
Fui cómplice de mi propia frustración.
Peter shaffer
Si bien podemos no reconocer cuándo lo hacemos, o incluso admitirlo cuando sabemos que lo hacemos, todos a veces tenemos la tendencia de sabotear nuestros esfuerzos, lo que conduce a una frustración innecesaria e incómoda.
La frustración es una emoción que surge de los desafíos que se interponen en el camino de los objetivos. La capacidad de lidiar con la frustración se conoce como tolerancia a la frustración.
Las personas con alta tolerancia a la frustración pueden hacer frente a los contratiempos con éxito. Las personas con baja tolerancia a la frustración pueden sentirse frustradas por inconvenientes cotidianos aparentemente menores, como atascos de tráfico o esperar en la cola del supermercado.
Las personas con baja tolerancia a la frustración pueden renunciar a tareas difíciles de inmediato. La mera idea de tener que esperar en la cola o trabajar en una tarea que no entienden puede parecer intolerable.
Si tú estás en el extremo inferior del espectro de tolerancia a la frustración, esto te puede causar algunos problemas en tu vida. Afortunadamente, hay algunas cosas que puedes hacer para mejorar su tolerancia a la frustración.
¿De dónde viene la frustración?
En los términos más simples, la frustración es una emoción que proviene de sentirse bloqueada para lograr un objetivo deseado. Hay fuentes internas de frustración, así como fuentes externas.
Fuentes internas: si has crecido en una familia disfuncional, es probable que te encontrases en tu infancia con muchos “noes” por parte de tu padre o madre o ambos. Esto genera un sentimiento de frustración que se arrastra (muchas veces de forma inconsciente) hasta la edad adulta. Esto suele llevar a acabar diciéndote esos “noes” a ti misma de adulta provocando un auto-sabotaje en las metas que te propongas conseguir en tu vida. Al final, se trata de ir poniéndote “palos en las ruedas” a ti misma en lugar de auto-apoyarte.
Si quieres recibir tratamiento después del narcisista, un buen primer paso es darte cuenta de si en tu infancia se potenciaron tus sentimientos de frustración.
Fuentes externas: esta frustración interna acaba teniendo un reflejo fuera de ti, en el mundo exterior, que te lleva a dar con personas, lugares y ambientes que sirven como obstáculos para conseguir lo que quieres. Una persona puede ser un jefe que no te apoya y te critica en exceso o una amiga que te tiene envidia y en realidad no quiere tu felicidad o no se alegra por ti cuando te ocurre algo bueno. En cuanto a los lugares y ambientes, puede ser que frente a un atasco de tráfico o una cola en el supermercado, tengas poca paciencia y en seguida te frustres.
¿Cómo te hace sentir la frustración?
Las personas reaccionamos a la frustración de varias maneras. En respuesta a la frustración, podemos:
- Enfadarnos
- Renunciar o abandonar
- Perder la autoestima
- Sentir una pérdida de confianza en nosotros mismos
- Experimentar estrés
- Sentirse triste, insegura, deprimida o ansiosa
- Recurrir al abuso de sustancias
- Participar en otros comportamientos autodestructivos o adictivos
¿Ciertas personas, lugares y cosas te hacen sentir frustrado?
En algún momento, sólo con ver a una persona con la que has estado en desacuerdo es suficiente para provocar sentimientos de frustración. Otra situación en la que podría surgir la frustración es tener que ir a un lugar donde hayas sufrido frustración en el pasado. Tal vez tratar de ayudar a tu hijo con los deberes es una fuente de frustración.
¿Te sientes más frustrado en ciertos momentos?
Sin lugar a dudas, si mantienes un calendario o toma notas en casos en los que has experimentado frustración, podrás notar un patrón. Por ejemplo, ¿te sientes más frustrada cuando tienes que pagar facturas y sabes que el presupuesto se va a resentir? ¿El lunes te frustra porque sabes que se avecinan plazos importantes y no estás seguro de poder cumplir con tus obligaciones? ¿Tienes conversaciones con tu pareja que no llegan a ningún lugar sino que se repiten en bucle y esto te frustra?
¿Qué otros factores contribuyen a la frustración?
Puede haber otros factores que contribuyan a tu frustración. Tu nivel de frustración puede verse afectado por:
- Tu estado de salud y cualquier condición física o médica
- Tu situación financiera, en especial tener pocos recursos, el sobre-endeudamiento y/o gastar de forma descontrolada
- Dificultades o pérdidas emocionales, como una ruptura de pareja o la pérdida de un ser querido
- Estancamiento en el trabajo o la pérdida de un trabajo
Señales de tener baja tolerancia a la frustración
La baja tolerancia a la frustración se ve un poco diferente en cada persona. Pero aquí hay algunas señales comunes:
- Procrastinación frecuente debido a la incapacidad de tolerar la frustración asociada con una tarea difícil o aburrida.
- Intentos impulsivos de “arreglar” una situación debido a la impaciencia en lugar de esperar a que el problema se solvente por sí mismo.
- Insistir en buscar la gratificación inmediata.
- Renunciar de inmediato cuando se te presenta un desafío u obstáculo.
- Volverte irritable por factores estresantes cotidianos.
- Pensamientos del tipo: “No puedo soportar esto”, “La vida debería ser fácil” o “Esta persona debería cubrir mis expectativas de inmediato”.
- Evitar tareas que puedan causar angustia.
Consecuencias de tener baja tolerancia a la frustración
La tolerancia a la frustración es un componente central del bienestar psicológico. Las personas que pueden gestionar los contratiempos tienen más probabilidades de persistir en sus objetivos, lo que puede ayudarles a tener bienestar emocional y conseguir más logros en la vida.
Aquéllos con baja tolerancia a la frustración pueden rendirse fácilmente o evitar por completo las tareas difíciles. Puede afectar gravemente a sus logros y su bienestar emocional del día a día.
También puede afectar a las relaciones. Las personas con baja tolerancia a la frustración pueden ser más propensas a reaccionar de forma abrupta enfadándose. Es posible que tengan poca paciencia con el comportamiento de sus parejas o su intolerancia a las situaciones cotidianas (como esperar una mesa en el restaurante), y esto puede conducir a una mayor tensión en la relación.
Construir tolerancia a la frustración
La tolerancia a la frustración se puede aprender. Con práctica y dedicación puedes disminuir la intensidad de tu frustración, y puedes aprender a expresar tus sentimientos de una manera sana para ti.
Aquí hay algunas estrategias que pueden ayudarte a desarrollar tolerancia a la frustración.
Acepta situaciones difíciles
Los sentimientos de frustración se alimentan de pensamientos como “¡Estas cosas siempre me pasan a mí!” o “¿Por qué el tráfico tiene que ser tan malo todos los días? Esto es horrible “.
Responde a declaraciones exageradamente negativas con declaraciones más realistas. En lugar de pensar en la injusticia de los atascos, recuérdate: “Hay millones de automóviles en la carretera todos los días. Los atascos van a suceder “.
Cuando te encuentres pensando en la injusticia de la vida, considera si es una situación que puedes cambiar o si necesitas cambiar la forma en que respondes a ella. Si la situación está fuera de tu control, concéntrate en la aceptación.
Háblate a ti misma con compasión
La frustración puede deberse a la duda de tu incapacidad para tolerar la angustia. Pensar “No soporto esperar en la cola” o “Estoy demasiado abrumado para intentarlo nuevamente” aumentará tu frustración. Estos tipos de pensamientos también pueden evitar que realices tareas que pueden generar sentimientos de frustración.
Recuerda que puedes hacer frente a los sentimientos angustiantes. Puedes respirar hondo e intentar la tarea nuevamente, o contar hasta 10 cuando te sientas molesta. Puedes decirte frases a ti misma como “No importa si no sale a la primera. Mañana lo hago de nuevo. Al final saldrá.” o “Este tiempo que esté en la cola voy a centrarme en mi respiración y en lo que siento”.
Practica la tolerancia a la frustración
Al igual que cualquier otra habilidad, la tolerancia a la frustración requiere práctica. Comienza con poco y trabaja en practicar tu habilidad.
Haz algo a propósito que sea ligeramente frustrante, como trabajar en un rompecabezas difícil o esperar en una cola larga. Observa tu diálogo interno y respira mientras abrazas los sentimientos que te producen la frustración, como angustia, rabia o desesperanza. La tendencia automática es a evitarlos, por lo que la clave está en afrontarlos y sentirlos. Si te permites sentirlos, poco a poco, bajarán en intensidad y se volverán más manejables.
Observa tu diálogo interno y respira mientras abrazas los sentimientos que te producen la frustración, como angustia, rabia o desesperanza.
Cuando tengas éxito en el manejo de tu frustración, ganarás confianza en tu capacidad para tolerar la angustia, la rabia, la desesperanza o el sentimiento que experimentes. Con el tiempo, puedes exponerte gradualmente a situaciones cada vez más frustrantes.
Si quieres recibir tratamiento después del narcisista, un buen primer paso es darte cuenta de que cómo la relación seguramente aumentó tus sentimientos de frustración, los cuales puedes cambiar.
Fuente: https://www.verywellmind.com
Imagen de Jeshoots.com en Unsplash
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