
Cómo dejar de ser Codependiente
Si tiene rasgos codependientes, probablemente te estés preguntando cómo puedes cambiar estos patrones y sanar la codependencia.
En este artículo te doy una descripción general de algunos de los componentes centrales para la recuperación de la codependencia.
Ten en cuenta que entender sólo sirve para una parte de la recuperación. Si quieres dejar la codependencia realmente atrás, puedes utilizar recursos como un grupo de apoyo o la ayuda profesional de una terapeuta para sanar patrones de relación disfuncionales y las causas fundamentales de la codependencia, como el trauma infantil.
La sanación de la Codependencia
La sanación de la codependencia implica:
- Dejar de enredarte en el vínculo con otras personas.
- Responsabilizarte de tus comportamientos.
- Conocerte a ti misma.
- Aumentar tu autoestima.
Vamos a ver cada uno de ellos con más detenimiento.
Es necesario que el codependiente deje de enredarse en los vínculos con otras personas para sanar la Codependencia
Los codependientes se enredan sin darse cuenta en los problemas de otras personas. Tratan de arreglar, controlar, rescatar, dar consejos y forzar soluciones a personas que a menudo no quieren cambiar. Estos comportamientos, aunque bien intencionados, son muy frustrantes para todos los involucrados.
Las codependientes se frustran porque generalmente no pueden lograr el cambio que buscan a pesar de esforzarse mucho o brindar toda la ayuda posible. Esto es porque no es posible ayudar a una persona que, en el fondo, ni ha pedido ni quiere ser ayudada. Además, enfocarse en los problemas y déficits de otras personas, distrae a las codependientes de darse cuenta de sus problemas, afrontarlos y cambiarse a sí mismas.
En estas relaciones no hay una aceptación del otro sino una necesidad de que cambie que normalmente no llega a producirse. La dinámica que se está dando por debajo, en la mayoría de los casos de forma inconsciente, es que el codependiente no se siente valioso por sí mismo, por eso brinda una ayuda que no se le ha pedido y que se siente más seguro en el vínculo si es necesitado por lo que da, en lugar de si es querido por quién es. La ironía es que el comportamiento de ayuda es lo que mantiene al narcisista/adicto en la misma posición, la alimenta y la habilita en lugar de hacerle salir de ella.
El codependiente se siente más seguro en el vínculo si es necesitado por lo que da, en lugar de si es querido por quién es.
Las emociones de las codependientes suelen estar enredadas y depender de los sentimientos de otras personas. Puede ser que cuando tu pareja esté de buen humor, tú estés de buen humor y cuando tu pareja esté de mal humor, tú también. O puede que tengas dificultades para reconocer tus propios sentimientos. Te has desapegado tanto de ti misma y apegado tanto a los demás que ya no sabes dónde terminas tú y dónde empieza la otra persona.
Podemos desenredarnos de los demás aprendiendo a desapegarnos con amor y dejando de habilitar sus comportamientos. Separarse es similar a establecer límites. Separarse crea un espacio emocional o físico saludable entre el codependiente y su ser querido para que ambos tengan la libertad de tomar sus propias decisiones y tener sus propios sentimientos. Separarse puede incluir dejar una situación incómoda, insegura o peligrosa, no entablar una discusión, decir que no o abstenerse de dar consejos.
Preguntas para que reflexiones:
¿Cómo te enredas en la vida o los problemas de otras personas o habilitas sus comportamientos?
¿Qué tipo de límites te ayudarían a separar y priorizar tus necesidades?
¿Cómo te sientes ahora? Trata de prestar atención a tus pensamientos y cómo te sientes en tu cuerpo. Aprender a tomar contacto contigo misma y tus emociones, te ayudará a empezar a reconocerlas como diferentes de las de las demás personas.
La persona Codependiente ha de responsabilizarse de sus comportamientos para sanar la Codependencia
Al comienzo de la recuperación, la mayoría de las personas con comportamientos codependientes tienen dificultades para verse a sí mismas y sus relaciones de manera objetiva. Suelen experimentar la negación como mecanismo de defensa. La negación está ahí para protegernos de emociones como la rabia, la frustración o la vergüenza. A corto plazo esto sirve, pero a largo plazo, la negación se convierte en un obstáculo para cambiar patrones codependientes.
Una persona con comportamientos codependientes tiende a culpar a los demás de sus problemas en lugar de responsabilizarse y hacerse cargo de sus propios comportamientos. Pueden decir cosas como que “estoy agobiada porque mi pareja se gasta todo nuestro dinero en el juego” o “no puedo dormir porque mi madre se niega a tomar su insulina”.
Cuando culpamos a otros por nuestros problemas, actuamos como víctimas, basando nuestra felicidad en si otras personas cambiarán.
El rol de la víctima, aunque causa mucho sufrimiento, en el fondo es cómodo, porque desplazamos la responsabilidad de lo que ocurre en nuestra vida a los demás y desde ahí no es necesario cambiar ni hacer auto-reflexión sino que lo que hacemos es quejarnos y mantener el statu quo. La victimización nos resta poder personal y no nos permite tomar las riendas de nuestra propia vida.
Cuando hay codependencia, hay un desplazamiento erróneo de la responsabilidad. Una persona codependiente no se responsabiliza de sí misma y se hiper-responsabiliza de los comportamientos de las personas adultas con las que se relaciona.
Tomar conciencia significa aceptar la responsabilidad de nosotros mismos, pero no asumir la responsabilidad de lo que hacen otros adultos. Es decir, tú no eres responsable de las malas decisiones financieras que toma tu pareja o de la salud de tu madre. De lo que sí eres responsable es de tu propia felicidad y salud, lo que significa que tienes opciones y puedes hacerte cargo de tus finanzas incluso si tu pareja sigue jugando y puedes aprender formas de superar tu insomnio incluso si tu madre no controla su diabetes.
Preguntas para hacer auto-reflexión:
¿Puedes abrirte a la posibilidad de que tienes algunos puntos ciegos? Un punto ciego es algo sobre mí mismo de lo que no me doy cuenta, y que, precisamente por ello, no lo puedo cambiar a pesar de que me hace daño.
¿Cuáles crees que son tus puntos ciegos? ¿Podrían ser que te victimizas? ¿Que te cuesta mucho el cambio? ¿Que no reconoces emociones en ti como la rabia?
¿Culpas a los demás por tu infelicidad? ¿Alguna vez piensas: “Seré feliz cuando _______”? Esto es una forma de pensamiento mágico, poniendo la felicidad como una especie de Santo Grial que se puede alcanzar con algún comportamiento o acción y que impide estar en contacto con uno mismo, momento a momento, acogiendo las emociones que sea que haya dentro sin calificarlas como “buenas” o “malas”.
¿Qué puedes hacer para disfrutar del momento presente?
¿Cómo puedes empoderarte o empezar a responsabilizarte de tu vida?
La profundización en el auto-conocimiento es importante para sanar la Codependencia
El enredo en familias codependientes impide desarrollar una identidad clara. A menudo, la emoción del miedo se ha utilizado por los padres para obligar a los hijos codependientes a cumplir con las normas familiares y no se les permitió ni se les animó a explorar sus propios intereses y creencias durante la infancia. Estos niños aprendieron a reprimir, contener y ocultar quiénes eran para complacer a sus padres y así evitar los conflictos.
En la edad adulta, tienden a permanecer enredados o a centrarse en otras personas de tal manera que realmente no saben quiénes son, qué les gusta o qué quieren. Les definen sus roles: pareja, madre, maestra,.. o roles que perpetúan los de infancia: cuidadora, chivo expiatorio, payasa,.. en lugar de ser vistos de forma holística como personas con toda la complejidad que esto entraña.
La recuperación de la codependencia, por tanto, debe incluir conocernos a nosotros mismos: tener un sano interés y respeto por nosotras mismas y por averiguar quiénes somos de verdad debajo de todos esos roles impuestos por la familia.
Preguntas para la reflexión:
¿Qué te gusta hacer para divertirte?
¿Cómo quieres que te traten?
¿Cuáles son tus metas?
¿En qué crees?
Para sanar la codependencia has de aprender a quererte a ti misma
Sentirse inútil, inseguro y no digno de amor está en el centro de la codependencia.
Con el foco puesto en “tener paz”, complacer y cuidar a los demás, junto con los miedos al rechazo y la insuficiencia, a menudo mantienen a las personas codependientes atrapadas en relaciones insatisfactorias en las que aceptan la falta de respeto, el abuso o el maltrato. Es necesario tener la valentía para ser y amar nuestro auténtico yo para recuperarse de la codependencia.
Podemos hacer esto a través de compasión, la aceptación incondicional de quiénes somos y aumentando la autoestima.
En mi opinión, el amor propio va por capas:
- Una primera capa consiste en priorizar tus necesidades físicas básicas, como dormir lo suficiente, comer alimentos nutritivos, hacer ejercicio o tomar los medicamentos recetados.
- Una segunda capa supone amable contigo misma y tratarte de forma amorosa en lugar de ser autocrítica, exagerar lo que consideras tus defectos o juzgarte constantemente.
- Una tercera capa supone establecer límites, expresar tu opinión, pedir lo que necesitas y dedicar tiempo a la diversión y las conexiones sociales.
- Una cuarta capa supone priorizar tus metas y objetivos en la vida, comprometerte con tu crecimiento personal y creerte que te mereces todo lo que desees.
Si no estás acostumbrada a cuidarte a ti misma, puedes sentirte incómoda por un tiempo, ya que es probable que tu zona de confort consista en maltratarte a ti misma, descuidarte o menospreciarte. Pero cada pequeño acto de autocompasión o cuidado personal, es un paso concreto para quererte a ti misma.
Preguntas para reflexionar:
¿Qué puedes hacer por tu salud emocional esta semana?
¿Qué puede hacer por tu salud física esta semana?
¿Qué te dices a ti misma cuando te equivocas? ¿Qué podrías decir en su lugar algo que sea compasivo y comprensivo?
¿Cómo te hablas a ti misma, como si fueras tu amiga o tu enemiga?
La curación de la codependencia es una carrera de largo recorrido, no un sprint. Por ello, te invito a que te lo tomes con calma, no corras, y te acompañes a cada paso del camino en lugar de poner la vista únicamente en la meta. Ya que en realidad no hay meta, ni lugar perfecto. Ese lugar perfecto lo creas tú, momento a momento, al acompañarte a ti misma desde un lugar de amor y compasión, diferente del que te acompañaron en tu infancia y del que estás acostumbrada.
Sanar la codependencia puede ser algo desafiante, ya que supone cambiar patrones de conducta de toda una vida. Si necesitas que una terapeuta que sabe de codependencia te ayude, no dudes en ponerte en contacto conmigo.
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