Utiliza el Anclaje para generar estados emocionales

anclaje

¿Qué es el Anclaje?

El anclaje es un proceso mental natural mediante el cual un recuerdo, un cambio de ánimo  u otra respuesta se asocian (se anclan) a algún estímulo, de manera tal que cada vez que se percibe ese estímulo, conduce por reflejo a esa respuesta concreta (anclaje). El estímulo puede ser bastante neutro o incluso fuera de la consciencia, y la respuesta puede ser positiva o negativa.

El anclaje generalmente ocurre sin que pongamos consciencia, y puede tener un impacto positivo, o puede ser maladaptativo. Por ejemplo, una tonalidad de voz que a una persona la parece que es una “voz de enfado”, puede ser que la persona de la voz realmente no esté enfadada. Aún así, generalmente desencadenará una respuesta emocional en la persona que oye la voz como si quien emite la voz sí que estuviera realmente enfadada.

El anclaje se puede constituir y reforzar a través de la repetición del estímulo, por lo tanto son análogos al condicionamiento clásico. El anclaje se usa en disciplinas como la PNL o la terapia Gestalt para facilitar la gestión emocional. Así, un anclaje se configura mediante la elección de un estímulo de forma consciente (por ejemplo, juntar los dedos corazón y pulgar de la mano izquierda) vinculado deliberadamente mediante la práctica (hacer esto de forma repetida unos minutos al día durante semanas) a un estado conocido (así me siento segura y con confianza) para proporcionar acceso a ese estado a voluntad (sentirme así cuando estoy hablando en público).

Se utiliza para calmar los nervios de una trabajo nuevo o un examen, superar miedos, adquirir confianza, mantener la calma,…

Características del Anclaje

  • Específico:  sino la persona no sería sensible al mismo.
  • Intermitente: si fuese constante, se acabaría produciendo la desensibilización.
  • Anclado a una reacción concreta, única y rápida.

Tipos de Anclaje

Para dar lugar al anclaje, el “detonante” o estímulo puede venir en una infinidad de formas posibles: frases verbales, toques físicos o sensaciones, ciertas imágenes y sonidos, o también internamente, como palabras que uno se dice a sí mismo, o recuerdos y estados en los que uno se encuentra.

Una visión extrema es que casi todo lo que percibimos actúa como un ancla, en el sentido de que percibirlo tiende a desencadenar reflexivamente algún pensamiento, sentimiento o respuesta.

Es importante que el refuerzo de un anclaje (en otras palabras, la repetición con el objetivo de reforzar) tenga un “descanso” entre cada repetición.

Ejemplos de Anclaje

  • Si, cuando eras niña, participaste en actividades familiares que te hicieron sentir bien, esa sensación está asociada con la actividad concreta, por lo que cuando repitas esa actividad de adulto, tendrás esa misma sensación. Por ejemplo, ir un domingo a comer al campo.
  • Cuando ves que consuelan a un niño o le gritan.
  • Una determinada canción que te recuerda a un buen momento con amigas o con una ex pareja.
  • Un olor, como el de unos árboles determinados que había en un parque en el que jugabas de niño.
  • Ver el mar, que te recuerda a veranos felices de la infancia o de la adolescencia.
  • Alguien que nos grita o se ríe de nosotros, como por ejemplo, el jefe, nos puede anclar a cuando lo hacía nuestro padre.

Paso a Paso para Establecer el Anclaje

  1. Primero, define el estado emocional que quieres invocar en ti misma. Por ejemplo, la valentía si experimentas inseguridad, felicidad si estás deprimida o calma y relax si estás enfadada o ansiosa. Para el ejemplo, vamos a utilizar el de la valentía.
  1. El siguiente paso es experimentar el estado emocional deseado. No hay una manera establecida de hacer esto. Un medio efectivo para evocar el estado emocional es a través del método de la parábola, mediante el cual te relatas a ti mismo una historia que te lleva a ese estado emocional. Cualquiera que sea el medio que elijas usar, sé práctico y planifica el enfoque antes de crear un ancla. Por ejemplo, recordar cómo te sentiste en esa ocasión en la que te felicitaron por tu valentía porque saltaste a un lago desde un lugar alto.
  1. Cuando observes que has entrado en el estado emocional deseado, haz un gesto con el cuerpo y mantenlo durante uno segundos. Por ejemplo, poner el dedo índice de la mano derecha sobre el nudillo del dedo corazón de la mano izquierda. Es importante que recuerdes el gesto exacto, ya que lo utilizarás de nuevo cada vez que quieras hacer el anclaje.
  1. A continuación, retira tu mano del punto de anclaje y distráete de ese estado emocional, hablando con otra persona de algo distinto. Mantente así durante varios minutos, luego vuelve al punto de anclaje. Si el anclaje ha sido exitoso, el gesto corporal debe evocar el estado emocional deseado.
  1. Cuando te encuentres en una situación que te da miedo, como por ejemplo una entrevista de trabajo o una charla delante de un grupo de gente, utiliza el anclaje del gesto corporal indicado para sentirte valiente y afrontar la situación desde una nueva perspectiva.

Si eres el superviviente de una familia narcisista/disfuncional, puedes utilizar el anclaje para mejorar comportamientos emocionales que te hacen sufrir y te limitan, como el que hemos explicado en el ejemplo. O también para observar anclajes naturales que tienes y que te perjudican, por ejemplo, tu jefe cuando se enfada, te recuerda a la rabia de tu padre y te lleva a ese estado emocional cuando eras niña. Observarlo y entender que es un anclaje maladaptativo te ayudará a distanciarte de él.

¿Has utilizado alguna vez el anclaje como técnica terapéutica? ¿Conseguiste el estado emocional deseado y el objetivo que te proponías con el anclaje? ¡Me encantará leer tus comentarios!

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