Sentimientos que las Narcisistas intentar Fabricar en sus Víctimas



Las relaciones con las narcisistas son complicadas, raras y tóxicas. Esto se debe a que no se trata de un vínculo “normal” sino de uno basado en un trauma (su origen, en la mayoría de los casos tiene que ver con experiencias traumáticas de la infancia con uno o ambos padres y/o cuidadores) que es difícil de reconocer y sanar. Es decir, la víctima elegirá inconscientemente a una pareja que es una proyección de la madre/el padre, buscando el amor incondicional que no tuvo en la infancia. Con la narcisista, obviamente, tampoco sucederá. Por el contrario, repetirá el abuso/maltrato que sufrió la víctima en la infancia. La historia se repetirá una y otra vez, relación tras relación, hasta que la víctima se haga consciente de su historia vital y comience la recuperación y la sanación.

Los narcisistas intentan que sus víctimas se sientan de una cierta manera para mantenerlas aisladas, indefensas y bajo control. Para lograr esto, provocarán en la víctima algunos sentimientos y emociones concretos, fabricándolos a propósito.

Sentimientos y Emociones que las Narcisistas manufacturan en sus Relaciones

  1. Vergüenza

    Internamente, los narcisistas sienten mucha vergüenza. Bajo la imagen de superioridad y grandiosidad, hay un “Yo Pobre” que llora. Proyectan estos sentimientos de vergüenza e inadecuación en otras personas porque no son capaces de lidiar con ellos ni gestionarlos. Específicamente, eligen a una persona para representar esa vergüenza. Por lo general, es alguien cercano al narcisista y en una posición de completa dependencia (ya sea real), como en un hijo o una hija o simplemente percibido como tal por la víctima y el narcisista (como una pareja, un empleado o un amigo). El narcisista proyectará esta vergüenza con frases que transmiten el mensaje de que la víctima es “inadecuada”, “defectuosa” e “indigna de amor”. Las víctimas suelen ser personas que en su familia de origen narcisista desempeñaron el rol del chivo expiatorio.

  2. Culpa

    Las narcisistas son muy buenas manipuladoras y tratarán de hacer que sus víctimas se sientan culpables para controlarlas y tener ventaja en la relación. El mensaje transmitido es que la víctima merece todo lo malo que le sucede, que le debe mucho (incluso la vida) a la narcisista o que su comportamiento “obliga” a la narcisista a castigarla “por su propio bien”. Con este comportamiento se infantiliza a la víctima.

  3. Dudas sobre uno mismo

    Los narcisistas son como niños mimados que quieren que todo se haga como ellos quieren. Cuando la víctima trata de emitir una opinión, expresarse o está en desacuerdo, el narcisista cultivará en ella una sensación de duda, para que no confíe en su propia percepción y criterio. Las herramientas que el narcisista utilizará para conseguir esto son la luz de gas o gaslighting, el abuso verbal y/o emocional, el tratamiento de silencio, la ensalada de palabras,..

  4. Codependencia

    Las narcisistas son personas muy dependientes, que necesitan alimentarse del suministro narcisista proporcionado por otros. Por lo tanto, crean en sus relaciones la fantasía de que la víctima las necesita, cuando en realidad, la más dependiente es la narcisista. Frases como “no eres nada sin mí”, “quién te amaría si no fuera yo” o “¿a dónde irías si nos separamos?” están destinadas a generar sentimientos de codependencia.

  5. Rabia/Ira

    Con los narcisistas, las relaciones se basan en el control y la sumisión/dominación. Constantemente buscan reacciones emocionales en la otra persona para asegurarse de que tienen el control y saben qué “botones” hacen saltar a la víctima. Tienen mucha rabia/ira no resuelta que “vomitarán” a la víctima para su propia descarga y también para sentir que tienen el control sobre la relación. Lo que sea que sepan que enfada o hace daño a la víctima, tratarán de hacer diana y sacarla de sus casillas. Al final, evidentemente, la víctima salta, porque aunque tienen una gran capacidad de aguante, tienen un límite, como todos los seres humanos. La ironía que es cuando la víctima por fin reacciona, es ella la que parece “desequilibrada”. Toda la información que le des a un narcisista es como munición que, antes o después, será utilizada contra ti.

  6. Perfeccionismo

    Las narcisistas son perfeccionistas insaciables, nunca están satisfechas con nada. Tienen una enorme carencia de compasión y aceptación de sí mismas, de los demás y del mundo, tal y como es. En búsqueda de la fantasía de la perfección, son destructivas y muy críticas con todo lo que las rodea, especialmente con la víctima. La víctima, hasta que empiece a comprender lo que realmente está pasando, tratará de lograr incansablemente esa perfección para, finalmente, sentirse querida por la narcisista. Obviamente, esto no llega a ocurrir nunca. No sólo porque la perfección sea una fantasía sino también porque es una excusa que la narcisista utiliza consciente o inconscientemente para retener un amor que no sabe dar porque no lo tiene, ni para sí ni para la víctima u otras personas.

  7. Baja Autoestima

    El gran ego de los narcisistas les hace estar pendientes siempre del control en sus relaciones. Una forma de obtener este control es socavar la autoestima de la víctima, para que sea dócil, sumisa y obediente. En cierto modo, ambos, narcisista y víctima, crean un escenario delirante donde el narcisista es el amo y la víctima la esclava (financiera, laboral, emocionalmente, …). En realidad, la víctima lo es hasta que reúne la fuerza y ​​el coraje para romper un vínculo tan tóxico. El narcisista simplemente tratará de encontrar a otra persona para obtener el suministro narcisista que necesita y repetir el patrón de abuso.

  8. El sentimiento de “Algo está mal”

    Las narcisistas no tienen empatía alguna y alimentan de su ego a expensas de las personas de las que se rodean. Especialmente la persona con la que están en una relación. Por ello, tras una larga exposición a su trato, la víctima tiende a sentirse triste, sola y sin esperanza. Siente como un vacío interior que no tiene solución, no hay posibilidad de sanar y hace que la víctima sienta que “algo está mal”. Cuando trata de transmitir esto, la respuesta del narcisista es que si hay algo está mal, es, por supuesto, la víctima. Lo que “está mal” es que tener una relación con una narcisista literalmente, seca el alma, te deja vacío.

  9. Desesperanza

    Estar en una relación con un narcisista es una experiencia muy tóxica. Ha sido comparada por expertos en trauma con las experiencias extremas como las de estar en una guerra, en una secta o en un campo de concentración. Hay un lavado de cerebro que tiene como objetivo que la víctima se sienta inútil y sin esperanza. Romper el vínculo es muy difícil, ya que generalmente está relacionado con problemas de infancia no resueltos. Sin embargo, romper el vínculo merece la pena, ya que devuelve algo esencial a la víctima: ganas de vivir y esperanza.

Nota: A lo largo del post, “narcisista” se refiere a una persona con Trastorno Narcisista de la Personalidad, diagnosticado o no por un(a) psiquiatra. “Víctima” se refiere a una persona que es objeto de abuso, maltrato emocional, psicológico, físico y/o sexual por parte del narcisista, bajo su propia voluntad o no, consciente o inconsciente de que está siendo abusada y/o maltratada.

El post está centrado en las relaciones de pareja pero la relación narcisista/víctima puede darse en cualquier ámbito de las relaciones humanas: de trabajo, amistad, familia, vecindad,…

Si tras leer este artículo, te ves identificado en el rol de la víctima, no tengas miedo ni vergüenza si quieres pedir ayuda.

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