
El conflicto entre personas
El conflicto interpersonal se refiere a cualquier tipo de conflicto que involucre a dos o más personas. Es diferente de un conflicto intrapersonal, que se refiere a un conflicto interno contigo mismo.
Cuando inevitablemente ocurre un conflicto, la comunicación respetuosa es clave. Es posible que no siempre estés de acuerdo con todos, y eso está bien. Las palabras educadas y una mente abierta pueden ayudarte a resolver, o aceptar, las diferencias de manera más efectiva.
Si quieres saber cómo recuperarte del abuso narcisista, aprender a gestionar los conflictos puede ser un buen primer paso.
Hay muchas formas saludables y productivas de superar el conflicto, aunque algunas no funcionarán en todas las situaciones. En general, la resolución de conflictos cae en una de las siguientes categorías.
La Retirada o Evitación
Cuando te retiras del conflicto, evitas el problema. No se habla de eso, o sólo se habla de manera indirecta.
La retirada puede involucrar:
• Ignorar a las otras personas involucradas
• Negarse a discutir el tema
• Retirarse físicamente cuando la otra persona o personas sacan el tema
• Comportarse como si no hubiera ocurrido nada
• Negarse a discutir directamente el tema pero plantearlo indirectamente con comentarios sarcásticos o pasivo-agresivos
En general, la retirada no es una buena táctica, ya que puede aumentar la frustración y empeorar la situación para todos los involucrados. O puede funcionar en el corto plazo, pero a la larga, intensifica el problema.
Esta postura normalmente la adoptan personas pasivo-agresivas, que no tienen ninguna intención de llegar a un acuerdo y que quieren posicionarse por encima de la otra persona de un modo indirecto. Se trata de una táctica muy utilizada por los narcisistas encubiertos.
De todos modos, la retirada sí que puede resultar útil en situaciones en las que el conflicto es intenso. Cuando las emociones son muy intensas, puedes retirarte temporalmente para refrescarte y recuperarte de esa intensidad.
La evitación temporal puede ayudar mucho cuando no deseas dañar tu relación con la otra persona involucrada. Cuando te sientas más calmada y con las emociones no tan a flor de piel, es cuando puedes escoger el momento para tratar el conflicto con la persona o personas involucradas de forma asertiva.
Adaptación
La adaptación implica poner las necesidades de otra persona primero. Cedes ante el conflicto, que te permite “ponerte por encima de la situación”, por así decirlo.
A las otras personas involucradas les puede ir bien este posicionamiento, pero ten en cuenta que acomodarte siempre a otras personas cuando surgen desacuerdos te impide satisfacer sus propias necesidades. Tal vez no te importe no conseguir lo que quieres, ya que quieres que tu pareja sea feliz. O tal vez realmente no te importa dónde vas a ir de vacaciones este verano.
Las relaciones saludables incluyen un equilibrio entre dar y recibir. Del mismo modo en que consideras las necesidades y los deseos de tu pareja u otras personas, también es saludable tener en cuenta tus necesidades y deseos y expresarlos.
Las relaciones saludables incluyen un equilibrio entre dar y recibir.
Ésta es la postura más frecuente de las personas codependientes, que tienden a sobreadaptarse a los deseos y necesidades de la otra persona, en muchas ocasiones esta otra persona es un narcisista, psicópata o sociópata que siente muy cómodo con el hecho de que sea siempre la otra persona la que cede.
Una codependiente suele ceder para “tener paz” en la relación o bien porque está tan fusionada con la otra persona, que no es capaz ni tiene la costumbre de diferenciar sus deseos y necesidades de los de la otra persona.
Competición
Competir o forzar implica presionar en favor de tu propia perspectiva. La persona quiere “ganar” el conflicto, por lo que intenta involucrar a los demás para que vean las cosas a su manera.
La competencia, aunque no siempre, en muchas ocasiones implica el uso de tácticas de agresión o manipulación.
También puede afectar a las relaciones. De la misma manera que acomodarse siempre puede tener un impacto negativo con el tiempo, forzar siempre a otra persona a acomodarse también puede generar problemas, especialmente cuando competir involucra coerción.
Esta técnica es la más usada por los narcisistas descubiertos, que no tienen muchos reparos en presionar a la otra persona de forma abierta hasta conseguir lo que quieren.
Compromiso
Cuando te comprometes, cedes algo de terreno, pero también lo hace la otra persona. En otras palabras, ambas personas obtienen algo de lo que quieren. Esto puede hacer que el compromiso parezca un gran enfoque para la resolución de conflictos. Todos ganan, ¿verdad?
Sí, pero también no, ya que también pierdes un poco. Más adelante, cuando uno o ambos recuerden lo que concedieron, podrían sentirse frustrados o resentidos. En algunos casos, incluso podría causar que el conflicto inicial se intensifique nuevamente.
Sin embargo, el compromiso puede tener beneficios. En general, es mejor obtener algo de lo que quieres que nada. También puede funcionar bien cuando, por cualquier razón, no es posible resolver un problema de una manera que satisfaga completamente a todos.
Sólo ten en cuenta que, una vez que llegues al punto de compromiso, a menudo puedes ir un paso más allá y resolver problemas en colaboración.
Colaboración
La colaboración exitosa generalmente significa que todos ganan. Pero requiere un esfuerzo por parte de todos, por lo que si bien puede ofrecer más beneficios a largo plazo que otras estrategias de resolución de conflictos, puede tener menos popularidad que soluciones más rápidas como el compromiso.
Para colaborar con éxito, debes comunicarte. Ambas o más personas en el conflicto comparten sus sentimientos y emociones y utilizan la escucha activa para comprender realmente el punto de vista de la otra persona. Utilizan este conocimiento para encontrar una solución que les permita a ambos obtener lo que desean.
Para colaborar con éxito, el conflicto debe considerarse como un problema a resolver juntos, no como una competencia para ganar individualmente. La flexibilidad también ayuda. Puedes pensar que has encontrado la respuesta correcta, pero también puede ser que la otra persona en conflicto tenga una idea que hace que la solución sea aún mejor.
Comportamientos a evitar
Si has crecido en una familia disfuncional, es más que posible que hayas visto algunos o todos los comportamientos que se describen más abajo cuando había un conflicto. Como el comportamiento es algo que se aprende, puede que los utilices en tus conflictos a día de hoy.
El problema es que estas conductas tienden a perpetuar o agravar el conflicto, a convertirlo en un conflicto congelado, o, en última instancia, a terminar con la relación. Si quieres mantener relaciones duraderas y de respeto mutuo en tu vida y recuperarte del abuso narcisista, es mejor evitarlas.
Hostilidad mutua
La hostilidad puede involucrar ataques personales, gritos y otros tipos de abuso verbal.
Son comportamientos hostiles:
• Desprecio o intercambio de insultos
• Criticar o atacar el carácter de alguien en lugar de expresar una queja específica
• Actitud defensiva en lugar de apertura al feedback
• Cerrarse en banda
Demanda-Retirada
Este patrón describe una situación en la que una persona expresa sus necesidades o trata de abordar un conflicto, pero la otra persona responde retirándose o evitando el problema.
Como sólo una persona intenta resolver el problema, a menudo no se resuelve. Por lo general, la persona que quiere resolver el conflicto seguirá sacando el tema mientras que la otra persona seguirá cambiando de tema, siendo evitativa.
En la mayoría de los casos, la frustración y el resentimiento se acumulan en ambos lados a medida que el problema sigue ahí.
Culpar a la otra persona
Esto sucede cuando una persona redirige el conflicto al culpar a la otra persona por el problema.
Por ejemplo, le preguntas a tu pareja por qué no ha aspirado la casa, como dijo que lo haría, y responde diciendo: “Bueno, moviste la aspiradora, así que no pude encontrarla”.
Los conflictos que implican culpar a los demás pueden irse rápidamente de las manos. Las acusaciones pueden provocar frustración y estrés, y es posible que la persona culpada tenga más ganas de ser reactiva que de responder.
Es recomendable usar frases que hablen de ti para evitar este patrón. En lugar de decir: “Hiciste X” o “Siempre Y”, puedes intentar algo como: “Me cuesta mucho cuando X” o “Siento Y”.
Esto te permite compartir tu propia perspectiva sin culpar a nadie más.
Discusiones en bucle
¿Alguna vez has terminado una discusión sin llegar a una resolución real? Simplemente ya no podías hablar más sobre el problema, por lo que te diste por vencida o te retiraste.
Cuando los problemas no se resuelven, es probable que surjan una y otra vez. Un problema no se va a solucionar por sí solo por aparcarlo ni va a dejar a las personas en el conflicto satisfechas porque no ha habido una resolución.
Discutir sobre lo mismo una y otra vez puede tener un grave impacto en tu relación. Lo que comenzó como un problema menor puede convertirse en una bola de nieve que escala muy rápido para convertirse en un verdadero problema.
El Límite
Ya sea que ocurra un conflicto entre amigos, compañeros de trabajo o parejas, es perfectamente normal. Es posible que te sientas inseguro sobre la mejor manera de resolver cada tipo de conflicto a medida que surja, pero recuerda que no siempre existe una forma perfecta.
Cuando abordes el conflicto con flexibilidad, respeto y la voluntad de escuchar y considerar las perspectivas de los demás, tendrás una mejor oportunidad de colaborar con éxito para encontrar la mejor solución para todos.
Aviso para los codependientes. Para que un conflicto se resuelva, necesita de que ambas personas pongan de su parte para su resolución.
Si te das cuenta de que te estás esforzando mucho, que intentas resolver lo mismo una y otra vez, que por mucho que intentas comunicarte, te sientes incomprendida, quizás quieras replantearte si la persona con la que tienes el conflicto realmente quiere resolverlo o en realidad estás tratando con un narcisista, psicópata o sociópata que no tiene en cuenta tus sentimientos y que no le importa la resolución del conflicto sino ganar y que no tiene ninguna intención de facilitarte las cosas.
Para recuperartde del abuso narcisista, debes saber que para resolver temas en una relación, se necesita que las dos personas se responsabilicen de su comportamiento. Un narcisista, psicópata o sociópata no va hacer esto NUNCA.
Imagen de Chris Liverani en Unsplash
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