisismo es una distorsión profunda del sentido de uno mismo. La vida de una narcisista es una carrera para conseguir “suministro narcisista”, el cual dependerá de qué le parece lo más importante en la vida al narcisista: halagos, dinero, sexo, poder,… Como no recibieron el mirroring adecuado por parte de sus padres cuando eran niños, viven esclavas de su propia imagen, que proyectan hacia los demás. En realidad no saben quiénes son.

La codependencia y el narcisismo son las dos caras de una misma moneda, no hay una sin la otra. Las narcisistas también son codependientes y los padres de los codependientes tampoco les hicieron el mirroring necesario, por eso tampoco saben bien quiénes son y centran su vida en el reconocimiento y validación por parte de la narcisista (es decir, también necesitan su “suministro”). Por parte del codependiente el suministro se centra en la narcisista, por parte de la narcisista, en todas las personas que pueda.

Los codependientes sí tienen empatía y con ello, una vez son conscientes de su historia, pueden hacer terapia y cambiarla. Puedes ayudarte a ti mismo mucho hasta cierto punto pero al menos al principio de tu recuperación necesitarás que alguien te haga ese necesario mirroring que tus padres no pudieron o no supieron hacer. Si sólo te tienes a ti mismo como referente, es probable sigas en las mismas viejas dinámicas y sólo será posible un progreso hasta un cierto punto. Busca la ayuda de una terapeuta o un grupo terapéutico.

Fuente: blogs.psychcentral.com

El Apego Ansioso

El Apego Ansioso

¿Qué es el Apego Ansioso?

Hay 4 tipos de apego, de acuerdo con la teoría de John Bowlby. Uno de ellos es sano y los otros tres son disfucionales: apego ansioso, apego evitativo y apego desorganizado. En este artículo explico el apego ansioso.

Las niñas con este tipo de apego muestran una mezcla de ira e impotencia hacia su madre. Actúan de forma pasiva y se sienten inseguras. La experiencia les ha enseñado que no pueden confiar en su madre. El comportamiento de la madre es incoherente. Unas veces responde de forma adecuada y otras rechaza a la niña.

Otra teoría que también es combinable con la anterior: el cuidador/padre que tiene él mismo la herida del abandono (muchas veces sin ser consciente) genera dependencia en el niño, asegurándose de que el niño le necesitará y se quedará con él. El niño de esta estrategia es, por lo tanto, “entrenado” para quedarse en esa etapa psicológicamente y desarrollar un rol dependiente en las relaciones íntimas para satisfacer sus necesidades.

Cuando se convierte en un patrón – cuando alguien que “se supone que está ahí” para nosotras, en realidad encontramos que “pasa de nosotras y no nos hace caso” (aunque en realidad esto sea una fantasía catastrófica) – la recuperación de esto para la persona que tiene el apego se convierte en una tarea muy difícil. Tenemos comportamientos y sentimientos basados en nuestra niña interior herida que dice “No soy deseada. No soy suficiente. Soy defectuosa”.

“No soy deseada. No soy suficiente. Soy defectuosa”

Es muy probable que vivan apegados a su pareja o amigos íntimos. Sintiendo y viviendo así, muchos se sienten fácilmente rechazados o abandonados, enfadándose cuando sus parejas no están a la altura de las expectativas creadas por ellos y que no son realistas. Algunos terapeutas se han referido a esto como “el vínculo de fantasía”, enamorados de la idea fantasiosa que tienen de la persona, ignorando muchas veces las partes que les parecen incómodas o malas.

El Apego Ansioso en Situaciones de Conflicto

Tienen una tendencia a estar permanentemente preocupadas por su relación, temiendo que su pareja se distancie. Se suelen tomar las cosas de una forma muy personal, viéndolas con un sesgo negativo y proyectan en su pareja sus ideas y pensamientos negativos.

Para aliviar su ansiedad, puede que jueguen a juegos o manipulen a su pareja para obtener atención y validación. Pueden tener comportamientos como el de retirarse, no contestar llamadas, provocar celos o amenazar con dejar la relación. También es frecuente que tengan celos de la atención que su pareja le presta a otras personas y llamen o se comuniquen de forma demasiado frecuente, incluso cuando ya se les ha pedido que no lo hagan.

Las personas que tienen apego ansioso luchan por la relación y también en contra de ella, sintiéndose incapaces de estar tranquilos hasta que otra persona satisface su necesidad de validación. Esto muchas veces lleva en el largo plazo a un deterioro de la relación, ya que sus parejas acaban distanciándose o resintiéndose en lugar de buscar una resolución común a un conflicto que parece eterno.

Esta retirada por parte de las parejas acaba muchas veces perpetuando las creencias negativas

“Siempre me dejan. No soy digna de amor”

Cómo Sanar el Apego Ansioso

En muchos de los casos de las personas con este tipo de apego hay un mensaje interior de la infancia que se ha interiorizado: el mensaje no directo de la madre y/o cuidadora de esa persona que dice “¡No puedo con esta niña! Que alguien se ocupe de ella”. Es un mensaje que la persona se acaba repitiendo internamente cuando sus emociones son intensas, cuando se activa ese viejo estado de la infancia. Muchas de estas personas cuando van a terapia se dan cuenta de que en realidad odian a su niña interior. Lo que hacen es darles esta parte emocional de sí mismas a otros, a sus parejas, amigas, familia, repitiendo de forma interna e inconscientemente lo mismo que le decía su madre en la infancia: “No puedo aguantar a la niña que hay en mí. ¡Es demasiado! Mejor hazte cargo tú!”

“¡No puedo con esta niña! Que alguien se ocupe de ella”

Es importante empezar por separar las partes que hay en ti de la siguiente manera: hablar de cada una de ellas en tercera persona, para oír de forma gradual el diálogo que ya se da entre ellas. Esto se llama diferenciación y es un componente necesario para empezar a tomarte las cosas de otra manera. No podemos ser testigos de una parte de nosotros mismos cuando somos esa parte. Requiere de una cierta distancia. Ser un testigo efectivo requiere el desarrollo de un interno “otro”.

Desarrollar partes internas es algo que todas hacemos a lo largo de la vida. Las personas que han tenido madres disfuncionales, algunas de sus partes internas son muy críticas y destructivas, que juzgan y culpan y hacen sentir vergüenza tóxica. Éstas son las partes que nos impiden un desarrollo pleno como adultos.

Podemos desarrollar una nueva voz dentro de nosotros mismos, un testigo interior. Una que no juzga, no se siente amenazada por la emoción, que no ataca, no se retira, no siente lástimas, no analiza y no intenta arreglar las cosas. Una voz que nos permite desarrollar la empatía y la compasión hacia nosotros mismos, que nos permite ser testigos de nuestro dolor y nuestra alegría de la misma manera en que desearíamos que otros lo hicieran.

La compasión y la afirmación que podemos darnos a nosotras mismas es tan real y tan válida como el abuso interno en el que llevamos tantos años confiando. Es un diálogo interior entre partes de nosotras mismas. En la terapia, lo que se hace es hacer este diálogo más consciente y más intencional.

Ciertas técnicas terapéuticas, como la terapia Gestalt, trabajan precisamente para crear un entorno interior de aceptación y compasión, facilitando la integración de las diferentes partes que todos nosotros somos.

El libro “Maneras de Amar” ,de Amir Levine y Rachel Heller trata específicamente el tema del apego de una forma clara y sencilla. Ayuda a entender el apego ansioso y tus patrones y proporciona herramientas para trabajarlo.