
Las tres mentes -consciente, subconsciente e inconsciente- trabajan juntas para crear tu realidad . Te cuento cómo usar ese conocimiento para cambiar tu realidad y crear una vida más feliz y plena.
El concepto de tres niveles de la mente no es nada nuevo. Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, fue probablemente el primero en popularizarlo tal y como lo conocemos hoy. Aunque sus teorías han sido ampliamente discutidas en los círculos de psicología porque son muy difíciles de probar científicamente, Freud creó un modelo útil para entender cómo funciona la mente. El psicoanalista austriaco habló de 3 niveles: la mente consciente (el Ego), el subconsciente (el Id) y el inconsciente (el Superyo).
La mejor metáfora para entender cómo funcionan y se relacionan entre sí estos tres niveles de la mente es la de un iceberg:
- La punta del iceberg que sobresale sobre el agua, que es lo que está a la vista, sería la Mente Consciente (lo que en Gestalt se llama el “awareness“). Representa más o menos el 10% de la capacidad de tu cerebro. La mente consciente comunica el mundo exterior con el subconsciente y el inconsciente a través del habla, la pintura, la escritura, el movimiento físico y los pensamientos.
- Por debajo de ésta hay otra sección, que es la que Freud llama el preconsciente (pero que es más conocido por el nombre de Subconsciente). Es más grande que la mente consciente, ocupando entre un 50-60% de las capacidades de tu cerebro. En el subconsciente está nuestra memoria reciente y está en continuo contacto con los recursos del inconsciente.
- La zona por debajo de ésta es el Inconsciente. Es la que está “al fondo del iceberg” y supone entre el 30-40% de tu cerebro, aproximadamente. Es grande y profundo e inaccesible (a menos que hagas algún tipo de terapia, como por ejemplo terapia Gestalt) al consciente, un poco como las profundidades oscuras de un océano. Es como un almacén donde está todo aquello que hemos relegado a lo profundo porque es traumático, experiencias que nos han hecho sufrir y que hemos eliminado de nuestro consciente para eliminar la angustia que nos han producido. Estas experiencias y memorias son las que han formado nuestra forma de ver el mundo, nuestras creencias y nuestro carácter.
Por ejemplo, una niña de la cual su padre se reía muy a menudo y que, ya adulta, no recuerda esto porque ha relegado esta experiencia traumática al inconsciente. Esta adulta, hay muchas cosas que quiere hacer pero no se atreve porque cree que la gente se va a reír de ella. Esto es un mecanismo de defensa que se denomina proyección. Esta persona proyecta en los demás aquello que en realidad es suyo (el pensamiento “se van a reír de mí”) que proviene de una experiencia de infancia que no recuerda. Era su padre el que se reía de ella. La adulta sigue viviendo conforme a unas experiencias de infancia que le hicieron sufrir y de las que se defiende con el mecanismo de defensa de la proyección cuando en realidad las circunstancias han cambiado. Sufrimos por circunstancias que ya no son las mismas hasta que hacemos las experiencias traumáticas conscientes.
Tu mente consciente es un poco como el capitán de un barco, parado en el puente, dando órdenes. En realidad, es la tripulación en la sala de máquinas debajo de la cubierta (el subconsciente y el inconsciente profundo) los que ejecutan las órdenes. El capitán puede estar a cargo del barco y dar las órdenes, pero es la tripulación la que en realidad guía la nave. Todo ello teniendo en cuenta que el training que se les ha impartido al subconsciente y al inconsciente durante años es lo que más pesa.
Ese training viene de los años de infancia, que es cuando la mente es programada por tus padres/cuidadores de una manera determinada. Algunos de los hijos de familias disfuncionales con padres narcisistas han tenido un training (o programación) que en realidad es autodestructivo, infundiéndoles baja autoestima, indefensión aprendida, graves daños emocionales,… Si ese es tu caso o simplemente quieres cambiar ese programming, te explico cómo.
Cómo Utilizar tu Mente Consciente para Mejorar tu Vida
La mente consciente tiene dos habilidades claras que puedes modificar a tu favor:
- Su capacidad para dirigir tu atención.
- Su capacidad para imaginar lo que no es real.
Centra tu Atención en lo que tú decidas
A algunas personas les resulta bastante fácil y natural dirigir sus pensamientos hacia una perspectiva más positiva de la vida y de cada situación. Depende del tipo de programación que tu subconsciente y tu inconsciente tuvieron en tu infancia. De los mensajes que te llegaban de tus padres y/o cuidadores. Pregúntate: ¿te inclinas hacia el pesimismo o el optimismo, el pensamiento negativo o el pensamiento positivo, la felicidad o la ira, o en algún punto intermedio? Identificar de qué manera estos mensajes positivos o negativos influyen sobre ti y tu realidad es el punto de partida para empezar a mejorarla.
Esta capacidad de la mente consciente para dirigir tu atención y tu conciencia es uno de los poderes más importantes que tienes, y para crear cambios en tu vida debes aprender a controlar aquello en lo que centras tu atención conscientemente.
Pero, ¿cómo hacemos eso? La capacidad para centrar tu atención es bastante simple … todo se reduce a hacer una elección. Decidir cómo piensas y qué pensamientos permitirás que entren en tu mente, determinarán un cambio en tu realidad y por tanto en tu destino. Está en tu mano usarla para bien o mal, para beneficiarte o perjudicarte a ti mismo.
Erróneamente, tenemos la idea de que podemos controlar nuestras vidas, todo lo que pasa en ellas. Esto es una falacia. Nuestros pensamientos son probablemente la única verdadera libertad que tenemos en este mundo, que realmente podemos controlar. El control no podemos ejercerlo fuera de nosotros pero sí dentro. Ahí mandas tú. Pase lo que pase.
Un hombre puede estar físicamente atrapado, por ejemplo, en una prisión o en un campo de concentración, en condiciones inhumanas y, sin embargo, ser libre en su propia mente. Nelson Mandela, que pasó varias décadas en prisión y al salir fue presidente de Sudáfrica, y Viktor Frankl, psiquiatra que estuvo en un campo de concentración y tras ser liberado se dedicó a dar conferencias y escribir libros como “El hombre en busca de sentido” son, entre otros muchos, testimonios de que esto es algo posible. Sólo nosotros podemos elegir cómo vamos a responder a nuestras experiencias en la vida.
Usa tu imaginación: ¡Visualiza!
La otra habilidad importante de la mente consciente es el uso de la visualización. Tu mente consciente puede imaginar algo que es totalmente nuevo y único, algo que no has experimentado nunca antes en la vida real. Por el contrario, tu subconsciente sólo puede ofrecer versiones de los recuerdos almacenados de tus experiencias pasadas.
El truco es que el subconsciente no puede distinguir entre lo que la mente consciente imagina y lo que es real, por lo que todo lo que surge de la imaginación consciente y enfocado de forma intencional, también trae consigo a tu mente todas las emociones y sentimientos asociados a esa imagen, haciendo que las experimentes, igual que si se tratase de algo real.
La visualización se puede usar para obtener resultados sorprendentes. En un estudio deportivo, tres grupos de personas fueron evaluadas sobre su capacidad para mejorar la precisión de sus tiros libres en el baloncesto. Las participantes fueron entrevistadas al inicio del experimento y al final.
Al primer grupo se le indicó que practicase físicamente los tiros libres durante 20 días seguidos. El segundo grupo no pudo entrenar en absoluto. El tercer grupo pasó 20 minutos al día relajándose y únicamente imaginándose realizando los tiros libres. A los de este tercer grupo también se les indicó que, si en sus mentes fallaban el tiro, que hicieran un ligero ajuste y se vieran a sí mismos encestando la siguiente vez.
El grupo que practicó físicamente cada día, mejoró su puntuación en un 24%. El segundo grupo, que no practicó, como era de esperar, no mejoró en absoluto. El tercer grupo, que sólo había hecho las visualizaciones, mejoró su puntuación en un asombroso 23%.
Usa tu mente consciente para imaginar y visualizar. Hará que consigas en tu realidad aquello que ves dentro de ti.
Fuente: simplypsychology.org
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